La Mujer En El Arte
Enviado por pamessss • 4 de Julio de 2014 • 1.814 Palabras (8 Páginas) • 229 Visitas
Verónica Zerbino es una artista argentina dedicada mayormente a la
realización de esculturas en arcilla. Al ver sus piezas, podemos encontrarnos con
diversos estilos, pero que generalmente se desarrollan en relación con la temática de
la figura femenina.
La mujer fue inspiración y objeto de representación dentro del
arte desde sus comienzos. Así, podemos empezar analizando una obra
que muestra relaciones que se remontan a estas primeras apariciones
de la figura femenina. Se trata de una escultura monocromática que
representa a una mujer desnuda y con formas simplificadas. Aparecen
en ella signos de naturalismo, pero a la vez percibimos una
exacerbación de las curvas femeninas. Esto nos recuerda a la Venus de
Willendorf, que data de aproximadamente 25000 años a.C. En esta
pieza del período paleolítico también podemos ver las exageraciones de
la femineidad, que en este caso realzan los pechos y el vientre. Así
percibimos que la imagen de la mujer estaba directamente asociada a
la fertilidad. Este aspecto resultaba de suma importancia, ya que
permitía la supervivencia de la raza tan amenazada por lo desconocido.
En el caso de la obra actual observamos las curvas mayormente acentuadas.
Esto puede tener que ver con el hecho de que en nuestros tiempos la idea de la mujer
ya ha logrado despegarse, en lo relativo a la sexualidad, de la fecundidad. Vemos en
la escultura de Zerbino a la mujer como a una figura de deseo y no como a un medio
de reproducción.
Es interesante esta cuestión, ya que nos muestra la relación que generalmente
se establece entre el arte, la sociedad y la época en la que se realiza. Claramente,
sabemos que el concepto de la mujer y su lugar en la sociedad ha cambiado de
manera abismal. Sin embargo, si bien esto se ve reflejado en el arte, es destacable
cómo aún así logramos establecer relaciones entre la mujer dentro del arte
contemporáneo y la mujer de miles y miles de años atrás.
Al observar otra obra de la artista, podríamos decir, bastante
relacionada con la anterior, nos encontramos con elementos que se
separan del naturalismo y nos traen reminiscencias del período
Neolítico. Estamos hablando de la transición realizada en ese
momento hacia una representación más geométrica. Si bien
visiblemente esta obra no muestra una total abstracción, está alejada 2
de ser naturalista. Observamos la figura de una mujer, pero sus extremidades
superiores y su cabeza tienden a transformarse en figuras geométricas, aunque sin
perder la línea de curvas presente en las esculturas de Zerbino.
En los períodos antiguos con los que establecimos relaciones hasta ahora, el
Paleolítico y Neolítico, la mujer aparece siempre asociada a una mitología y a la
fecundidad. No nos habla de la belleza y la estética.
Es en el período del Clasicismo griego cuando recién se
representa a la figura femenina buscando acentuar las cualidades
que la llevarían a ser el canon de belleza. Si bien en un principio los
modelos representados desnudos eran masculinos, posteriormente
surge un mayor interés en torno al cuerpo de la mujer y se acepta
representarlo desprovisto de sus ropas. Entre muchísimas obras,
podríamos destacar a la Nióbide herida (450-440 a.C.), donde
aparece esta figura cayendo de rodillas en el intento de alcanzar la
flecha clavada en su espalda. En esta acción, el artista deja caer los ropajes de la
Nióbide con la expresa intención de mostrar su desnudez. Ya se aprecia en Grecia el
cuerpo femenino y toma protagonismo dentro del arte.
Es indudable que los avances que realizaron los griegos en
el estudio de la anatomía y sus majestuosas obras siguen aún hoy
influenciando a los artistas. En la siguiente obra de Zerbino vemos
grandes reminiscencias de este período, pero conservando
también las exacerbaciones de lo sensual en la figura. Los griegos
nos presentaban un cuerpo atlético y estilizado, a diferencia de
esta pieza donde la voluptuosidad es mucho mayor.
Así, el desnudo femenino va avanzando a lo largo de la historia y tomando
mayor protagonismo incluso que el masculino, en contraposición con sus inicios en
Grecia. Se convierte en un género dentro del arte. Sin embargo, estos desnudos se
esconden detrás de la idea de ninfas o diosas y, a pesar de estar dotados de
sensualidad no se les adjudica una connotación sexual.
Posteriormente, se logra salir del desnudo idealizado y se busca uno más
realista. Este estilo resulta mucho más controversial que el anterior, ya que no se trata
de una mujer ideal sino de mujeres reales en situaciones reales. Ya no hay una
justificación mitológica para que la mujer aparezca desnuda. Sin embargo, tras la
polémica inicial, el desnudo naturalista comienza a aceptarse y termina poniéndose en
boga la imagen de la mujer como objeto de atracción a través de su cuerpo. Se 3
empiezan a representar ahora en situaciones cotidianas en las que la mujer se
encuentra desnuda, buscando el artista dar una idea de intimidad casual donde el
espectador puede apreciar la figura femenina. El autor está mostrando a la mujer
como objeto sexual, pero busca que parezca fruto del azar. (Prieto Quirós, 2010)
Teniendo esto en cuenta, podemos notar como si bien en este período ya se pasó de
la idealización a una mujer existente todavía la representación se encuentra cohibida
por los tabúes de la época.
Es recién en el S XX cuando el desnudo ya es totalmente explícito y sin
tapujos. Esto se relaciona tanto con las liberaciones a las que va adaptándose la
sociedad y los grandes sucesos que atraviesa, como también con la intención de
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