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La Quintrala Ultimos años


Enviado por   •  29 de Septiembre de 2014  •  775 Palabras (4 Páginas)  •  221 Visitas

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Últimos años

En 1654 Catalina quedó viuda, con lo que retomó el control total sobre las tierras y negocios que compartía con su esposo, Alonso Campofrío. En enero de 1662 se inició un nuevo juicio en su contra por diversos abusos y crímenes cometidos en contra de sus esclavos. Ese mismo año muere Jerónimo de Altamirano, su sobrino, y ella misma enferma. A partir de entonces, su salud irá deteriorando de forma paulatina hasta su muerte en 1665.

En su testamento,7 fechado en 1665, Catalina ordenó y dejó pagadas misas tanto por su alma como la de sus seres queridos, así como por quienes habían vivido bajo su encomienda, en el Templo de San Agustín, además de instituir diversas capellanías, entre las cuales se cuenta la instaurada en favor del Cristo de Mayo —escultura que, según la leyenda, habría pertenecido a ella y de la que se habría liberado porque la miraba con reproche— y así mantener la procesión expiatoria anual los días 13 de mayo. Otra suma menor fue destinada para ayudar a familiares y amigos. El resto de sus bienes fueron rematados a beneficio de la Orden de los Agustinos

Murió el 15 de enero de 1665 a la edad de 61 años (edad avanzada para el promedio de la época), temida y mitificada en vida, sola y despreciada por todos, en su propiedad santiaguina contigua al templo de San Agustín. Su funeral fue fastuoso y fue sepultada, como era tradición en la familia Lisperguer, en el Templo San Agustín, sin que se sepa exactamente donde está su tumba.

Según las crónicas de Benjamín Vicuña Mackenna, muchos de los bienes fueron rematados y la propiedad quedó abandonada durante años, debido al miedo que tenía la gente superticiosa de tener relación alguna con la Quintrala.

Su muerte: ¿un arrepentimiento?

El 10 de mayo de 1662 Catalina dispuso su testamento. Casi toda su fortuna fue legada en beneficio de su alma, para ser rescatada del purgatorio. Estableció que se dijeran 20 mil misas, para lo que dispuso 20 mil pesos.

En los días siguientes a su entierro, debían oficiarse otras mil misas, y también mandó se dijeran 500 misas más, esta vez por las almas de los indígenas que habían fallecido debido a sus malos tratos.

Mediante otras disposiciones, favoreció a algunos parientes y amigos cercanos. Por último, legó 6 mil pesos al Señor de la Agonía o Cristo de Mayo, para seguir realizando la procesión expiatoria de los días 13 de mayo, cuando se recordaba el terremoto acaecido en esa fecha. Sus funerales fueron realizados con una ostentosa pompa, que incluyó mil cirios para la iglesia. Ataviada con el hábito de San Agustín, fue enterrada en el templo de esa orden.

La Iglesia de San Agustín en Santiago, donde está sepultada La Quintrala.

Arquitecto: Arquitecto peruano desconocido

Ubicación: Agustinas con Paseo Estado

Cliente: Frailes Agustinos

Año: 1625

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