La Primera Constitución Del Mundo
Enviado por briellha • 20 de Octubre de 2013 • 4.233 Palabras (17 Páginas) • 1.203 Visitas
La primera constitución escrita
Constitución de Medina
La primera constitución escrita de un Estado promulgada por un gobernante en la historia humana en mano del Santo profeta del Islam data del primer año de la Hégira (Años 622 de la era cristiana) y ha llegado hasta nosotros de forma completa. Para poder apreciarlo, señalaremos algunos puntos a modo de introducción.
El estado es una institución muy antigua en la sociedad humana. Comenzó siendo una ciudad-estado. Los habitantes de las pequeñas regiones no solo aseguraban así su independencia —defendiendo sus territorios contra las agresiones extranjeras—, sino que también desarrollaron sus propias reglas de conducta. Las diferencias de dioses, de los ritos de culto, de los procedimientos, condujeron a una serie de actos a veces loables y a veces reprobables, todo ello consecuencia de la misma independencia fundamental del ser humano.
Si hay restricciones sobre la libertad absoluta de una persona es a través del consentimiento directo o indirecto de esa persona; en el interés de lograr unos recursos defensivos, las órdenes se unifican y todos se unen, estando ciertos actos prohibidos, son sanciones o castigos. Las ciudades-estados han sido gobernadas por monarquías hereditarias o por presidentes republicanos elegidos, o en casos más raros, por todo un consejo. Allí donde hay una sociedad tiene que existir una ley. En cuanto a estas leyes, también existe una para dirigir el gobierno.
Hasta donde yo he podido comprobar, los primeros documentos constitucionales son griegos, chinos e indios pero ninguno de ellos es una verdadera constitución en el sentido de una ley promulgada por un jefe de estado.
Así, en Atenas existía una ciudad-estado. Solon (640-559 a.c.) era uno de los siete miembros de un consejo de estado. A él se atribuyen las reformas constitucionales. Sugirió ciertas modificaciones. Otros colegas participaron y estas reformas se ampliaron. Sin embargo, no existía una constitución como un todo, sino solo un cambio en las prácticas existentes. La constitución de Atenas fue una colección de leyes no escritas basadas en las antiguas costumbres y prácticas griegas.
Hay un libro llamado la constitución de Atenas, atribuido a Aristóteles (año 384-322 a.c). No es una ley constitucional de Atenas, sino solo una historia de la evolución de la practica constitucional de esa ciudad. Mas aún, Aristóteles no era un soberano, sino solo un ministro y su libro no fue aprobado por su rey ni aplicado como una ley de territorio.
En china existió el libro ‘Shu-King’, de Confucio (año 551-479 a.c). Tampoco este filósofo era un gobernante. Su trabajo es una especie de libro de texto para el estudio de los principios, un trabajo de referencia para los reyes o gobernantes. No tuvo la aprobación del emperador para ser considerado como ley del reino. Un contemporáneo de Alejandro el Grande y de Aristóteles, Kautillya, era ministro del emperador budista de la india, Chandra Gupta. Su libro ‘Artha Satra’ (Economía Política) no está disponible en inglés.
Es un libro de texto para príncipes, como lo es ‘El Príncipe’ de Maquiavelo o el ‘Nasihatul-Mulook’ de Ghazali. No es un documento constitucional, ni tampoco se le ha presentado o se han referido a él como tal.
Si excluimos estos trabajos históricos o pedagógicos, la historia del mundo no proporciona un solo caso de ley escrita de un Estado antes del tiempo del profeta de Islam (569-632), a pesar del hecho de que el estado existía en la sociedad humana cientos de años antes que él.
Nacido en la Meca en el año 569, Muhammad anuncio, a la edad de 40 años, que había recibido la misión divina de predicar el Islam. Unos pocos compatriotas le escucharon, otros le persiguieron en su ciudad natal con gran ferocidad, por lo que se vio obligado en el año 622 a emigrar secretamente para poder escapar de un complot que había de asesinarle.
Al llegar a Medina se encontró con que la ciudad estaba dividida por luchas entre los jefes. En una población de 10.000 personas, los musulmanes solo eran unos 500. Los demás eran árabes paganos, cristianos y judíos. ‘Bellum omnium contra omnes’ (guerra de todos contra todos), esta era la norma en vez de ser la excepción. Las divisiones entre los árabes con extrañas alianzas e incluso llegando a las matanzas, había hecho que la vida allí fuese insegura, insostenible.
El Profeta convocó en una asamblea a todos los jefes de las tribus que habitaban la región. Al ser extranjero y neutral en la política local, no existía duda alguna por parte de ellos en asistir a dicha reunión. De acuerdo con Al-Bukhari, se reunieron en la casa de Anas ibn Malik, un compañero del profeta de origen medinés. Sin embargo, no especifica quienes o cuantas personas acudieron a la reunión. Podemos suponer que el Profeta les recordaría lo que todo el mundo sabía, que la vida se había vuelto insegura e imposible, que las divisiones internas habían debilitado el sistema defensivo de la ciudad, que Medina estaba a merced de cualquier invasor extranjero. Debió proponerles el perdonar y olvidar, el colaborar en la creación y administración de una ciudad-estado, en donde la justicia fuese norma, dentro de una unidad o de un todo homogéneo. Se lograría concediendo autonomía a los grupos y centralizando ciertas funciones de interés común, tales como defensa. Todo el mundo estuvo de acuerdo en que esto era una buena solución. Los musulmanes refugiados en la Meca y los de Medina, habían enterrado sus anteriores diferencias y se habían concentrado en un sólido grupo político, bajo el mando de su líder espiritual, el Profeta del Islam. Pero todavía eran una minoría en una proporción de 20 a 1. Debió de ser la impresión causada por el profeta sobre todo el mundo, por su inteligencia, su sinceridad y su sentido de la justicia, que todos ellos, musulmanes o no, estaban de acuerdo en que él debía de estar en el frente de la ciudad estado propuesta
Después de ciertas deliberaciones, se redacto un documento en donde quedaron impresos los derechos y deberes del gobernante y de los gobernadores. El texto ha llegado a nosotros de forma integra y puede dividirse en 52 cláusulas. Ibn Ishaq, uno de los maestros del Iman Al-Bukhari, lo ha recopilado, al igual que lo han hecho otros historiadores y tradicionalistas de la época. Se ha traducido al inglés, alemán, italiano, francés, danés, turco y urdo (y quizás en otras lenguas que ahora desconozco).
La propia naturaleza de este recién creado estado y de las circunstancias bajo las cuales surgió, parecen ser responsables del hecho de que esta constitución debería haber tenido forma confederal, con mucha autonomía para los grupos, ya que no solo había judíos y paganos además de
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