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La arquitectura del Renacimiento


Enviado por   •  18 de Septiembre de 2022  •  Trabajo  •  4.654 Palabras (19 Páginas)  •  109 Visitas

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La arquitectura del Renacimiento

Los renacentistas indagaron en el estudio de la arquitectura grecorromana para ser retomada y adaptada a una nueva época, más humanista, con conceptos arquitectónicos novedosos. Dichas indagaciones estuvieron fundamentadas en los diez libros del tratado de Vitruvio De Architectura, realizados en el siglo 15 a.C.  Su autor es considerado como el padre de la teoría de la arquitectura. En este tratado, Vitruvio estudia la arquitectura griega de manera detallada, como una muestra de la arquitectura perfecta;  desarrolla una serie de estudios de proporciones y escalas, de espacios y formas, y determina la lógica arquitectónica griega en base a números.

Otras fuentes de consulta de los renacentistas fueron textos desarrollados durante el propio Renacimiento, tales como el Tratado de los cinco órdenes De la Arquitectura de Giacomo da Vignola, los textos de Sebastiano Serlio, León Battista Alberti y Andrea Palladio.

La importancia de Vitruvio durante el Renacimiento fue incluso exaltada por Leonardo Da Vinci, en un estudio de las proporciones humanas perfectas, al que llamó El hombre de Vitruvio en honor a los estudios de proporción y escala humana realizados por él, quince siglos antes. Recordemos que, según los tratadistas, las proporciones del cuerpo humano fueron utilizadas por los griegos para proporcionar las plantas y los alzados de sus edificios.

La primera obra arquitectónica que, sin duda, ha sido definida como la iniciadora del Renacimiento, fue la construcción de la cúpula de la basílica de Santa María de las Flores en Florencia. Esta obra, realizada desde el periodo gótico en planta de cruz latina, no fue cubierta en su crucero por una torre de aguja, como se acostumbraría en la tradición gótica, sino por una cúpula de madera. En 1419, fue abierto un concurso por la ciudad para el diseño de una nueva cúpula y, una vez más, como en el concurso de las puertas del baptisterio, los dos competidores más importantes fueron Lorenzo Ghiberti y Filippo Brunelleschi. Sin embargo, a diferencia del primer certamen, Brunelleschi ganó con una solución única en la historia de la arquitectura, tanto que aún hoy en día sigue siendo objeto de estudio y discusión principalmente porque, según los escritos de la época,  su autor no dejó plano alguno —de su diseño y construcción. La razón fue que Filippo estaba muy receloso y desconfiado del concurso, a razón de lo ocurrido en el concurso de las puertas del baptisterio.

La cúpula de Santa María de las Flores es una obra cuya construcción parecería impensable por la ingeniería existente en esa época, puesto que no existía una maquinaria para elevar gente y material para erigir una edificación de tal altura, nunca antes realizada: una cúpula de ocho lados con un diámetro exterior de casi 55 m cuyo tambor arranca a 54 m del suelo y se alza hasta una altura máxima, del piso a la punta de la cúpula, de 116.50 m.

En realidad, se trata de una doble cúpula con una escalera entre los dos casquetes para aligerar el peso y evitar un volumen tan macizo. El material elegido fue el ladrillo de barro, para reducir la carga, que se calcula en un aproximado de 30 000 t.

Otro de los aspectos a destacar es que no se utilizó cimbra para su construcción, debido a que no era viable colocar una cimbra como se acostumbraba en la época, porque para colocarla a la altura y dimensiones que se quería alcanzar, se requeriría una gran cantidad de cimbra, que hubiese sido muy pesada e, incluso, más costosa que la misma cúpula. Además, el tiempo de su construcción que se hubiera tomado solo para preparar la cimbra, habría elevado enormemente los costos.

De ahí que, Brunelleschi diseñó un aparejo de tabique conocido como espina pez, en la que los tabiques se entrelazan de manera vertical y horizontal además de aparejarse en diagonal, de manera que los ocho lados de la cúpula se vayan cerrando con una increíble precisión en el punto más alto. Incluso las dimensiones de los ladrillos fueron diseñadas por Brunelleschi según sus necesidades. De igual manera inventó un sistema de poleas y engranes para ser tirados por bueyes y subir el material a la parte más alta, la innovación radica en que gracias al diseño de los engranes, las poleas podían subir y bajar, mientras los bueyes caminaban siempre en el mismo sentido, cuando lo normal era tener que cambiar el sentido de los bueyes, hacia un lado para bajar y al contrario para subir. Todo esto ahorró una gran cantidad de tiempo y recursos a la construcción.

El resultado final de la construcción fue, más que una impresionante obra de ingeniería y arquitectura nunca antes vista, el inicio de una nueva era arquitectónica. Con esta obra, Brunellechi se colocó como un gran genio y, a partir de ese momento, realizó una gran cantidad de obras en Florencia que fueron influencia para toda una nueva generación de arquitectos renacentistas.

La familia Medici, una dinastía de mecenas que financió económica y políticamente una gran cantidad de autores en diferentes disciplinas artísticas, fue sin duda fundamental para el crecimiento del arte renacentista en Florencia. Podríamos asegurar que el arte del Renacimiento difícilmente podría haberse desarrollado de la misma manera de no ser por los Medici. Además, fueron una familia muy ligada al papado romano quienes, incluso, tuvieron tres papas dentro de su dinastía. A lo largo de la historia, ha sido muy mencionado el gran nivel de corrupción alcanzado por la iglesia católica en este periodo y de las múltiples relaciones con familias adineradas, tales como los Medici y los Pazzi, otra gran familia de mecenas florentina, entre quienes existía una gran rivalidad por el control de la ciudad.  Incluso se habla que la llegada de los tres miembros de los Medici al trono papal, fue gracias a grandes pagos y arreglos ilegales. Ser papa en el Renacimiento era una ambición para muchas familias importantes, puesto que daba prestigio y poder en todos niveles.

Es de resaltar que justamente los tesoros del Vaticano que hoy podemos ver fueron, en gran parte, producto de esta riqueza de ostentación en la que había caído la iglesia y que poco tenía que ver con los conceptos básicos del cristianismo; sin embargo, no es objeto de este curso juzgar el origen ético de estas obras, sino el análisis arquitectónico y artístico que representan.

A este respecto, Cosme de Medici, fundador de la dinastía, mandó construir un gran conjunto en el que participaron varios autores en diferentes épocas  donde destaca la Basílica de San Lorenzo, obra de Filippo Brunelleschi: en planta de cruz latina —un tanto engañosa—, tres naves y crucero (no tan definido en parte a las sacristías laterales), es uno de los primeros ejemplos arquitectónicos en los que Brunelleschi se destaca por el uso de la perspectiva como parte de la proyección arquitectónica en la que los elementos parecen confluir en un punto principal, el altar, dándole así la jerarquía como el elemento principal del espacio. Los elementos grecorromanos se hacen presentes, mediante una serie de arcos formeros y torales de medio punto y una cubierta plana encasetonada al estilo de las basílicas paleocristianas, órdenes clásicos en los capiteles —en este caso corintios— rematan columnas de sección redonda y fuste liso. La perspectiva se resalta gracias al diseño de los pisos mediante una serie franjas a lo largo de toda la nave que contrasta con el diseño del mosaico.  

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