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Historia de la moneda de Нonduras


Enviado por   •  11 de Mayo de 2013  •  Trabajo  •  1.543 Palabras (7 Páginas)  •  580 Visitas

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Historia de la Moneda Hondureña

Tegucigalpa. Para la mayoría de los diputados era inaceptable que la moneda nacional llevara el nombre de Morazán. Fue en el año de 1926 y muchos no comulgaban con las ideas del promotor de la unión centroamericana, pues las consideraban todavía muy liberales y, evidentemente, sus intereses conservadores no concebían que el nuevo billete se llamara como él.

La otra idea, asociada a un héroe nacional, era la de Lempira, el indígena de origen Maya-lenca que luchó para derrocar el poder de los españoles. La prioridad en ese momento era establecer la uniformidad del sistema monetario del país, por ello se acordó mediante decreto No. 2 adoptar el lempira como unidad monetaria.

Pero, la historia de la moneda pasó antes por muchas denominaciones y formas, desde el conocido trueque y las semillas de cacao, hasta llegar a los billetes que ahora se usan.

Cien almendras------- por un esclavo.

El método de compra que se conoce en América en la época precolombina, utilizado especialmente por los mayas y lencas, es el trueque. Ellos, como el resto de la cultura mesoamericana, utilizaban objetos de piedra, jade, albita o serpentina, tabaco pieles, sal, plumas de quetzal y otras formas para intercambiar productos.

Según el cronista español Gonzalo Fernández de Oviedo, entre algunos pueblos indígenas de Centroamérica, las almendras de cacao corrían como moneda y con ellas se podía comprar esclavos, alimentos, vestidos y cualquier producto de venta en los mercados. Por ejemplo, cita, cuatro almendras de cacao equivalían a ocho nísperos, diez almendras a un conejo y cien almendras a un esclavo.

Para realizar estas transacciones, los interesados tenían que buscar primero el producto deseado, y luego ponerse de acuerdo para hacer el intercambio, si una de las partes no aceptaba, la compra no llegaba a buen término, a menos que, el interesado en hacer el canje, buscara a una tercera persona que tuviera otro producto que agradara al vendedor y este a su vez quisiera concretar el negocio.

Los objetos se brindaban también como forma de pago, por ejemplo cuando alguien servía a otra persona podía recibir varios artículos que se interpretaban como un pago por la mano de obra ofrecida.

Llegan las monedas.

Las primeras monedas llegaron a tierras centroamericanas con el arribo de los españoles, que portaban el castellano, el ducado, el doblón, los pesos, los reales, los cuartillos y los maravedís. Fue en 1535 cuando se autorizó instalar la primer Casa de la Moneda en México, y llegó posteriormente la acuñación de varias denominaciones de reales de plata. Estos tenían grabados alegóricos a las casas reinantes, escudos, armas y nombres de reyes en latín.

En Centroamérica circularon las monedas que fueron acuñadas en México y en Perú, también las que venían de España. Así sucedió hasta 1728 cuando se autorizó a la casa de la moneda de Indias para que se acuñaran monedas de plata de las denominaciones de 1,2,4 y 8 escudos de oro de 22 kilates.

Según cuentan los libros de historia, a finales del siglo XVII empezaron a escasear las monedas, por lo que los mineros dispusieron fragmentar la plata extraída para utilizarla como moneda, a la cual se dio el nombre de “macacos”, aunque oficialmente se les conoció como “cortadas”. Al inicio se dio el problema de que los mineros fraccionaban las piezas y cada pedazo tenía un valor, lo que generó descontrol en la economía local existente en aquel entonces. A raíz de eso, se mandó a producir monedas con un cordoncillo alrededor, así no podrían ser rotas o fraccionadas.

Las monedas macuquinas, como eran conocidas por los españoles, trataron de ser sustituidas por otras traídas de España, y como se trataba de plata extraída de las minas de El Corpus y de Yuscarán, empezaron a llevárselas para el viejo continente.

Acuñación en Honduras.

Para 1739 se logra iniciar la construcción de la primera Caxa Real o Real Tesorería en Comayagua, concluyéndose en 1741. Aquí se acuñaban solo monedas de plata. Pese a los embates naturales todavía se conservan algunos vestigios de lo que fue esta edificación que mandaran a construir bajo el reinado de Felipe V.

Después de la independencia de Centroamérica y la posterior anexión a México, se mandó a acuñar una nueva moneda que tenía en uno de sus extremos el busto del emperador Agustín de Iturbide y al reverso un águila sobre un nopal. La moneda duró tanto como la anexión, no tuvo mayor trascendencia. Es hasta que se instala la Asamblea Nacional Constituyente el 24 de junio de 1823 y se declara la independencia definitiva de Centroamérica cuando se manda a acuñar la primera moneda que tendría en el anverso una cordillera de cinco volcanes y un sol naciente, con la leyenda República del Centro de América, y al reverso un árbol como emblema de la libertad y la inscripción Libre, Crezca, Fecundo.

Posteriormente, Honduras logra crear su propia casa de la moneda en Tegucigalpa, ésta data del dos de agosto de 1831, ahí se logra acuñar monedas de 1/4,1/2, 1 y 2 reales. Durante estos períodos, también algunas familias mandaban a acuñar sus propias monedas, pero estas solo circulaban dentro de sus haciendas, carecían de valor para transacciones afuera.

En 1862, en Honduras, bajo la administración del liberal Victoriano Castellanos, se da

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