La expulsion de los jesuitas
Enviado por ginoxxxc • 3 de Mayo de 2014 • Tutorial • 7.547 Palabras (31 Páginas) • 465 Visitas
2.- LA EXPULSION DE LOS JESUITAS
No seria exacto atribuir exclusivamente a los Borbones la postura de los que defienden las regalías de la corona, puesto que ella se advierte durante los Reyes Católicos y la casa de Austria, pero es indudable que aquella postura con los Borbones se acentúa. La irreligiosidad de la ilustración se hace notar en algunos hombres de Carlos III y pese a la indudable bondad del monarca, seria difícil no atribuir su influencia en la expulsión de los Jesuitas.
Junto a los factores religiosos y sociales que influyeron en la determinación del Rey, también ha de colocarse el obstáculo que significaba la doctrina isidoriana sustentada por los jesuitas.
Pedro Rodríguez Campomanes exaltó el absolutismo monárquico y califico de sacrílega, subversiva, seductiva y herética la doctrina jesuita que justificaba la sublevación de los súbditos contra los gobernantes, ya que, a su parecer, tales decisiones están solo entregadas al juicio de Dios. El escándalo de Campomanes demuestra la importancia que tuvo el ideario filosófico – político de los jesuitas en su expulsión.
Las consecuencias del destierro de los jesuitas de todos los dominios españoles (1767) se sintieron gravemente en América. En Chile la importancia de los jesuitas era decisiva en el campo educacional, teniendo gran cantidad de colegios, impartiéndose en varios de ellos la filosofía jesuita. Además, desde 1759 enseñaba, gratuitamente, en la Universidad de San Felipe, el mas eximio expositor que tuvo España en la doctrina del origen popular del poder (Francisco Suarez, jesuita). Esta expulsión trajo como consecuencia una persecución de los tratadistas de la orden. Una Real Cédula del 18 de octubre de 1768 declaro extinguidas en todas las Universidades y estudios de América las cátedras de la escuela Jesuita y prohibió el uso de sus autores en la enseñanza. El Rey, en otra Real Cédula, recomendó la obra Incommoda Probabilismi del dominico Luis Vicente Mas de Casavalls, que atacaba las direcciones teológicas Jesuitas y ordenaba que los graduados y catedráticos hicieren un juramento al tomar posesión de la cátedra, de que no oirían ni enseñarían la doctrina del regicidio (el que mata o atenta contra la vida del rey) y tiranicidio. Ya que la biblioteca jesuita pasa a manos de la Universidad de San Felipe se encomendó a Gregorio Cabrera que la expurgara de las obras contrarias a la ideología de la corona.
En marzo de 1768 la corona había instruido a los eclesiásticos para que en cada oportunidad que tuvieran inculcaran la veneración al Rey y al Gobierno. El 21 de agosto de 1769 el Rey convoco a un Concilio Provincial en Lima a los obispos de ese Arzobispado y a 2 de Chile, para excluir a los autores jesuitas, a pesar de eso el Concilio eludió un acuerdo categórico en los puntos esenciales y el Rey no dio curso a los acuerdos del Concilio y los archivo. No por eso se dio por perdida la batalla, los agentes aguzaron sus oídos para captar cualquier detalle que pudiera ir en perjuicio de la sumisión a la corona. El gobernador Ambrosio O’Higgins ahogo el mas leve indicio de infidelidad.
A la tarea persecutoria se sumo la de propagar los dogmas del poder absoluto, el fray José Antonio de San Alberto publica un Catecismo Real , que en 20 lecciones, remonta el origen de la monarquía a Dios, y advierte que al pueblo no le toca intervención en esos temas, cualquier intervención de su parte constituye “un error seminario de muchos y graves errores. Hasta las leyes injustas han de ser cumplidas, no quedando al pueblo más recurso que “obedecer y suplicar humildemente”.
En las memorias del Virrey de Perú, Francisco Gil de Taboada y Lemus, se declara a a los Reyes como los sagrados sustitutos de Dios para el temporal gobierno de los pueblos y “como autores de las leyes civiles”.
3.- GARANTIAS Y PROGRESO
Aunque el proceso de centralización administrativa y la persecución de doctrinas limitadoras del poder real, alentadas por los Borbones, parecían no dejar espacio a la comunidad para hacerse presente en la política, otras circunstancias vinieron a alentar esa participación. La lectura y la Universidad de San Felipe ayudan a la maduración de los criollos en Chile. Igual efecto produjo la Real Cédula de 1703 que dispuso que los campesinos chilenos se aguparan en ciudades para facilitar la administracion de justicia y educacion. El paso no solo fue de importancia civilizadora, sino tambien politica. En varias ciudades se instituyeron Cabildos, lo que creo una escuela de adiestramiento civico para los habitantes. El nuevo Cabildo de Santiago comienza a tener influencia, a él se debe (bajo los Borbones) la creacion en Santiago de la Universidad de San Felipe, la fundacion de las Casa de Moneda y la construccion del canal del Maipo.
Las garantias individuales que tenian los subditos durante los Austrias se mantienen inalteradas. En la instrucción de gobernantes expedida en Aranjuez (1776) se previene que estos deberan tomar razon, almenos semanalmente, de los presos que hubiere por orden del Virrey o Gobernador, para impedir castigos sin haber pasado antes sus antecedentes a la Sala del crimen. Ademas, según orden de Ambrosio Zerdan, se dispone que no se recibira preso sin orden del juez.
Aunque la vida politica de los criollos era restringida, los demasd derechos les estaban asegurados y estas restricciones les eran devueltas en beneficios espirituales y materiales. La autoridad de los Gobernadores, como Manso de Velasco, Ortiz de Roasa, O’Higgins, entre otros, era en bien de los subditos. El lema del despootismo ilustrado “Todo para el pueblo, sin el pueblo” encontraba asi su pena aplicación.
4.- DEL ESTADO PATRIMONIAL AL ESTADO NACIONAL
El desagrado con el que se recibió en partes de América la noticia de la expulsión de los jesuitas fue una señal de la personalidad que iban adquiriendo los súbditos de América, lo que no escapo a la agudeza de los gobernantes españoles. Por los datos recibidos de México, el consejo extraordinario del 4 de marzo de 1768, presidido por el conde de Aranda e integrado por los fiscales Campomanes y Moñino, se abordó el problema de estrechar los vínculos entre España y América. A juicio de los fiscales se debía destruir la idea de que el Gobierno de Madrid solo quería sacar ganancias de América, para lograr esto era necesario unirlos a España con los vínculos del interés (estudios, darles lugar en las tropas, tener regimientos de naturales, darles mas cargos de importancia), eso, según ellos, es lo que estrecharía su amistad.
De acuerdo con este programa de reformas una real orden de 21 de febrero de 1776, mandó a la Cámara de Castilla proponer a americanos para cargos eclesiásticos y plazas togadas en las
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