LA ESCUELA LANCASTERIANA
Enviado por karijavi • 26 de Mayo de 2013 • 1.134 Palabras (5 Páginas) • 491 Visitas
LA ESCUELA LANCASTERIANA: EVOCACIÓN DE UN NIÑO.
AUTOR: WILFRIDO GERARDO FLORES HERNÁNDEZ
La escuelita funcionaba en u edificio viejo que prestaba un vecino de la comunidad. La primera impresión fue de temor, de miedo; porque en un principio la maestra dada su edad, imponía un respeto.
Recuerdo que al despedirse mis padres de la maestra, le dijeron: “nomás los ojos le encargamos”. Me senté en una banca larga, la cual se encontraba a un costado de una mesa también larga y al frente otra banca con 10 niños más.
Al poco tiempo comprendí que ahí únicamente teníamos que hacer lo que la maestra nos indicará, por miedo o resignación. Había 93 alumnos escritos, parvulitos, primero, segundo, tercero y cuarto. Al frente se colocaba la maestra que tenía su mesa en una tarima para dominar al grupo.
¿ POR QUÉ CALVARIO?
Al terminar la jornada del día (5 de la tarde en el horario discontinuo) tenía que acompañar a la maestra a su casa para que me preparara y que me dijera en que le iba ayudar.
Al otro día cuando la maestra daba la orden de trabajo, yo tenía que repasar la lección a los de mi mesa y revisarles la tarea, cuando alguien no podía hacerla lo reportaba con la maestra para que ella lo castigara, pero cuando salía me esperaban para golpearme.
¿QUÉ ERA SER AYUDANTE?
Era el alumno del mismo grado y grupo, que la maestra seleccionaba y que preparaba para que la auxiliara.
En el grado de parvulitos las tareas eran la ejercitación de la lectura y la lectura, en primero el ayudante realizaba operaciones aritméticas y geometría como sumas y restas, las clases de conocimientos de la naturaleza y la vida, las actividades creadoras y prácticas así como las de personalidad y el complemento de los instrumentos de cultura se los reservaba la maestra.
¿CÓMO LO HACÍA?
Mientras los ayudantes revisábamos a nuestros compañeros la maestra impartía dicha clase.
A los ayudantes nuestros compañeros nos aborrecían y cada vez aumentaban mas los golpes que nos daban.
LA DISCIPLINA ESCOLAR
El cuadro que nos presenta la escuela lancasteriana es el espíritu de un niño cohibido y muerta la espontaneidad, la iniciativa, se agrega a este suplicio los duros castigos.
En la jornada matutina se entraba diariamente a las nueve con el reloj en mano y cantando todos los grupos un corito.
Llegábamos a las respectivas mesas y ella daba las órdenes:
La maestra era quien decía cómo y cuándo iniciábamos el trabajo.
¿CÓMO ERAN LOS CASTIGOS?
Los castigos consistían en ponerte de pie durante toda la clase con unas orejas de burro y un letrero en el pecho que decía “soy un burro”, quedarse sin salir al recreo o a la hora que terminaba la jornada escolar para ir a la casa, permanecer todo el día en la escuela o hincarlos sobre piedras de hormiguero con los brazos en cruz y sosteniendo en cada mano una piedra y atarlos de un pie durante toda la mañana con un palo largo.
Los castigos mayores se le aplicaban a los alumnos de mala conducta, que no cumplían con las tareas, los que decían palabras mal sonantes, los que no trabajaban o no obedecían al ayudante y sobre todo a los que desobedecían a la maestra.
LA DISCIPLINA
En una de las esquinas al fondo del salón se encontraban la zona de castigos, colgando de la pared se encontraban las varas de membrillos, fuetes, regletas y cuartas.
DEL HORARIO DE CLASES Y ACTIVIDADES DOCENTES
La jornada de trabajo era de horario descontinuó de lunes a viernes y a veces los sábados para hacer el aseo o ensayos.
Entrabamos
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