La revolución industrial en Gran Bretaña (176-1840)
Enviado por monimolii • 21 de Febrero de 2016 • Resumen • 1.615 Palabras (7 Páginas) • 370 Visitas
Tema 1. La revolución industrial en Gran Bretaña (176-1840)
1.La revolución industrial: Concepto y cronología.
Se conoce como Revolución Industrial al proceso de crecimiento económico que entre las últimas décadas del siglo XVIII y mediados del XIX, experimentaron Gran Bretaña primero y luego Francia, Bélgica y Alemania. Este proceso tuvo características que hasta el momento eran desconocidas; una de ellas fue el aumento de la renta per cápita, que alcanzó una magnitud superior a cualquier otro periodo anterior en la historia y además se convirtió en sostenido. Los países antes citados aumentaron su productividad como consecuencia de varias causas:
1º) Fueron incorporadas a la producción agraria, industrial y a los transportes nuevas tecnologías. En casi todos los casos se trataron de sencillos descubrimientos realizados por campesinos y artesanos, y cabe destacar que la ciencia contribuyó poco a este progreso tecnológico. Ejemplo: La rotación de cultivos sin barbecho. La mayoría de innovaciones en la industria y en los transportes nacieron en Gran Bretaña porque presentaba condiciones favorables para ser pionera. Durante varias décadas estas nuevas tecnologías se extendieron por otros países europeos mediante la emigración clandestina de artesanos, mediante el espionaje industrial y el contrabando de máquinas. Cabe destacar que Inglaterra no permitió la libre salida de técnicos y maquinaria hasta mucho más adelante. Debido al gran número de innovaciones que se produjeron en esta etapa de cambio, podríamos sintetizarlo de la siguiente manera:
- Nuevas máquinas movidas primero con energía hidráulica y luego con vapor sustituyeron a otras accionadas por el hombre, los animales, el agua y el viento, lo que llevó a la sustitución de funciones de producción intensivas en el trabajo por otras intensivas en capital.
- Se utilizaron materias primas muy abundantes (carbón mineral, hierro, ladrillos, tintes artificiales…) que reemplazaron a otras de naturaleza orgánica que tenían una escasez relativa (madera, tintes vegetales, abono animal…)
2º) La aparición de nuevas formas de organización del trabajo también contribuyeron al aumento de la productividad durante esta revolución industrial. Se trató sobre todo de la sustitución de pequeñas explotaciones agrarias y fábricas que empleaban mano de obra asalariada. Esto produjo una organización más eficiente de la producción por tres razones:
- La primera fue una mayor división del trabajo. En las pequeñas explotaciones agrícolas y en los talleres, campesinos y artesanos realizaban casi todas las operaciones necesarias para obtener los bienes que producían, mientras que en las grandes empresas de servicios como las ferrocarriles, las operaciones fueron divididas y encadenadas, especializando a grupos de trabajadores en cada una de ellas, lo que aumentó la velocidad de producción.
- La segunda fue la aparición de una metódica y férrea disciplina laboral que no existía anteriormente en las pequeñas explotaciones agrícolas y en los talleres. Surgió otra forma de trabajo basada en los horarios estrictos y vigilancia del rendimiento de cada trabajador. Durante la revolución industrial se dieron los primeros pasos hacia lo que después sería la “empresa moderna”, entendiendo por tal aquella que ya no es gestionada por un propietario que realiza múltiples actividades, sino por directivos especializados por departamentos.
3º) Otra causa que elevó la productividad fue la mayor especialización económica territorial que originó el aumento del comercio. Se le dio importancia a los intercambios entre países. Cuando dos regiones o naciones producen los mismos bienes y no existe comercio entre ellas, la riqueza que se genera es menor que cuando se especializan en la producción de aquello en lo que poseen ventaja comparativa.
4º) Finalmente, la productividad creció como consecuencia del cambio estructural que provocó la revolución industrial. Las razones de este cambio estructural fueron de demanda y oferta. El estadístico Ernst Engel descubrió la conocida ley de Engel que decía que cuando aumenta la renta per cápita, el gasto de cada persona también lo hace, pero en proporción decreciente el dedicado a bienes de primera necesidad y en proporción creciente el dedicado a los que no lo son. Ésta es la razón por la que durante la revolución industrial, la demanda de bienes industriales y de servicios aumentó proporcionalmente más que la de alimentos.
La mayor demanda de bienes industriales creó incentivos para producirlos, cosa que resultó posible porque el incremento de la productividad agraria permitió liberar factores del sector primario. La industria aumentó su productividad por encima de la de la agricultura.
Se observa que disminuyó la proporción de población activa del primario en beneficio del secundario y terciario, y también lo descendió parte del PIB correspondiente a la agricultura. Como consecuencia de esto, la renta per cápita comenzó a crecer de modo sostenido; también lo hizo la población activa en la industria y los servicios, contribuyendo así a la Renta nacional.
En resumen, durante la revolución industrial convivieron viejas y nuevas tecnologías y también antiguas y nuevas formas de organización del trabajo. Esto hizo que el crecimiento económico fuese mucho más lento de lo que se creía con anterioridad. No obstante, los cambios que se produjeron constituyen junto al Neolítico al cambio más importante de la historia. La población creció y también lo hizo su esperanza de vida. La mayor productividad desembocó en un aumento de la producción y del consumo por habitante que redujo la pobreza en la que vivía la mayoría de la población preindustrial. La sociedad dejó de ser rural y pasó a ser urbana y el crecimiento económico se convirtió en sostenido. Es destacable que en esta industrialización se abrió la brecha entre los países industrializados y los subdesarrollados.
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