La ejecución de Luis XVI
Enviado por josuealias • 10 de Enero de 2012 • Tesis • 623 Palabras (3 Páginas) • 625 Visitas
La mañana del 21 de enero, recibida la comunión, el todavía rey para los monárquicos Luis Capeto le confío a Cléry la tarea de dar el último adiós a sus parientes y abandonó el Temple en carroza. A las diez y cuarto el condenado llegó a la Plaza de la Revolución: fue vestido de blanco y sostuvo el libro de los Salmos en sus manos
La ejecución de Luis XVI.
Al bajar de la carroza se quitó la chaqueta, se desabrochó la camisa de lino y se apartó el pañuelo del cuello. Algunos soldados trataron de atarle las manos pero Luis se negó con indignación: «Haréis lo que se os haya mandado hacer, pero no me ataréis nunca».70 Edgeworth ayudó a Luis Capeto a subir los empinados peldaños del cadalso y alcanzado el palco, el verdugo Sanson le cortó la coleta y el rey accedió finalmente a que le ataran las manos, después de que Edgeworth le dijera que ese era "el sacrificio final".71 Tras esto, el "ex-rey" preguntó si los tambores redoblarían durante su ejecución.71 El condenado, logrando apartarse del verdugo, hizo ademán de volverse hacia el pueblo de Francia pero no lo dejaron, llegando a exclamar: «¡Pueblo, muero inocente de los delitos de los que se me acusa!. Perdono a los que me matan. ¡Que mi sangre no recaiga jamás sobre Francia!».72 El verdugo refirió que el rey soportó todo eso con una compostura y una firmeza que nos asombró a todos nosotros. Estoy convencido de que sacó su fortaleza de los principios de la religión, de los que nadie parecía más convencido y afectado que él.71 Uno o dos minutos después de las diez y veinte, la cuchilla de la guillotina cayó sin piedad sobre el cuello de Luis XVI.71
Entonces, un joven miembro de la Guardia Nacional cogió la sangrante cabeza y la enseñó al pueblo paseándose por el cadalso.73 La muchedumbre estalló gritando ¡Viva la República! Se empezó a cantar La Marsellesa y algunos espectadores se echaron a bailar en círculo alrededor del cadalso. Otros se entretuvieron en recoger la sangre que se había filtrado a través de los maderos del cadalso, otros la probaron.74 Un ayudante del verdugo subastó las prendas y el pelo del fallecido.75 Los guardias civiles, mientras tanto pusieron el cadáver y la cabeza en un cesto de mimbre que colocaron en un carro. El carro se dirigió al cementerio de la Magdalena, donde fue enterrado el último monarca del Antiguo Régimen en Francia.76 En la Restauración, bajo el reinado de su hermano Luis XVIII, su cuerpo fue trasladado junto al de María Antonieta a la basílica de Saint-Denis.
A su muerte, su hijo de ocho años, Luis Carlos se convirtió automáticamente para los monárquicos y algunos estados extranjeros77 78 en el Rey de iure Luis XVII. La reina María Antonieta siguió a Luis XVI en la guillotina, el 16 de octubre de 1793, como Madame Isabel, el 10 de mayo de 1794. Luis XVII murió en misteriosas circunstancias, quizás a causa de la tuberculosis, el 8 de
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