LA CONFIGURACIÓN DE LAS HACIENDAS EN EL MERCADO INTERNO REGIONAL. UN CASO EN LA INTENDENCIA DE GUADALAJARA.
Enviado por Jorge Mario Medrano Mora • 1 de Diciembre de 2016 • Ensayo • 5.474 Palabras (22 Páginas) • 292 Visitas
Jorge Mario Medrano M.
LA CONFIGURACIÓN DE LAS HACIENDAS EN EL MERCADO INTERNO REGIONAL. UN CASO EN LA INTENDENCIA DE GUADALAJARA
Desde la consideración de Sempat Assadurian en su artículo “La producción de la mercancía dinero en la formación del mercado interno colonial”, la historiografía económica entró a considerar la existencia de un mercado interno en los virreinatos de América en la época pre industrial. Él partía de la existencia en Europa de un sistema cultural “español- occidental”, cuyo funcionamiento prevalecía sobre lo material (lo espiritual depende de lo temporal). Las bases culturales harían que la conquista religiosa de América descansara en la búsqueda de lo que consideraban sagrado para ellos, el oro y los minerales preciosos, por ende la conquista generó complejas redes de abastecimiento de estos materiales para la metrópoli española y el continente europeo.
Es conocido lo que generó la llegada de los minerales preciosos (especialmente oro y plata) en el continente Europeo en el siglo XVI- XVII y XVIII, la llamada “Revolución de los precios” o llamada por Marx el “sistema de acumulación originaria”. Que fue el fenómeno que subió los precios abruptamente de los productos europeos, por el aumento de circulante, proceso que como nos muestra Earl Hamilton en El tesoro americano y la revolución de los precios en España, no podía ser explicado en su época y se daban explicaciones como que se debía a las exportaciones y a las ostentosidades de la nobleza, sin entender que había sido producido por las minas en América. Es por ello que las herramientas de la economía moderna pasaron a explicar este proceso, dando cifras a la inflación en distintas partes de Europa, así el mundo pudo comprender los altos incrementos en los precios y la posibilidad de ver la mayoría de las revoluciones sociales que darían paso al capitalismo.
Los minerales tuvieron efectos en el continente Europeo igual que en América, pero dichos efectos no fueron tan claros para la escuela marxista latinoamericana que vivía en los años setenta, cuya hipótesis de “economía de enclave”, lograba que viéramos el proceso un poco alejado de la realidad, sin herramientas metodológicas que explicaran claramente las consecuencias de la misma explotación en el continente americano. Se utilizó la teoría de la dependencia para observar el proceso de explotación de América como algo devastador, injusto y violento, por eso Assadurian abogó por ver qué pasaba en América, y desarrolló su tesis del mercado interno en América, donde los metales produjeron el funcionamiento y la formación de esta economía interna. (Assadurian, 1979)
Ya cuando los investigadores latinoamericanistas comenzaron a investigar este supuesto mercado interno, se dieron cuenta del complejo sistema de circulación en América, que partía principalmente de “La carrera de Indias”. Así pudieron dar cuenta los investigadores que a pesar de que la Corona desarrolló políticas económicas para frenar el comercio al interior de sus colonias, fue imposible hacerlo, pero sufrió consecuencias distintas de las que se esperaban por esto, como la desigualdad social y las revueltas que de una u otra forma llevarían a la etapa de las independencias.
Se ha dicho que en el territorio de la Nueva España las redes de circulación se crearon por las ricas minas de plata que se hallaron al interior del territorio, principalmente las minas de Zacatecas, Guanajuato y otras del Bajío, formando así la famosa ruta conocida como “Camino real de tierra adentro”, que no solo se basaba en la distribución de la plata al puerto como se creyó alguna vez, sino que era una compleja red de abastecimiento a las minas por las grandes haciendas agrícolas que llevaban los alimentos a las minas donde los trabajadores se dedicaban al laburo y también hay un desprendimiento de parte del excedente de producción que era llevado a las ciudades donde se vendía a la población los productos agrarios. Pero como todas las personas tenían que comer, una gran parte de la masa total que eran indígenas, trabajaban sus pocas tierras de labrantío y desarrollaban una precaria economía de subsistencia que muchas veces (especialmente cuando los fenómenos meteorológicos no lo permitían) era devastada por las heladas, obligando al indígena a comprar en los mercados el maíz que consumía, aunque muchas veces caía en miseria total por la subida de los precios que los acaparadores de las grandes haciendas agrícolas hacían, al no poder exportar su producto a otros lugares por las rígidas leyes de la corona que argüimos arriba. Es este el proceso que nos describe con los movimientos estacional, cíclico y de larga duración de los precios del cereal en Los precios del maíz y crisis agrícola en México, el historiador e investigador Enrique Florescano.
Aunque esto era un proceso que sucedía en todo Nueva España, no podemos verlo con toda la capacidad de explicarnos las redes entre la minería y la agricultura, a pesar de que Florescano dice que en las épocas de crisis las minas se quedaban desocupadas porque lo que les pagaban no alcanzaba para la alimentación por lo que migraban. Puede que esto haya pasado, pero no por eso las minas cayeron en crisis, así que no es determinante la explicación de que las subidas de los precios ocasionaban abandonos totales de las grandes minas. Posiblemente haya pasado en el año de 1785- 86, donde se dio la mayor crisis en el siglo XVIII u otras cuantas en siglos anteriores, pero no era una constante. Es por eso que hay que preguntarse cuáles eran los verdaderos determinantes de la economía colonial.
Como hemos observado en el estudio de la región de Zacatecas por parte de Frederique Langue, Los señores de Zacatecas, el comportamiento de la economía no era igual que al de la totalidad del Virreinato, pues las minas de Zacatecas y Sombrerete tuvieron una proyección muy diferente de la que tuvo la totalidad del reino. Hablar por lo tanto de un funcionamiento igual para todos los lugares del Virreinato, es olvidar las propias características de las regiones, las cuales no vivían el mismo proceso de forma marcado, debido a la misma organización del trabajo que podemos hallar en la economía: unas áreas se dedicaban más a la agricultura, otras a la minería de plata, otras a la minería de oro y otros lugares seguían siendo gobernados por una economía de subsistencia, donde los indígenas prevalecían con su organización económica básica ancestral.
Las posibilidades son por lo tanto tan grandes que no podemos descuidar plantear una visión totalizadora para todo los lugares. Así como la región de Zacatecas basaba la mayoría de su economía en la explotación de minerales, hubo regiones con mayor diversificación de producción como Nueva Galicia, luego llamada Intendencia de Guadalajara: aquí la explotación minera fue muy poca, pero su economía se basó en la agricultura y la ganadería, punto culminante si vemos que de todas formas no estaba separada de la minería de otras áreas, pues fue el comercio lo que desarrolló la posibilidad de tener una economía más nutrida que la de otras regiones y más fructífera, -citando a Antonio Ibarra, “la producción agropecuaria fue, para el desarrollo e integración mercantil de la región, el factor clave de un crecimiento que se vio seguido por el aumento de la población, el incremento de los niveles del producto local y su diversificación, la dinamización del mercado y la constitución de un importante sector externo a la misma.”(Ibarra, 2000,77)
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