Kuhn. La Ciencia Normal

KANT: TEORÍA DEL CONOCIMIENTO

Compilado y complementado por: José Antonio Camargo R.

Papel activo del sujeto en la relación cognoscitiva. Para conocer, el sujeto estructura el objeto. No puede ser de otra manera debido a la naturaleza humana; dado que no tenemos intuición intelectual y debido a ser de constitución sensible, no podemos evitar ser afectados a través de los sentidos corporales por las cosas externas del mundo que nos rodea.

Consecuencia: desde el punto de vista del conocimiento la realidad tiene dos caras: el noúmeno o cosa en sí que existe pero no podemos conocer, y el fenómeno o cosa para mí que es lo conocido, es decir, tal cómo se nos aparecen a nosotros los objetos una vez captados por los sentidos corporales. Tan sólo el fenómeno es objeto de conocimiento.

Si el sujeto estructura la realidad al ser conocida y de esta estructuración surge el fenómeno que es distinto del noúmeno o cosa en sí, quiere decir que en el proceso del conocimiento se añade algún otro elemento diferente de los que provienen del mundo exterior, es decir, de los elementos captables a través de los sentidos corporales. Si no, noúmeno y fenómeno serían la misma cosa. Sin embargo está claro que sólo con los datos sensibles no conocemos. Interviene, pues, el entendimiento, es decir, algo que no proviene del mundo sensible. Esto ya justifica que en el proceso de conocimiento no sólo intervengan datos empíricos sino también elementos a priori, que no provienen de la experiencia sensible, que están al margen de ella, que los pone el sujeto a través de su papel activo en el conocimiento.

Kant, en la Crítica de la Razón Pura, estudiará precisamente los elementos a priori que intervienen en el conocimiento. Se denomina Crítica porque estudia las condiciones de posibilidad del conocimiento (aquello de hace posible el conocimiento) y porque quiere prevenir de un uso inadecuado de estos elementos a priori o puros (como se ve en la Dialéctica Trascendental).

La base empírica del conocimiento, según Kant, no puede ofrecer ni necesidad ni universalidad Pero entonces la ciencia queda sin fundamento, cosa que Kant no puede aceptar. Ahora bien: el problema se soluciona si tenemos en cuenta la parte a priori del conocimiento. Estos elementos sí que aportan necesidad y universalidad al conocimiento ya que no derivan de la experiencia y son propios de la estructura natural de la razón humana. Los seres humanos no podemos conocer de otra manera que no sea modificando la realidad con los elementos a priori para hacerla asequible (adaptarla) a nuestra razón. Es así como se podrá fundamentar de nuevo la ciencia. Aún cuando, a partir de ahora, convendrá hablar más de intersubjetividad que de objetividad en el conocimiento.

Kant parte de la existencia de la ciencia como un hecho indiscutible. Quiere estudiar sus condiciones de posibilidad (así las justificará como ciencias fundamentadas) y al tiempo sabrá qué características debe cumplir la metafísica si quiere ser considerada como ciencia.

La sensibilidad trabaja con intuiciones (captaciones) sensibles. Estas intuiciones se componen de intuiciones empíricas (captación pasiva de los datos sensibles a través de los sentidos corporales) más las intuiciones puras (los datos sensibles son enmarcados o estructurados por las formas a priori de la sensibilidad: ESPACIO Y TIEMPO). La intuición pura es totalmente a priori. Espacio y Tiempo no son objetos sino formas puras únicas (que sólo se pueden intuir) y no corresponden a nada empírico. No son conceptos puros (tan sólo pueden ser intuiciones). El espacio justifica la Geometría (le aporta necesidad y universalidad) y el tiempo la Aritmética.

El entendimiento piensa el fenómeno. Aplica sobre las intuiciones (o captaciones) sensibles los conceptos puros o categorías a fin de formar “juicios” (base de la ciencia). El entendimiento como facultad de juzgar (valorar a partir de la abstracción comprensiva). Las intuiciones (captaciones sensibles) sin conceptos son ciegas y los conceptos sin intuiciones están vacíos, es decir,

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