Los años Del Tropel
Enviado por geraldine87 • 31 de Marzo de 2015 • 1.255 Palabras (6 Páginas) • 257 Visitas
ALFREDO MOLANO: LOS AÑOS DEL TROPEL, Bogotá:
CINEP-CEREC 1985.
Pocos períodos de la historia de Colombia han logrado concentrar el
interés de tantos investigadores como el comprendido entre los años
1946 y 1964, durante el cual se destacó esa especie de guerra civil no
declarada y bautizada como La Violencia. Ya en el año 1962, antes de
que se hubiera declarado oficialmente concluido el fenómeno, la
comisión integrada por el clérigo Guzmán, el sociólogo Fals Borda y el
jurista Umaña Luna intentó una explicación délo sucedido, en el primer
volumen de su obra La Violencia en Colombia. Desde entonces, como
afirma Alejandro Ángulo en la nota bibliográfica que acompaña al texto
que aquí reseñamos, no menos de setenta títulos han tenido que ver con
ese período, ya como objeto directo de estudio, ya como referencia
obligada de la historia reciente del país. Los autores de esta abundante
bibliografía representan un amplísimo abanico de disciplinas,
tendencias e inquietudes, por lo cual difícilmente puede decirse que
exista alguna perspectiva o metodología que no se haya adoptado,
aspecto que no se haya tocado o interpretación que no se haya
intentado. Pero el tema parece inagotable, tanto que la obra que Alfredo
Molano le dedica resulta en verdad novedosa no obstante lo numeroso y
variado de sus antecesores.
En cierto modo, lo primero que salta a la vista en Los años del tropel
es la audacia que exhibe su autor para desafiar los cánones académicos.
En efecto, no deja de ser curioso que un sociólogo, como es Molano, se
niegue a someter el producto de su trabajo de campo a una "...carnicería
estadística (que) convertía la Violencia en un fenómeno de redistribución
de tierras o en un tejido de hipótesis acerca del juego político, sin
que a la mayoría de los 200.000 muertos les hubiera tocado mucho de lo
primero ni hubieran entendido nada de lo segundo" (Molano, p. 31).
Imbuido de este criterio, Molano se propone hacer la historia de las
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masas anónimas que protagonizaron la Violencia —unos en calidad de
víctimas, otros como verdugos— sin haber podido entender jamás por
qué tuvieron que vivir lo que vivieron, aunque todos fueran portadores,
en últimas, de una herencia cultural (en un sentido muy amplio que
incluye lo económico, lo político, lo social, lo religioso, etc.) que hizo
posible el acaecimiento de esos hechos y el ensañamiento que los
caracterizó. Se trata, entonces, de un intento de hacer la historia desde
abajo, desde la vivencia de quienes la padecieron, valiéndose del método
más directo para lograr este tipo de empeño: la entrevista. El autor se
adentra, pues, por los caminos de la historia oral, claro que con un estilo
bastante poco convencional: en lugar de presentar la transcripción fiel
de testimonios interminables o de partes de ellos seleccionadas con
algún criterio determinado, Molano aventura una propuesta formal
llena de albures pero también de atractivos: la creación de personajes
colectivos arraigados en la realidad de muchos relatos cuyos elementos
esenciales se repiten con cierta regularidad.
En la introducción de la obra, Molano explica con claridad y rapidez
las razones que lo indujeron a optar por un método tan original como
riesgoso. No vamos a tratar de seguir muy de cerca el hilo de su
argumentación porque creemos que el resultado habla por sí solo. Los
seis personajes que logra construir son otros tantos arquetipos que
representan con fidelidad a vastos sectores de colombianos que vivieron
los episodios desgarradores que allí se narran. Pero no hay que entender
aquí el término arquetipo en un sentido peyorativo que pueda connotar
rigidez o esterilidad; por el contrario, la gran virtud de Molano está en
insufrarle a sus creaciones una calidad vital que se manifiesta en su
lenguaje, en las sutilezas de su sicología, en el complejo universo ético
que cada uno representa, en la riqueza de detalles de la que sus
memorias hace gala. Mediante esta técnica, el autor reconstruye, ante
los ojos asombrados del lector, el hondo sentido del drama tal y como lo
vivieron sus protagonistas, a lo largo de seis relatos llenos de
volúmenes, de medias tintas, de elementos contradictorios, en fin, de
sabor de realidad.
Se dirá que estamos hablando de literatura. Sí, en cierto modo, pero
no de literatura de ficción. Molano
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