"La Mujer Coreana En Las Artes Escénicas Y El Cine.
Enviado por niennayavetil • 2 de Junio de 2013 • 2.548 Palabras (11 Páginas) • 1.009 Visitas
"La mujer coreana en las artes escénicas y el cine.
¿El camino hacia la igualdad?"
En la historia de la humanidad, apareció como principal protagonista el varón, siendo la mujer generalmente relegada a planos inferiores.
La danza coreana, junto con la música asociada a esta, se desarrolló en la antigüedad como parte de rituales y celebraciones. Los rituales eran ejecutados en honor a los ancestros o dioses del cielo y de la tierra o como ceremonias shamánicas con el fin de asegurar la armonía con los seres sobrenaturales. Con el paso del tiempo la danza ritual se convirtió en un género para el entretenimiento.
En general las danzas tradicionales de Corea se pueden dividir en cuatro categorías: cortesanas, rituales, folclóricas y danzas de artistas ambulantes profesionales. Las danzas de la corte, la forma de entretenimiento de la familia real y la nobleza, son subdivididas en dos categorías, las dang-ak jeongjae de origen chino, y las danzas coreanas nativas hyang-ak jeongjae. Las danzas rituales que incluyen los estilos budistas, shamánicos, confucianos y funerales, las danzas folclóricas incluyen las impresionantes danzas de máscaras rurales y las espontáneas danzas de agricultores que se acompañan con canciones de trabajo
Tres grandes religiones, el chamanismo, el budismo y el confucianismo configuraron la tradición de Corea y han marcado fuertemente el devenir de la historia. Es así que las danzas tradicionales han sido parte de la cultura coreana desde tiempos inmemoriales. El intercambio cultural entre China y los Tres Reinos de Corea dio origen a una gran variedad de danzas tradicionales.
Los inicios de la danza en Corea comenzó con la llegada del chamanismo, el período en la cual la mujer detentó poder y prestigio en la cual ellas realizaban plagarias hacía la lluvia. Ceremonias y rituales en las cosechas para implorar las lluvias.
Muchas festividades tradicionales están estrechamente asociadas a ritos chamánicos, los cuales se transmiten de generación en generación. Tres de estos ritos son de gran importancia: el yeonggo, el dongmaeng y el muncheon. El yeonggo es una fiesta de tambores que se celebra con la intención de revivir a los espíritus, el dongmaeng es una fiesta de agradecimiento por las cosechas, y el muncheon es un conjunto de danzas dedicadas al cielo. Estas manifestaciones artísticas se fueron perfeccionando a través de los siglos y en la época de los Tres Reinos se incluyeron juegos.
Durante el budismo se ejerció una gran influencia positiva sobre el arte debido a la perspectiva filosófica mucho más permisiva de la religión. Algunas de las más hermosas danzas de la corte y muchos rituales chamánicos, especialmente aquellos celebrados para los difuntos, reflejan la influencia budista.
Otro grupo de mujeres apareció durante la dinatía Silla la denominación Kisaeng o Gisaeng, que se refiere a aquellas mujeres coreanas educadas y entrenadas para entretener y acompañar a los hombres de la nobleza.
Algunos indican que las Kisaeng nacieron mucho antes, en la época de la dinastía Silla. Sin embargo, en dicho período, existían lo que se conoce por el nombre de wonhwa, que eran mujeres designadas de entre la clase aristócrata, con origen muy diferente al de las Kisaeng.
Las Kisaeng provenían de las clases más bajas, cheonmin, pero a pesar de esto, estas mujeres llevaban un tipo de vida semejante a la de la clase alta, yangban, debido al trato exclusivo que poseían con dicha clase.
Estas mujeres se preparaban en escuelas, gyoband, donde se le proveía de conocimientos de música, danzas y literatura. Eran las haengsu, entrenadoras de las Kisaeng, quienes disciplinaban y enseñaban, incluso mediaban en caso de que se plantease algún problema entre las Kisaeng y los clientes, o bien, cuando se producía algún cargo contra la conducta de las Kisaeng.
Las mujeres artistas de la corte creaban elaborados espectáculos poéticos a mediados del período Goryeo (en el siglo 11). Estas actuaciones incluían versos que eran cantados como preludios y postludios a los entretenimientos de la noche; se lucían magníficos trajes y se interpretaba música especial durante estos recitales ("readings"). La "Danza dando un paseo en bote" ("Boating Dance"), por ejemplo, involucraba a 32 jóvenes bailarinas, con seis tirando de un bote con dos niños a bordo. Luego de echar anclas, la nave era tirada por otras cuatro artistas con sogas, que daban vueltas al bote. Puede haber habido hasta 200 artistas, agrupados en esquemas altamente formales, participando en una variedad de otros entretenimientos reales estupendos.
Los títulos de las danzas de la corte coreanas traen a la mente imágenes de aves y flores: "Hermosas personas recogiendo peonías", "La llegada del fénix", "La danza del ruiseñor", y "La danza de la grulla". "La danza de la espada", que es interpretada hoy en día sólo por mujeres, es una danza de armas que no pretende manejar con precisión las espadas, siendo sólo un espectáculo de percusión divertido. Estos temas refinados reflejan una delicadeza de gusto sofisticada, con un humor sereno, como en la "Danza del juego de pelota", donde dos equipos de mujeres compiten arrojando pelotas de madera a través de los agujeros en dos puertas adornadas con flores.
Corea es afortunada de haber conservado vivas estas invalorables glorias del pasado, ya que el hecho de que estas tradiciones hayan sido transmitidas de generación en generación a través de los siglos, les permite a los artistas de la actualidad recrearlas regularmente en el Instituto Nacional de Música Clásica . Los documentos más tempranos muestran que el Hwarang, el floreciente cuerpo de jóvenes de Silla, precedió la aparición de las bailarinas mujeres de la corte.
En la sociedad feudal rígido de principios de la dinastía Choson (1392-1910), las mujeres no se les concedió oportunidades y estatus igual al de los hombres en los ámbitos de la actividad social. Sin embargo, el kisaeng, una anfitriona femenino artista-actor y profesional, a menudo en condiciones de mezclarse con las clases altas, a pesar de su condición inferior en la jerarquía social. A diferencia de la de su contraparte moderna, su comercio no se marcó necesariamente desagradable. En los niveles superiores, podría entretener e incluso asociado con algunos de los principales miembros masculinos de la sociedad: noble en el gobierno, embajadores extranjeros, los sumos sacerdotes y monjes y estudiosos eminentes. Tenía que ser talentoso y entrenado en las artes como la literatura, la composición, el canto, el baile y la conversación. El canto de sijo
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