ISABEL II : LAS REGENCIAS. (1833-1843)
Enviado por gilgueritou • 13 de Enero de 2014 • 1.309 Palabras (6 Páginas) • 290 Visitas
ISABEL II : LAS REGENCIAS. (1833-1843)
El reinado de Isabel II coincide con una etapa revolucionaria decisiva para la historia de nuestro país: la transformación de la antigua Monarquía absoluta en otra parlamentaria y con ello el advenimiento del Estado burgués. En este proceso se producen algunos cambios políticos e institucionales, a los que hay que sumar el intervencionismo de los militares: el pretorianismo y los apoyos sociales con los que contaba.
Los cambios políticos se manifiestan en la división de poderes, el reconocimiento de los derechos individuales, la afirmación del principio de soberanía nacional, el derecho al sufragio y la existencia de los partidos políticos.
Los cambios institucionales se producen a medida que se consolida el Estado liberal destacando la supresión del régimen señorial, la desamortización eclesiástica y comunal, la supresión de los gremios, la regulación de la instrucción pública y la nueva división provincial de España.
Los apoyos vinieron de los sectores más conservadores: la vieja aristocracia, la burguesía enriquecida, los militares de alta graduación. La intervención del ejército fue una constate durante el reinado de Isabel II, de manera especial en los gobiernos de Espartero, Narváez, O¨Donell, Prim, Serrano. El porqué de la intervención militar en este periodo isabelino viene explicado por la experiencia del Trienio Liberal, por la inseguridad (amenaza del carlismo, revolución popular), por la debilidad del poder civil y de los partidos políticos que hacía necesaria la presencia de un militar de prestigio.
La regencia de María Cristina (1833- 1840)
En este periodo se inicia el tránsito político desde el absolutismo al liberalismo, afrontándose los movimientos contrarrevolucionarios que se oponían al proceso. CEA BERMUDEZ gobernó durante dos años entre 1832 y 1834. En su mandato se acometieron reformas muy importantes, como la creación del Ministerio de Fomento y la nueva división provincial realizada por Javier de Burgos bajo la idea de las provincias como estructuras territoriales. Pero estas reformas eran las únicas que estaba dispuesto a hacer por lo que suscitó las protestas de los liberales que presionaron a la Reina Gobernadora para que le destituyera. Se produjo el nombramiento de MARTINEZ DE LA ROSA, que había sido jefe de Gobierno, moderado, durante el Trienio Liberal.
Con la llegada al poder de Martínez de la Rosa se produjo un tímido intento de una tímida reforma política con el llamado ESTATUTO REAL de 1834. Éste, aunque representaba un avance considerable sobre el absolutismo, todavía concedía a las Cortes la capacidad legislativa plena. El Estatuto Real era una mezcla de Carta Otorgada y de convocatoria a Cortes. Como Carta Otorgada significaba que cualesquiera derechos o libertades eran concedidos por “gracia real”, con lo que se negaba el principio de la soberanía nacional.
El descontento de las ciudades aumentó acelerado por el regreso de los exiliados que avivaron más el sentimiento de rechazo y las actitudes de protesta. El cólera que se abatió sobre varias ciudades españolas fue la ocasión que aprovecharon los agitadores para difundir el rumor de que los frailes habían envenenado las aguas de Madrid. Esto provocó la quema de conventos y la matanza de frailes siendo jefe del Gobierno el CONDE DE TORENO. La propagación de la quema de conventos y el incendio de la fábrica de la Bonaplata, pionera en el desarrollo industrial, aconsejó a la reina cesar al conde de Toreno, que fue reemplazado por MENDIZABAL que en 1836 impulsó la DESAMORTIZACIÓN de los bienes eclesiásticos para aliviar la asfixia de las finanzas públicas, que se incrementaba por los enormes gastos de la Guerra Carlista. La desamortización fue inevitable porque era uno de los puntos principales del ideario liberal. Porque era necesario equipar al ejército liberal que se enfrentaba al acoso de los carlistas. Porque era la mejor ocasión de castigar a la Iglesia por el apoyo que prestaba al carlismo. Porque se trataba de crear una base social de apoyo a la monarquía liberal y porque quería movilizar unos bienes
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