Historias Locales
Enviado por luanza • 28 de Marzo de 2013 • 762 Palabras (4 Páginas) • 459 Visitas
La tienda en Colombia ha aportado a los procesos de construcción de Nación en la medida en que ella ha servido de lugar de encuentro entre ciudadanos y comunidades, no sólo alrededor de unas transacciones económicas, sino en los diálogos sociales, las conversaciones que ha facilitado.
La tienda de pueblos y ciudades es un símbolo de una modernidad que para muchos es precaria, pero que tiene un gran valor cultural por las solidaridades que allí se desarrollan, como por ejemplo, cuando se fía, cuando se ofrecen soluciones a problemas de salud, recomendaciones para el manejo de conflictos familiares, en fin.
La tienda, al igual que la Iglesia, la estación de policía y la escuela, son escenarios que han aportado mucho a los procesos civilizatorios puestos a andar en Colombia y en otras partes del mundo.
El tendero y la particular parafernalia de la tienda, sirvió y sirve aún como referente de civilidad, de progreso, de mejoramiento de la calidad de vida de la gente en ciudades y pueblos; la tienda funge como elemento de transacción económica con un ropaje social y cultural que hace posible que se pueda hablar de pueblos, de veredas y barriadas.
La tienda es un factor de integración social, y un punto físico en el que confluyen las realidades sociales, culturales, económicas y políticas de sectores poblacionales que necesitan de este tipos de espacios en donde se habla de política, de la guerra, de la vida, de la carestía, de soluciones a problemas nacionales; son espacios físicos en donde se habla del mundo, en donde es posible hablar del ser humano y de sus vicisitudes, así estas estén lejos, en otras latitudes.
La tienda es un punto mágico en donde la racionalidad humana fluye y deviene, a pesar de los problemas sociales que afronte la comunidad en donde ésta se ubica, existe y permanece a pesar de los embates de los grandes hipermercados.
En la tienda se ofrecen códigos de conducta y maneras de ser que se rechazan en los hipermercados. Ir a la tienda no implica ‘arreglarse’ para exhibirse, como en un centro comercial en donde se ubica un supermercado o un hipermercado. En la tienda todos somos iguales, es más democrático el espacio y el manejo de las relaciones sociales. Por eso han sobrevivido, porque ofrece soluciones (venta al micro detal, se cucharea, se pide rebaja, se fía, se aconseja, se transa) que no se dan en los hipermercados.
Finalmente, la tienda es un asunto culturalmente arraigado, que ofrece fuerte resistencia a una propuesta modernizadora que construye clientes y no relaciones sociales. En los hipermercados no se conversa, en la tienda sí. En los grandes supermercados todo está dispuesto, pero está distante. Se despersonaliza la transacción económica, se enfrían las relaciones. No se socializa en las grandes superficies, se transita. No es para quedarse. En la tienda
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