Madame Lynch, Un touch de clase en el período post colonial
Enviado por Vivian Prado • 4 de Agosto de 2016 • Ensayo • 1.705 Palabras (7 Páginas) • 533 Visitas
Madame Lynch. Un touch de clase en el período Post Colonial.
Si existiera una palabra para desarrollar la imagen expuesta a los ojos del mundo de Elisa Alicia Lynch sería “Injusticia”. Injusticia el referirse a una heroína nacional con acusaciones infames y sin fundamento, esparcidas por malintencionados (en un principio) quienes buscaban hacerse con sus bienes, y mal informados (luego) que repetían la historia aprendida ensuciando a una Mujer, con todas las letras, que supo ser madre, compañera, amiga, apoyo, contención, brazo derecho y gran forjadora de lo más rico de nuestra cultura.
Introdujo la polca, los trajes de danza folclóricos, que en realidad eran modelos franceses, los grandes bailes emulando a las celebraciones europeas, las fiestas temáticas, los adornos y accesorios que usaban las mujeres para arreglarse, diferentes estilos de peinados, la famosa peineta de oro, el “kygua vera” de las mujeres trabajadoras, el miriñaque, los vestidos de estilo europeo y se hizo cargo de la financiación de la educación de promesas musicales.
Resaltando estos puntos no cabe duda que fue un ícono de la moda, ejemplo a seguir por sus congéneres contemporáneas, siendo amada u odiada, marco un estilo en una época. Además de ser innegable su aporte a las demás artes florecientes en nuestra nación. Y no sólo eso, sino que también fue un ejemplo de personalidad y lealtad a lo largo de la cruel guerra, manteniéndose firme al lado del Mariscal.
Madame Lynch es una figura muy controvertida hasta el día de hoy en la historia nacional, de origen dudoso hasta no hace mucho, en que a través de documentos se constató que había nacido en Irlanda y no en Inglaterra, hija del segundo matrimonio de un doctor en medicina, recibió una educación privilegiada para la época, instruyéndosele en literatura, teatro, artes y música, tomaba clases de piano hasta el momento en que se llevó a cabo su primer matrimonio. Xavier Quatrefagues, quien la desposó, era un doctor del ejército francés de 34 años que con artilugios convenció a su madre de la vida que podría llevar a su lado, engañando a la familia, pues se habían casado en una iglesia protestante y dicho matrimonio solo tendría validez en Reino Unido, ya que para casarse ante las leyes de Francia necesitaba de la aprobación del ejército, y el unirse a una extranjera apeligraría su carrera, por lo cual resulta obvia la estrategia de unirse en una iglesia aún nueva para la época, que no era reconocida por el pueblo francés. Sumándosele a esto el hecho de que Lynch no podría aparecer nunca en eventos oficiales acompañando a su “esposo”, y que quedaría confinada a las sombras injustamente siendo la “esposa” hasta la aparición de López cuando ésta tenía 19 años, podemos imaginar que esas experiencias fueron modeladoras de su carácter y actuar posteriormente en nuestro país, y ya podemos refutar una de las imágenes difundidas de ella haciéndola quedar como mujer mayor trepadora y sin escrúpulos que sedujo a López por interés, asegurando que es completamente errónea, ya que no llegaba a 20 años de edad cuando se conocieron en París, cuando éste fue a reunirse con Napoléon III.
El romance entre ambos se dio de inmediato, suponemos que López quedó impresionado ante la inteligencia, educación y preparación de Elisa, que contrastaba inmensamente con la de las paisanas de la época. Para ese entonces ya se encontraba separada de Quatrefagues, no así divorciada, pero esto no impidió que López la hiciera parte de su tour por Europa mientras pudo, hasta que tuvo que cumplir con sus obligaciones políticas en Paraguay, sin olvidarse de ella, ya que hizo todo para que ésta, ya embarazada de Panchito López, viaje hasta el Paraguay y pueda instalarse en el país, y así fue.
Paraguay no era un ejemplo de moralidad en aquella época, las leyes dispuestas en la época de Francia prohibían el matrimonio entre extranjeros, para asegurar la fortaleza de la raza paraguaya, pero no castigaban las uniones extramatrimoniales motivo por el cual los matrimonios no eran tomados en serio y era común también que existan mujeres cabezas de familia, lo que hace que el pueblo en general no se haya escandalizado con su condición. Pero esto no fue así con las mujeres de la hipócrita élite conservadora, que la despreciaron desde que puso un pie en el Paraguay, encabezadas por su suegra y cuñadas, invadidas de envidia por privilegios que ellas carecían.
Independientemente al rechazo de la sociedad hacia Madame Lynch, ésta supo lidiar con eso y se dedicó a otras cosas más provechosas para su alma y espíritu, además de hacerse cargo de sus hijos y los hijos de López con sus amantes, hizo de la casa que le obsequió López el Centro Cultural de Asunción. Su biblioteca contaba con innumerables materiales de contenidos varios, los cuales eran recibidos por correo. Ella y López trajeron la modernización al Paraguay y a la región del Río de la Plata, hicieron circular en la élite piezas literarias de origen francés e inglés que se volvieron muy populares.
Puso de moda las peñas entre sus amistades y si entre éstos existía algún talento emergente se encargaba ella misma de financiar su educación musical. Una muy memorable se hizo durante el cumpleaños del Mariscal el 24 de julio de 1860, en la que se llevó a cabo por primera vez la entonación del Himno Nacional Paraguayo, en la quinta de Madame Lynch, (actual Gran Hotel del Paraguay), como regalo de cumpleaños. En el sofisticado salón procedió a ejecutar en un piano el músico francés Francisco Dupuis, autor de la música para el himno, que en esa ocasión fue interpretado por el Comandante Barrios y el farmacéutico Parodi.
Fue bajo el mandato de los López que se aprendieron danzas europeas variadas, que fueron traídas principalmente por Madame Lynch. El pueblo que observaba los bailes los imitaba dándoles un toque más pueblerino, sin seguir los pasos y técnicas, ya que no recibieron ninguna instrucción, éste es el origen, de, entre otras danzas, el Londón Karapé y la Palomita.
Elisa Alicia Lynch irradiaba juventud y su belleza sin igual era realzada en los glamorosos vestidos que lucía destacando su figura, inusuales para la población en general, más adelante se volvieron un prototipo de las heroínas informales, especialmente para aquellas mujeres cabeza de hogar, que representaban el 70% dentro del modelo familiar de aquel entonces. Ella sintió simpatía hacia las mujeres conocidas como “kygua vera”, (llamadas así porque era un rasgo característico de ellas lucir las peinetas de oro denominada de la misma forma) que también eran un sector importante en la economía nacional. Por lo que puede deducirse que por esta razón adoptó a esta prenda como parte de sus accesorios básicos, posteriormente imitados por otras damas de sociedad, hasta el día de hoy, que es un adorno folclórico típico infaltable entre las bailarinas de danza tradicional.
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