LEGADO ROMANO

1) El legado romano  estaba formado por características raciales y corrientes espirituales al igual que el germánico. Las tradiciones locales quedaron sumergidas bajo el peso del orden impuesto por los conquistadores. El ejército y las colonias militares eran agentes de romanización, difundieron un sistema preciso de normas, una disciplina que daba valor al bien común de la comunidad y el estado. Cada principio político, cada norma legal, suponía una actitud definida: la organización de la familia, el régimen patrimonial, las relaciones económicas, los principios morales, los deberes u obligaciones sociales hacia el Estado.

 El formalismo romano crea estructuras convencionales sólidas para formar el sistema de convivencia. La cosmovisión occidental escasa aportación del pensamiento teórico, heredado de Grecia a la que el romanismo debía muchas ideas. Esto ocurre en los últimos tiempos de la república y los primeros dos siglos del imperio. Luego está la crisis del siglo III, las convicciones disminuyeron, se modificó por la composición étnica, por la inclusión de los contingentes germánicos, se alteró el régimen económico social. Bajo el imperio, la vida pública había dejado de ser la expresión de los intereses de la comunidad y el ejército de cargos públicos se convirtió en uno pesado y obligatorio. Ahora era solo una expresión de un grupo privilegiado que recurrió a la iglesia. Este legado llevó a la memoria o la literatura, fue un legado de una cultura herida empobrecida por la crisis interna y debilitada por los problemas sociales, económicos y políticos que afectaron a la sociedad.

2) El legado Germánico  las primeras etapas de la cultura occidental fueron caóticas e informales. La influencia de cada legado tuvo diferentes pesos y características en el complejo, que formó múltiples combinaciones. El legado germánico estaba constituido por características raciales y corrientes espirituales.

Este fue al más simple. Los conquistadores creían en lo que hay en la naturaleza del hombre y exaltaron el coraje y la habilidad; este aspecto fue decisivo cuando constituyeron las aristocracias de los reinos fundados por la conquista. El ideal heroico se refiere a la búsqueda del honor al precio del sacrificio -si es necesario-, coraje altruista y una fuerza enorme pero no monstruosa, por lo tanto, el legado germánico se mantuvo a través de una concepción aristocrática de la vida que da forma a los impulsos de esa moral heroica junto con los otros dos legados más elaborados, que los conquistadores percibieron de inmediato y supieron incorporar: el estado, la iglesia y el dios como un sistema de normas para la convivencia.

Este legado del guerrero, el héroe, en conjunción con la iglesia y el cristianismo derivó en las cruzadas, las conquistas y las evangelizaciones de América.

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