Independencia de mexico, Miguel Hidalgo

A través de la historia de México han ido apareciendo personajes históricos que con su actuar enfrentaron obstáculos y encabezaron movimientos para poder hacer valer sus derechos y liberarse de esclavitudes de los presidentes de épocas pasadas todo esto con el único propósito de satisfacer las necesidades de no solo algunos si no una gran parte de la población mexicana. Muchos de los logros alcanzados por ellos son la base de lo que hoy constituye la soberanía de nuestro país y les reconocemos en nuestros libros de historia que son enseñados a las nuevas generaciones.

Pero esta vez nos enfocaremos en uno de los héroes que hicieron de nuestro país una nación independiente. Es tan importante este personaje en la historia que cuando pensamos en la Independencia de México su nombre es uno de los primeros que se nos viene a la mente.

La libertad de la que ahora gozamos se la debemos a él, que a pesar de saber que no sería un trabajo sencillo e incluso podía no tener buenos resultados, se atrevió a encaminar al pueblo a pelear por su libertad.

Fue el dirigente de este movimiento y creía fielmente en el derecho que cada ciudadano tiene cuando cree que la patria está en riesgo de perderse y luchó por ello mientras pudo aunque no estuvo para verlo culminar.

Miguel Hidalgo, el llamado “Padre de la Patria”, nació en la Hacienda de San Diego de Corralejo en Guanajuato el 8 de Mayo de 1753. Cursó un par de años de estudios con los jesuitas hasta su ingreso en 1767 al Colegio de San Nicolás, donde estudió teología, filosofía y artes. Recibió las órdenes sacerdotales a los 25 años. Sus habilidades para el estudio, la crítica y el análisis, le llevaron pronto a destacar, como uno de los pensadores más ilustres de su tiempo. Fue nombrado rector del Colegio de San Nicolás a la edad de 39 años y se dedicó al estudio de las teorías liberales que revolucionaron a Europa.

Hidalgo con la idea de derrocar el régimen, con la protección de Don Miguel Domínguez, en ese entonces corregidor de la ciudad de Querétaro, y con la intervención de su esposa Josefa Ortiz de Domínguez, crean una conspiración donde participan civiles y oficiales del ejército realista como lo son Ignacio Allende y Juan Aldama.

Siendo Allende el de mayor participación, invito al cura de Dolores a encabezar el movimiento de Independencia al ser popular entre la feligresía y ser seguido por el pueblo.

A principios de 1809 Allende inició el contacto con un grupo, poco mayor de 30 personas a quienes citaba a reuniones secretas organizadas bajo el máximo sigilo.

El primer acuerdo de la junta clandestina, fue la de enviar emisarios a los pueblos de la región, para conspirar contra el régimen, donde debían  reclutar al máximo número de seguidores que fuera posible. Todos debían estar reunidos en 1810 y con tropa armada se planeaba iniciar la lucha de Independencia.

Las autoridades coloniales se enteraron de la Conspiración que había en Querétaro por el sargento Buenaventura Armijo quien fue condenado, por lo que prometió revelar información del movimiento. Esto llegando a oídos de Josefa Ortiz de Domínguez mando a prevenir a los involucrados.

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