Imprenta En Mexico
Enviado por Maggie_CG • 5 de Mayo de 2014 • 428 Palabras (2 Páginas) • 431 Visitas
HISTORIA
A principios de los años cincuenta, los señores Tomás Espresate y Enrique Naval, dueños de Librería Madero, habían creado una pequeña imprenta en la que trabajaban mis amigos y compañeros de organizaciones antifranquistas, José Azorín, Jordi y Francisco Espresate. El taller comenzó con una sola máquina de 50x70 centímetros, y estaba situado en una casa de la calle de Amberes (que todavía no era la Zona Rosa).
Después ya con cuatro máquinas más, la imprenta se traslada a la calle de Aniceto Ortega, en la colonia del Valle. Es entonces cuando en 1954 Vicente Rojo empieza a trabajar en ella. Al principio asesorando la selección de tipos de letras, que empezó con la adopción de las familias Bodoni y Egipto.
La imprenta Madero realizó durante mucho tiempo unas ediciones privadas con las que felicitaban a sus amigos por las fiestas de fin de año. Cada una era diferente a la anterior, lo que permitía una vez más buscar nuevos divertimentos visuales. (En el diseño gráfico, como en la vida, el humor debe ser indispensable.) En 1980 Imprenta Madero creó Ediciones Multiarte dedicada a impresiones de arte en serigrafía, técnica en la que es un maestro Enrique Cattaneo, quien es el director de esta empresa modelo.
Para la década de los setenta, un grupo de jóvenes comenzó a incorporarse en los trabajos de diseño de la imprenta, siempre orientados por Vicente Rojo y con una idea de “taller”, donde el trabajo individual formaba parte del colectivo. El intercambio de experiencias y al mismo tiempo la solución de problemas en forma conjunta dieron lugar a un novedoso estilo.
Diseñadores como Adolfo Falcón, Rafael López Castro, Bernardo Recamier, Germán Montalvo, Efraín Herrera, Peggy Espinoza, Azul Morris, María Figueroa, Alberto Aguilar, Pablo Rulfo, Rogelio Rancel.
Para la década de los noventa, ya prácticamente disuelto el Grupo Madero, la celebración del Centenario del Cine movió a trabajar a un equipo e intentar rescatar una forma de trabajo colectivo. Se reunió un grupo de diseñadores amigos y conocidos, al que pusieron como nombre Salón Rojo, en honor de Vicente Rojo, para construir un proyecto en el que la participación fuera desinteresada y en el que cada quien patrocinara su propio proyecto hasta el final incluyendo, de ser necesario, el costo de la impresión. Aceptar la crítica constructiva en una discusión entre profesionales y hacer comentarios sobre los procesos creativos y las propuestas ideológicas de nuestras propias obras, tomando en cuenta el trabajo mismo y no el nombre del diseñador, enriqueció ampliamente todas y cada una de las ideas, con lo que se lograron, en muchos casos, coincidencias y consensos.
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