Las Nuevas Concepciones Ideológicas Del Siglo XVIII

Las nuevas concepciones ideológicas

del siglo XVIII

El grado de desarrollo económico político y financiero de la pujante burguesía europea se reflejaba de manera directa en la gran demanda que el comercio y la industria había logrado

Destaco por sus escritos el británico John Locke quien sostenía que era necesario modificar las instituciones políticas y legales mediante innovadores conceptos. Francois Marie Arouet, quien empleo durante gran parte de su vida el seudónimo de Voltaire. En sus escritos así como su vida política, combatió la dominación eclesiástica y lucho de manera decidida por la más amplia autonomía intelectual. En sus obras sobresale la preocupación por la vigencia plena de la libertad de prensa así como la facultad de los individuos de elegir sus gobernantes.

El desarrollo de las teorías políticas y del derecho durante el siglo XVIII, se debe en gran medida a los innovadores conceptos de Charles Louis de Secondat; este ilustre jurisconsulto deseaba la conservación de la monarquía pero insistía en la separación de los poderes en ejecutivo, legislativo y judicial.

El espíritu de las leyes ejercieron una influencia profunda entre los revolucionarios estadounidenses y sobre todo entre los insurgentes latinoamericanos

Juan Jacobo Rousseau quien pugnaba porque se estableciera la democracia directa y la igualdad política, introdujo nuevos conceptos tales como el que la aparición de la propiedad privada había dividido a los hombres en ricos y pobres, introdujo la idea de El contrato social, la cual al instalarse se ejercía la soberanía del pueblo

El pensador italiano Giambattista Vico quien combatió las viejas concepciones históricas y propuso una interpretación donde se revalorizaron todos los periodos oscuros de irracionalidad y barbarie por los que han transitado los diversos pueblos

La aparición en el trascurso de varios lustros, de los 28 Tomos de diccionrio razonando de las ciencias artes y oficios, conocidos como la enciclopedia, fue sin lugar a dudas uno de los elementos más importantes de la cultura europea del siglo XVIII. Los conceptos revolucionarios de esta obra fueron plasmados al sustituir la fe en Dios por el materialismo y el ateísmo

Una importante rama del pensamiento progresista del siglo XVIII, sostenía que los hombres tenían los mismos derechos naturales y que las funciones de los gobiernos debían limitarse estrictamente a evitar la interferencia de los derechos del hombre. Su frase conocida fue ‘’dejad pasar, el mundo camina por si mismo’’

El conjunto de ideas revolucionarias que se fraguaba en la Europa ilustrada pronto fueron leídas y comprendidas por numerosos americanos que se aprestaron a impulsar a lo largo y ancho de los territorios dominados por España, entre ellos, destacaba un inquieto sacerdote mexicano de nombre Miguel Hidalgo que pasaría a la historia como uno de los más consecuentes impulsores de estas corrientes del pensamiento

Los primeros pasos

La Nueva España en el siglo XVIII, se enfrentaba a una desigualdad política, económica y social, que amenazaba con desbordar las tradicionales formas de control, que el estado ibérico había desarrollado con relativo éxito durante más de dos centurias.

La miseria de la mayoría del pueblo, principalmente los indígenas; el peonaje como sistema de trabajo; el infamante sistemas de castas, la gran propiedad en manos de españoles, el resentimiento de los criollos en contra de los peninsulares por las escasas oportunidades de ascenso político que les brindaba el gobierno; la nula educación para la mayoría de los indígenas y de los mestizos; el asfixiante clima de represión de la santa inquisición y la alta jerarquía de la iglesia católica

Yucatán en 1761 se rebeló Jacinto Canek, ese mismo año el indígena Juan Cipriano convoco a la insurrección en la región de Guanajuato; los indios de San Diego en california decidieron proclamar su libertad en 1775; la sublevación del indio Mariano en Tepic y finalmente las conspiraciones de 1809 en Valladolid y 1810 en Querétaro

En este contexto de inconformidad y rebeldía, el 8 de mayo de 1753 nació en la Hacienda de Corralejo. Miguel Gregorio Antonio Ignacio Hidalgo Gallaga, inquieto liberal mexicano que encabezo en inicio de la lucha por la independencia

Realizo sus estudios elementales en la institución jesuita de San Francisco Javier en Valladolid ; dos años después su establecimiento educativo fue clausurado y fueron expulsados de la Nueva España, meced al bando del 25 de julio de 1767, bajo las acusaciones de exceso de poder, espíritu de fanatismo, desobediencia al gobierno. El abandono de sus estudios lo llevaron a pasar el resto de 1767 en la población de Tejupilco, donde convivio con indígenas adquiriendo dominio del idioma otomí. En esta etapa de desarrollo intelectual de Miguel Hidalgo sus discípulos decidieron otorgarle el sobrenombre de El zorro

A principios de 1774 toma la decisión de convertirse en clérigo y se avoca a realizar estudios canónicos los cuales culmina el 19 de septiembre de 1778, cuando obtiene el grado de presbítero. Quien después sería llamado Padre de la Patria. En 1784 se presentó a un concurso bilingüe latín y castellano con el trabajo ‘’Disertación sobre el verdadero método de estudiar teología escolástica. El joven Hidalgo estaba influido por el pensamiento jesuita humanista y por lo tanto su trabajo conquistó simpatías pero también animadversiones de aquellos sectores conservadores.

En 1787 fue nombrado tesorero, días después vicerrector. Su inquieta vida lo llevo a ocupar diversos cargos en la administración escolar entre los que destacan: tesorero, secretario, vicerrector y finalmente en enero de 1790, fue nombrado rector del Colegio de San Nicolás Obispo. Miguel Hidalgo, como hombre libe, de pensamiento progresista, ejerció su masculinidad de manera abierta y no apegándose a la doble moral.

Vivió en unión libre con Manuela Ramos Pichardo con ella procreo dos hijos: Agustina y Mariano quienes crecieron en Valladolid. También en Guanajuato había nacido otro hijo suyo llamado Joaquín, cuya madre fue Viviana Lucero.

Sus actividades en la política lo llevaron a tener problemas con las autoridades eclesiásticas y civiles. Entre las principales acusaciones que le hicieron al clérigo Hidalgo destacan: conflictos con la inquisición por haber firmado en 1800 que Dios no castiga en este mundo con penas temporales y por haber sostenido que el gobierno de la iglesia era manejado por hombres ignorantes; también se le acuso de leer libros prohibidos entre ellos los de Volteire y Jacobo Rousseau y por lo tanto de sustentar ideas avanzadas. En varias ocasiones y durante cerca de 20 años, la inquisición acuso a Hidalgo por afirmar que

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