La Dignidad

LA DIGNIDAD EN LA CONSTITUCIÓN

El principio del respeto de la dignidad humana, reconocido por el artículo 1° de la Constitución Política de Colombia, contiene un sentido original desarrollado por la jurisprudencia.

La expresion dignidad humana posee un caracter impreciso y es objeto de grandes controversias. La discusion filosofica occidental por el sentido del ser humano, tiene su punto de partida en la nocion de su capacidad racional sobre la cual se ha desarrollado la idea de que es una forma de vida superior a las demas.

El ser humano, el anthropos, esta dotado del alma racional y esta le faculta para pensar, razonar, elaborar ciencia y filosofía. El ser humano, por lo tanto, comparte con las otras entidades vivas del cosmos, el hecho de tener alma, pero su alma tiene un rasgo de excelencia que lo situa en un plano jerarquicamente superior respecto a los otros seres y lo hace mas digno de consideracion y de respeto.

Esta nocion del alma racional, comprendida tanto por la cosmovision judeocristiana como por los planteamientos filosoficos de tradicion grecorromana, constituye el antropocentrismo desde el cual se ha desarrollado el discurso de la dignidad desde tres sentidos: ontologico, etico y teologico, que son abordados principalmente por la bioetica. En el sentido ontologico, la dignidad se descubre en el ser humano por el sencillo hecho de existir, esta ligada a lo permanente del ser y es por consiguiente independiente de las condiciones o manifestaciones de este. Por el contrario, en sentido etico, la dignidad debe estar relacionada con el obrar de quien la posee, teniendola entonces por resultado y no por antecedente. La dignidad en su sentido teologico ostenta un caracter absoluto, pues el ser humano tiene una dignidad que le viene dada por el hecho de ser creado a imagen y semejanza de Dios, que es el Absoluto e Infinito.

Aun siendo una noción aparentemente vaga y difícil de definir con precisión, la idea de dignidad constituye uno de los pocos valores comunes de las sociedades pluralistas en que vivimos… En efecto, el principio de dignidad es comúnmente aceptado como la base de la democracia y su razonabilidad permanece indiscutida a nivel jurídico y político. La inmensa mayoría de las personas consideran como un dato empírico, que no requiere ser demostrado, que todo individuo es titular de los derechos fundamentales por su sola pertenencia a la humanidad, sin que ningún requisito adicional sea exigible.[6]

La Constitución está fundada en el respeto de la dignidad humana. Podríamos interpretar esto desde dos sentidos, teniendo en cuenta la intención del adjetivo “humana”. En un primer sentido la dignidad sería una condición exclusivamente humana, con lo que la intención del adjetivo sería reiterar esta característica, sine qua non habría dignidad. El otro sentido se refiere a lo opuesto, al expresar dignidad humana se estaría considerando la existencia de otras dignidades no humanas (lo

Debido a que la categoría jurídica de persona la tienen aquellos nacidos y hasta el momento de su muerte, incluso las personas en las situaciones señaladas son sujetos de derechos fundamentales; los anteriores derechos se definen, según lo comenta Lamprea Rodríguez (1994), desde seis principios constitucionales: el respeto de la dignidad humana (derechos inalienables

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