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LA EPOCA DEL LIBERALISMO

KEYLA3313 de Octubre de 2012

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LA EPOCA DEL LIBERALISMO (1750 – 1950)

1. EL TÉRMINO DEL PERIODO COLONIAL Y LA ORGANIZACIÓN E INSTITUCIONALIZACIÓN DE LOS ESTADOS NACIONALES (1750 – 1870)

a) Los Cambios Externos

Durante el siglo XVIII, España aumenta su decadencia como potencia imperial, debido al fortalecimiento de la economía británica y su auge como nueva potencia imperial dominante. En efecto, con la decadencia española queda superado el mercantilismo como concepción predominante respecto de la forma de organización económica y política de los estados. Con el auge de Gran Bretaña se va consolidando decisivamente una nueva ideología, el liberalismo. En 1776 Adam Smith publica su famosa obra, que constituye, por una parte, un recio ataque al pensamiento mercantilista, y por otra, la más influyente expresión sistemática y coherente del nuevo pensamiento de la economía liberal y de la sociedad individualista y utilitaria.

En consecuencia, el desplazamiento del Imperio español, como sistema predominante en el mundo, por el Imperio Británico, representará no sólo un remplazo del país dominante, sino también cambios profundos en los sistemas económicos y políticos, en las concepciones ideológicas y en las políticas concretas. En efecto, comienza la expansión comercial del Imperio Británico, y tiene lugar en Inglaterra la primera fase de la Revolución Industrial, se registran profundas trasformaciones en la agricultura inglesa y se inicia el crecimiento de la actividad manufacturera.

b) La independencia como proceso

Al entrar el sistema mercantilista en crisis, éste se fue atenuando y transformando considerablemente durante las últimas décadas del siglo XVIII. Sin embargo, el proceso de independencia americana en realidad no se inicia hasta que el rey legítimo es remplazado por un usurpador impuesto por los ejércitos de Napoleón. Como consecuencia de este hecho político externo, se establecen en las colonias Juntas de Gobierno, que representan la autoridad del monarca depuesto. La sustitución de la suprema autoridad monárquica por las Juntas de Gobierno, trasladó al plano local los conflictos de intereses tradicionales entre colonia y metrópoli, entre centro y periferia colonial y entre sus representantes. Por otro lado estos enfrentamientos internos de larga data se reflejan en los intentos de golpes militares realistas con los que se procura superarlos y restablecer la autoridad de España en la periferia colonial.

En el caso de América del Sur, la reconquista abarca todo el territorio del Imperio pero nunca logra dominar la situación en las provincias del Río de la Plata; éstas apoyadas en Inglaterra y localmente en sectores criollos que se radicalizan como consecuencia de la misma lucha con las tropas realistas, mantienen su independencia. Basado sobre ese punto de apoyo se reinicia el combate por la liberación de la periferia colonial y, en seguida, con el sostén de los ejércitos nacionales que avanzan desde Venezuela y Colombia y revelan un proceso similar, se logra la conquista del bastión colonial español, el Virreinato del Perú.

c) Cambios de la estructura interna

Después de la independencia, surgieron interrogantes como qué forma de organización política habrían de darse los territorios liberados de la dominación imperial española; en este sentido se plantean desde el comienzo una serie de alternativas. La primera, y una de las más importantes, consistía en saber si se mantendría la integridad política formando un solo Estado, o si, por el contrario, las diversas divisiones administrativas y regionales que constituían el territorio colonial español se organizarían constituyendo numerosos estados nacionales independientes.

El ideal integracionista de Bolívar no se basaba sólo sobre una concepción determinada por la historia de la colonia y por la unidad que ésta conservó durante varios siglos de dominación española, o por el ejemplo de la fusión de las trece colonias inglesas en un solo Estado independiente en América del Norte; se basaba también sobre una apreciación de la importancia que podría tener llegar a constituir una gran nación latinoamericana.

Al nuevo Imperio predominante en la economía internacional y en el mundo de las ideas y de la política, es decir, el británico, también le cupo una influencia importante en la balcanización de las antiguas colonias al fomentar el comercio y los contactos directos en cada región con la metrópoli.

Entre los factores más importantes que explican las dificultades que encontraron, durante este período, los países latinoamericanos, para poder organizar su vida nacional independiente pueden señalarse; el grado de coherencia que alcanzó la estructura social durante la colonia; la diversificación económica correspondiente, el hecho de tratarse de centros coloniales o áreas periféricas y los mismos; la facilidad para establecer nuevas vinculaciones comerciales y financieras con el mundo británico; la profundidad misma que alcanzó el proceso emancipador en función del grado de participación popular.

Las nuevas formas de organización social tienen gran influencia sobre la estructura formal de los nuevos estados nacionales; sirven además para regular y establecer normas respecto de las relaciones entre determinados grupos de esta sociedad y otros similares en el resto del mundo. Las nuevas formas de organización jurídica no logran sustituir relaciones sociales que se habían arraigado e integrado en la propia forma de producir y en la organización de la vida social derivadas del modelo mercantilista colonial.

Otro hecho nuevo importante en la estructura social de la colonia es la aparición y/o fortalecimiento de nuevos grupos, particularmente los importadores y comerciantes extranjeros, sobretodo ingleses. Este es un elemento significativo en os países que ya habían desarrollado desde antes de la emancipación vinculaciones de alguna importancia con Inglaterra, las que se fortalecen y amplían durante el proceso de la independencia y posteriormente. En países como Argentina y Chile, el comercio de exportación e importación pasa en gran parte de manos criollas o españolas a manos inglesas, como consecuencia de la apertura de los puertos, exigida por Gran Bretaña como condición para el reconocimiento de los nuevos estados.

Comienzan a perfilarse también durante este periodo las dos principales corrientes políticas durante el siglo XIX: los liberales y conservadores. Los Liberales influidos por las ideas predominantes en Europa y Estados Unidos, y ajenas con frecuencia a la realidad de sus propios países y que representan los intereses de los exportadores agrícolas y mineros, asi como a los vinculados al comercio y finanzas exteriores, que en gran medida están en manos inglesas. Los Conservadores expresan los intereses en mantener el modelo “mercantilista – nacional”, una prolongación del sistema colonial de la independencia política. Se apoyan sobre la propia burocracia formada durante el período colonial; sobre los comerciantes privilegiados durante el mismo y los grandes propietarios y hacendados tradicionales, cuya forma de organización paternalista dentro de la hacienda aparece como incompatible con las concepciones liberales de contrato, de trabajo, de igualdad ante la ley y de libertad individual.

d) La Situación a mediados del siglo XIX

La estructura económica y social, muestra diferencias importantes, el proceso de su formación en el período colonial así como las transformaciones que sufre durante el proceso de independencia y las décadas que siguen.

Las políticas responden en parte a las ideologías e instituciones, y por tanto a la influencia externa señalada, por otra parte, reflejan la propia estructura económica y social creada desde la época colonial y transformada en la primera mitad del siglo XIX.

En relación con las nuevas vinculaciones externas, tal vez la diferencia más importante surja simplemente del hecho de que se establecen en períodos diferentes en los distintos países. En el cono sur, donde ya existen desde antes de la independencia, florecen ampliamente en el siglo XIX y desde muy temprano; en cambio en los ex centros coloniales y en los países del Pacífico, se crean con lentitud a lo largo de varias décadas. Los países del Caribe se mantienen, en general, dentro de su condición colonial, su vinculación directa con España es mucho mayor por razones económicas y geográficas.

En los países que en el pasado constituyeron centros coloniales con economías del tipo C (Perú y México) se mantiene una estructura económica que descansa fundamentalmente sobre la actividad agraria, dividida entre una agricultura de subsistencia, una incipiente agricultura tropical exportadora y un sector agropecuario destinado a los mercados internos. Por otra parte, la actividad minera, que entró en decadencia en el Alto Perú, se ha recuperado en México.

Chile logró desarrollar una actividad agropecuaria de tipo comercial relativamente importante a la vez que actividades mineras de significación. Por otro lado, vivió durante la colonia, e incluso buena parte de su vida independiente, en permanente conflicto con los araucanos, participo activamente en las guerras de la independencia y en otras posteriores; todo esto contribuye a la consolidación del Estado, tanto en su aspecto administrativo-burocrático como en el militar, sobre la base de la aristocracia terrateniente tradicional que conserva gran parte de su poder.

2. EL AUGE DEL LIBERALISMO (1870 – 1914)

a. El Impacto Externo

El extraordinario auge que experimentó la economía del centro durante la segunda

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