Josefina Contte decada 50
Enviado por melaniegarin • 12 de Agosto de 2016 • Resumen • 1.688 Palabras (7 Páginas) • 437 Visitas
En el año 1949, se realiza una exposición de alumnos de la Academia en el Museo Colonial, Histórico y de Bellas Artes. Los profesores de Dibujo y Pintura son José Negro y Edelmira E. Guerrero Leconte.
Ese año, obtienen sus títulos de Profesores de Dibujo y Pintura, Elsa Elena Gómez Morilla y Sara Angelina Sorabella Baglietto.
Ethel Simy Almoznino y José Antonio Ramírez, recuerdan que, hasta el año 1952, en que se hace cargo el Estado,
“…la Academia era privada y los cursos eran pagos. Cuando yo estudiaba Arte, pagaba…”
(Ethel Simy Almoznino)
“…se debía pagar un canon para ayudar a la Institución administrativamente…”
(José Antonio Ramírez)
Este último, es además quien nos reseña algunas características de la enseñanza de entonces, destacando que, por aquellas épocas (hacia 1949),
“…el ritmo de trabajo era menos exigente, dada la cantidad de alumnos y sólo nueve horas reloj a la semana”
(José Antonio Ramírez)
En materia de dibujo y pintura, el tono de entonces lo daba José Negro “estupendo clasicista” (José Antonio Ramírez), quien a partir de una metodología eminentemente empírica, enseñaba a partir del problema que planteaba el trabajo de cada alumno.
“…Dependía de la intuición y conocimiento del aprendiz. El profesor se limitaba a observar y evaluar. Cuando el error era grosero, intervenía…”.
(José Antonio Ramírez)
Marcelo Daniel Fernández, otro discípulo suyo, resume en las propias palabras del artista el credo plástico de quien califica como “primer alumno dilecto” de la antigua Academia, diciendo:
“…El artista necesita sufrir con el paisaje que pretende interpretar… mi mayor felicidad… consiste en pintar dentro de la naturaleza. Me interno durante varios días en el monte o acampo en la orilla del río, exclusivamente con mi caja de pinturas y las vituallas fundamentales. Allí afronto las inclemencias propias del lugar y me las arreglo estoicamente para superarlas. Hago fuego para espantar a los mosquitos. Luego instalo el soporte o tela donde voy a pintar en un improvisado caballete hecho con ramas alisadas… y mientras trabajo tiendo la línea de pescar para procurarme sustento. A veces pinto la costa desde la canoa o me detengo algunas horas en un banco de arena, donde no se ofrecen reparos al sol y los colores sobresalen con toda su pureza…”.
(José Negro)
A posteriori, con la fuerza de convicciones que caracterizaba a algunos hombres de entonces, en lo que marca un fin de una etapa en el campo de la enseñanza del dibujo y pintura en Corrientes, José Negro renuncia en 1952, en desacuerdo con la estatización de la Academia a manos del peronismo.
1952-1960. El paso de la gestión privada al sector público
La década del cincuenta marca el ocaso del predominio cultural del patriciado, tanto en la vida de la Josefina Contte, cuanto en el acontecer provincial todo, siguiendo una pauta que marcan las políticas de estatización a nivel nacional.
A tantos años de aquellos sucesos, hoy no nos resulta ni sorprendente ni invasivo que sea el estado, - y quienes coyunturalmente se hallan a su frente -, a través de sus políticas, el que busque determinar cuáles deben ser las preferencias culturales (y el plexo axiológico necesariamente conexo) de la población. Incluso los vocablos como “patriciado” o “elites” han asumido connotaciones si se quiere negativas, ajenas a lo que se presume el infalible sentir de la masa y de aquellos que, desde el poder, obran como representantes e intérpretes suyos.
Ese fenómeno político social, que apenas sí mencionamos, conlleva un cambio en las relaciones de la Academia con el poder, que dejan de ser eslabonadas por el nivel patricio de sus autoridades, para verse reemplazadas por simples jefaturas devenidas como consecuencia de las pautas que rigen entre nosotros las carreras docentes, y que - como en todos los otros empleos relacionados con el sector público -, privilegian sustancialmente a la antigüedad.
Asimismo, si por un lado la Institución se beneficia con la seguridad económica que le garantizaba su dependencia estatal, por el otro, el azar de las políticas instrumentadas por las autoridades educativas del momento, irá desplazando el centro de gravedad interno, desde aquella vocación musical primigenia, al predominio actual de la enseñanza de las lenguas con un criterio marcadamente pragmático y utilitario, intercalado un momento de altísimo contenido plástico.
Es que, como puntualiza claramente José Emilio Chuaire,
“…Lo que debe recordar nuestra sociedad, es que el Instituto Josefina Contte cuando nació, en 1907, como Academia privada, estaba abocado esencialmente a las artes no a las lenguas, y que si había un lenguaje que era prioritario para esa Academia privada era el de la música… La Institución nació esencialmente bajo el signo de la música…”
1952. El Decreto 2251 y una donación inconclusa
El día dieciséis de diciembre de mil novecientos cincuenta y dos, la Comisión Directiva de la Academia, en sesión, decide ofrecer en donación “…al Ministerio de Educación, con carácter provisorio y sujeto a la aprobación de la asamblea extraordinaria que se convoque al efecto, de todos los bienes muebles e inmuebles de la Institución a los efectos de su oficialización…”
A juicio de algunas fuentes, ese hecho favorece su desarrollo posterior, al permitirle orientarse hacia la formación docente en el ámbito de la enseñanza artística y las lenguas extranjeras. Otros autores, enfatizan que el suceso se haya producido en un contexto nacional de estatización “…de todas las instituciones administradas por comisiones de damas…”
Por nuestra parte, queremos dejar puntualizadas tres cuestiones:
- Que en reiteradas oportunidades previas, la Academia había explorado la posibilidad de ingresar a la esfera estatal.
- Que, a posteriori del Decreto 2251, quienes hacen referencia al paso de la Academia de la gestión privada al sector público, en todos los casos parten de esa norma, que sin embargo en su artículo primero establece sólo con carácter provisorio la aceptación de la donación, ad referéndum de una Asamblea de la institución donante. A tenor de nuestras investigaciones, esa Asamblea no se realizó y esa donación no fue perfeccionada nunca, lo cual, en nuestro criterio, constituye una verdadera curiosidad histórico-normativa.
- Que, como puede observarse en las notas al final, el gobernador de entonces, Raúl B. Castillo, decreta “…en acuerdo de Ministros…”, todos los cuales lo acompañan con su firma. Saludable costumbre republicana que vemos extinguirse a posteriori, - presumiblemente como una escuela más de los gobiernos de facto -, sancionando simplemente el gobernador y acompañándolo con la firma sólo el ministro de gobierno.
En definitiva, al quedar bajo los poderes del estado, la Academia deja de depender del Consejo General de Educación, y pasa a la esfera de la Dirección General de Enseñanza Media y Profesional, hasta que, hacia 1960, merced al Decreto Nº 579 del 7 de marzo, se forma la Dirección General de Enseñanza Media y Artística.
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