Historia De La Enseñanza De Las Matemáticas En Colombia

La Matemática es parte de nuestra cultura y ha sido una actividad humana desde los más remotos tiempos. En Colombia, su historia se remonta hacia la llegada de Mutis a la capital Santa fe, en el año de 1760.

José Celestino Mutis, médico español tuvo siempre un gran interés por aprender Matemáticas, y luego de instalarse en la capital, hizo uso de su influencia en el medio administrativo para mejorar los niveles de la educación de los criollos mediante la inclusión de una cátedra de ésta ciencia que tanto le apasionaba; ésta, por su puesto, dirigida por él. Dicha cátedra estuvo orientada por textos provenientes del continente europeo que, para aquel entonces, tenía el liderazgo en cuanto a los temas de investigación científica, y en especial en el campo de las matemáticas.

Tan sólo 60 años después de su llegada, y como consecuencia de la Independencia de nuestro país, no se hizo esperar la proclamación de un importante derecho de los granadinos: el derecho a ser educado, de lo cual fue hecho responsable el estado. Años más tarde se decretaron y definieron los parámetros para la educación pública y se establecieron 3 universidades: Santafé, Caracas y Quito; todas ellas con un programa de Ciencias Naturales que motivaba en los jóvenes el estudio de las ciencias exactas. Pese a que se decretaron los programas, los énfasis académicos del momento de orientaron hacia las ramas del derecho y la administración, todo como consecuencia de la estructuralización de un país que hasta entonces nacía. La posterior institucionalización de la Universidad Nacional, se materializaron los primeros intentos de tener una facultad para el estudio de las ciencias, y en este caso fue llamada “Facultad de Ciencias físicas y Matemáticas”, la cual ofrecía el título de “Licenciado en Matemáticas” después de un ciclo de estudios de 4 años.

Cabe señalar, además, la importante aparición del Colegio Militar en 1847, el lugar más significativo desde el punto de vista de la enseñanza superior en Matemáticas. Éste tenía como objetivo formar oficiales científicos de estado mayor, de ingenieros, infantería, artillería, caballería e infantería, e ingenieros civiles. El centro, siguió los lineamientos de la École Polytéchnique de París y la United States Military Academy. Desde los comienzos, los referente para la creación del currículo de Matemáticas y de ingeniería en Colombia fueron Francia, España, Suiza y Estados Unidos, ganando siempre éste último un gran nivel de relevancia en las dinámicas académicas y educativas en general de nuestra nación.

La creación de una facultad de Ingeniería en la Universidad Nacional suprimió el Colegio Militar, con su oferta y su planta docente, pero de allí quedaron los primeros textos colombianos de matemáticas, entre ellos: Lecciones de Geometría Analítica (De Pombo, 1850), Lecciones de Aritmética y Álgebra (De Pombo, 1858), Tratado de aritmética (Liévano, 1856), Tratado de álgebra (Liévano, 1876) e Investigaciones científicas (Liévano, 1871).

Así, la importancia que se le dio a la formación matemática en el Colegio Militar, fijó el rumbo que tomaría la matemática en Colombia en la formación de ingenieros durante el siglo XIX y la primera mitad del siglo XX.

Entrando un poco en detalle al respecto de la clases de matemáticas que se dictaban en aquel entonces, cabe mencionar que los cursos de dictaban y se evaluaban desde lo mismo que el profesor explicara en clase. Los libros de texto no invitaban a la práctica independiente por parte del alumno y el proceso de evaluación era, en esencia, un proceso memorístico. Con el título de Profesor en Ciencias Matemáticas se graduaron entre 1891 y 1903 50 ingenieros, los cuales presentaron para su grado una tesis sobre un tema matemático en particular. Los temas de mayor preferencia eran la física y la geometría analítica, y los de menor, la geometría descriptiva, la topología y entre otros.

A finales del siglo XIX fue creada en Medellín la Escuela de Minas, con un pensum de matemáticas muy parecido al de la Escuela de Ingeniería de Bogotá. No obstante la similitud, en Medellín se estudiaba la matemática en función de sus aplicaciones útiles a la tarea del ingeniero, mientras que en Bogotá, se estudiaba la matemática por ella misma.

La primera revista matemática en Colombia se llamó Anales, y fue su primer director Manuel Antonio Rueda (1888). Éste mismo propone que, los programas de ciencias fuesen de 7 años: 4 para dedicarle a las matemáticas y obtener el título de profesores, y 3 más para la preparación de ingenieros. Los primeros artículos publicados en la revista incluyen desde una breve nota planteando un problema, hasta cursos enteros hechos por entregas.

Los matemáticos colombianos aunque poco trabajaron en la investigación y en el desarrollo conceptual de la matemática misma, hicieron importantes aportes en su época, los cuales hoy podemos conocer por medio de las publicaciones en revistas o los libros que escribieron. Por ejemplo, Julio Garavito, profesor de la Universidad Nacional, puso de manifiesto su rechazo por las hasta ahora recién conocidas “Geometrías no Euclidianas” y la “Teoría de la relatividad”. Hizo sus publicaciones en la revista Anales. De la misma forma, años atrás, Indalecio Liévano en su Tratado de Aritmética, propone una teoría sobre los números inconmensurables, y aunque no fue una teoría completa, fue publicada antes que la de Weierstrass, la de Dedekind y la de Cantor.

A comienzos del siglo XX, la creación de las escuelas normales en el gobierno de Alfonso López Pumarejo, marca un hito importante en la historia de la educación matemática en nuestro país. La

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