Instrucción Secundaria
Enviado por Sahody • 15 de Junio de 2013 • 2.733 Palabras (11 Páginas) • 1.717 Visitas
Instrucción secundaria. Instrucción preparatoria.
Necesidad de que sean fundamentalmente científicas
José Díaz Covarrubias
Al analizar los programas científicos de nuestros colegios de instrucción secundaria y profesional, debemos comenzar por una observación importante sobre la organización de la enseñanza en México. Aunque la mayor parte, casi la totalidad de las leyes del ramo en los Estados de la República, establecen la división de la enseñanza en Primaria, Secundaria y Profesional, siguiendo en esto la clasificación generalmente adoptada en los países civilizados, se advierte que de hecho la instrucción secundaria no tiene en nuestro país el lugar y el papel que le corresponden.
En efecto, así como la instrucción primaria tiene por objeto ilustrar en los ramos rudimentales del sabe humano a la totalidad de los habitantes de un país, a la instrucción secundaria está encomendado elevar esta ilustración y difundir la ciencia entre la mayor parte, si fuere posible, de los ciudadanos. Esta ciencia y esta ilustración elevada no se requieren únicamente para el que va a seguir una carrera profesional, sino para todos los que aspiran a cultivar bien su espíritu e ingresar en lo selecto de una sociedad. No sólo quien va a ejercer la profesión de médico, de abogado, de ingeniero, etc., necesita los conocimientos fundamentales que constituyen la educación secundaria, sino que estos son utilísimos, casi indispensables para todas las necesidades de la vida civilizada, y el comerciante, el industrial, el literato, el legislador, el empleado público, el capitalista, el viajero, en una palabra, todo hombre que quiera valer algo por sí mismo en la sociedad, debe poseer aquellos conocimientos, y siente a cada paso la necesidad de utilizarlos. Limitar la educación secundaria solamente al corto número de los que han de edificar sobre ella determinada especialidad científica, y conformarse con que la inmensa mayoría de los ciudadanos que son lo que forman la fuerza y la actividad social, tengan sólo el pálido tinte de la instrucción primaria, equivale a constituir la más profunda de las decisiones sociales, elevando a una minoría afortunada sobre un desierto de infecundidad y de ignorancia.
Por eso, después de la instrucción primaria debe ofrecerse y debe procurarse generalizar una instrucción más elevada sin darle por objeto único preparar una carrera profesional. Entre las escuelas de primeras letras y las Universidades y escuelas especiales existe el Liceo en Francia e Italia, la Academia en los Estados Unidos, las Escuelas superiores o reales en Australia, los Gimnasios en Alemania; en estos planteles se da una amplia enseñanza de ciencias, de literatura, de idiomas, etc., a todos los que aspiran a ser hombres ilustrados, aunque no piensen seguir una
profesión determinada; es la verdadera instrucción secundaria que no debe hacerse enteramente sinónima de la instrucción preparatoria, si a esta última se la quiere considerar únicamente como el principio de una carrera profesional. Por eso en los países en donde se da su verdadero carácter a la instrucción secundaria, la ilustración se encuentra difundida entre todas las clases sociales, y no son únicamente el cuerpo de médicos, el cuerpo de abogados, el cuerpo de ingenieros, etc., los que poseen como un monopolio los conocimientos en matemáticas, en Cosmografía, en física, en Química, en Historia Natural, en idiomas antiguos, y otros ramos literarios, pues estos se dan en la instrucción secundaria para la necesaria cultura y elevación del individuo, no para provecho y distinción del médico, del ingeniero o del abogado.
La organización de la instrucción pública en México ha adolecido del defecto que hemos censurado. Entre la instrucción primaria y la profesional hubo siempre un abismo, quien no se resolvía a emprender una carrera profesional, se consideraba dispensado (salvo muy pocas excepciones), de toda instrucción secundaria, y se contentaba a lo más con avanzar un poco su instrucción primaria, aprendiendo Teneduría de Libros, algún idioma vivo, dándose un tinte de historia o literatura, y creyéndose después, con toda sinceridad, apto para cualquiera industria o empresa comercial, para empleado de la administración, para escritor público y aun para funciones sociales más elevadas. Excusado es decir cuánto y cuán fatalmente se hace sentir á cada paso esta falta de instrucción sólida en la gran mayoría de personas que dirigen sus negocios propios y los ajenos.
La única compensación, aunque muy incompleta, que ha llenado en parte el vacío de la instrucción secundaria, ha sido la instrucción que, con el carácter de preparatoria, se daba en los colegios en que se seguían las carreras profesionales. Decimos que la compensación ha sido muy incompleta, porque han sido también muy incompletos los estudios que se juzgaban suficientes para preparar las profesiones, al grado de suprimir algunos que corresponden verdaderamente a toda instrucción secundaria. Hoy mismo este mal no está remediado sino en parte, y todavía es preciso conformarse con que la instrucción secundaria se dé con el pretexto de la preparatoria, sin que haya establecimientos especialmente destinados a la primera.
Ni remotamente se nos ocurre hacer un cargo a nuestro país por aquel vacío. Es la historia de la instrucción pública en todos los pueblos civilizados, y basta observar que ella va de acuerdo con la marcha del desarrollo social. En efecto, con más o menos instrucción primaria que, puede decirse, es la que ayuda a que una sociedad se constituya, y como uno de los rimeros cimientos que unen los componentes sociales, aparece inmediatamente después y antes de que sea
indispensable una cultura general, la necesidad de las profesiones especiales, sin que sea posible aguardar para crearlas, a que todos los asociados hayan elevado su ilustración con la enseñanza secundaria. Más tarde y a medida que la cultura avanza, se va haciendo preciso que la generalidad de los ciudadanos avance en instrucción, y entonces aparece la enseñanza secundaria para el mayor número posible de ellos, con independencia de la mira indispensable de una carrera profesional.
Nuestro país, que ha realizado tantos progresos en tan pocos años, está acercándose en estos momentos al segundo de los indicados períodos, en el desenvolvimiento de la instrucción pública. Cultiva y mejora su instrucción primaria, abre todas las carreras profesionales, y trabaja por generalizar entre el mayor número posible de ciudadanos una instrucción secundaria suficientemente amplia.
Esta tendencia se ha a marcado principalmente en los últimos diez años. El plan de instrucción pública del régimen usurpador del llamado imperio, trató de llenar el vacío de la instrucción secundaria, fundando
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