Las Señoritas De Avignon

El giro a la antigüedad de Picasso se nota mucho en esta obra, en la que nos encontramos con dos figuras femeninas, que están enfrentadas y también en contraste, ya que una esta desnuda totalmente y la otra completamente vestida nos recordaría a las esculturas arcaicas griegas, a las esculturas femeninas que iban vestidas y que tenían un carácter rigido y la que el ropaje da un volumen. Dando así una imagen descompensada, puesto que la mujer que esta vestida pesa mucho mas sobre la otra que esta desnuda. Para ello Picasso eleva la figura de la mujer desnuda para poder compensar el que no lleve ropa.

Una semana después de esta obra, realiza Dos mujeres desnudas. En primer lugar vemos los cuerpos que hasta ahora Picasso no prestaba mucha importancia al cuerpo, pero a diferencia de ello aquí notamos que están construidas mirándolo abstractamente construidas con cilindros y esferas, como si las construyeran con un compás con un encadenamiento de cilindros y esferas, poniendo especialmente énfasis al modelado en las zonas de conexión a base de sombreados, dando así a cada conexión una mayor expresividad, para acrecentar ese énfasis nos pone las figuras en un primer plano y no solamente en primer plano sino poniendo un punto de vista elevado, haciendo un contrapicado para que el espectador vea las figuras agrandadas.

Lo más importante de esta obra son las caras ya que se representan en forma de máscaras, pero no mascaras de cualquier modo, pero no sucede así, ya que la máscara sustituye al rostro, lo que el trata de decir aquí es que en realidad no hay ningún rostro original, ingenuo o a salvo de la contaminación visual, que construimos diariamente que constituye nuestra única seña de identidad.

¿De dónde proviene las máscaras? Lo que le hace a él giran, hacia el ámbito de la máscara, es el arte románico español, pero fundamentalmente el arte románico y el arte ibérico.

El cerro de los santos y los exvotos del Duque de Osuna.

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