Milagro Japones
Enviado por trbn • 14 de Diciembre de 2011 • 1.419 Palabras (6 Páginas) • 1.249 Visitas
1. Introducción
Tras registrar en 1996 una notable desaceleración en su crecimiento, las economías dinámicas de Asia (EDA) han vivido en 1997 fenómenos alarmantes: quiebra de algunos de los otrora potentes conglomerados empresariales (chaebol) en Corea del Sur en el primer trimestre; crisis financieras en varios países del sudeste asiático a partir de julio; y, para colmo de males, desastre ecológico en Indonesia y Malasia en octubre y caída de la bolsa de Hong Kong, con importantes repercusiones en otros mercados de valores, a finales de ese último mes. Tales sobresaltos han puesto de nuevo sobre el tapete el debate sobre si es perdurable o no el llamado milagro económico asiático, que ha exhibido en los últimos decenios tasas prodigiosas de crecimiento, transformaciones estructurales intensas y mejoras sustanciales en el nivel y la calidad de vida de la población. Algunos destacados analistas, como Krugman (1997), ven confirmadas sus tesis de años atrás sobre el inevitable declive económico de Asia oriental. Otros especialistas, más cautos, observan esos fenómenos como simples reveses coyunturales que no ponen en cuestión los fundamentos básicos del auge de la orilla asiática del Pacífico. Este artículo pasa revista a la pérdida de fuelle en el ritmo de crecimiento de las EDA, a las causas y consecuencias de las recientes crisis financieras y al debate, más de fondo, sobre el tipo de expansión de la orilla asiática del Pacífico y sobre sus eventuales límites. Concluye que, a pesar de los reveses de los dos últimos años, todo hace pensar que auge económico de Asia oriental proseguirá en lustros venideros.
2. Una coyuntura adversa en 1996
Como puede verse en el cuadro 1, algunas economías de la región, como las de Corea del Sur, Tailandia y Singapur, sufrieron en 1996 lo que allí se interpretó como una recesión, puesto que el crecimiento del PIB se redujo sustancialmente (en unos dos puntos) respecto del año anterior. Las economías asiáticas (sin contar Japón) vieron aumentar en 1996 su PIB conjunto en apenas un 7,4%, la cifra más baja desde 1991. En cuanto a Japón, inmerso desde 1992 en su recesión más grave desde el final de la segunda guerra mundial, el crecimiento siguió siendo lento en 1996, si bien se observó cierta recuperación, que no ha continuado, sin embargo, en 1997. En cualquier caso, el crecimiento de Asia oriental siguió superando con creces a la media mundial (4%). Por añadidura, los motivos que explican ese crecimiento más lento son, sobre todo, de índole coyuntural, como ha expuesto el economista principal del Banco Asiático de Desarrollo (Desai, 1997): - la adopción deliberada de políticas de austeridad, encaminadas a combatir la inflación (China), hacer frente a la escasez de mano de obra (Taiwán y Singapur) o reducir los déficit por cuenta corriente (Malasia, Tailandia, Indonesia y Corea del Sur); - el menor crecimiento de las exportaciones (22% en 1995 y 5% en 1996), debido, a su vez, a tres factores principales: el menor aumento de la demanda de importaciones de la OCDE (17% en 1995 y 2% en 1996); la caída de las cotizaciones en el mercado de componentes electrónicos (que afectó sobre todo a Corea del Sur, Singapur y Malasia); y la renovada competencia japonesa, por causa de la depreciación del yen. Por añadidura, fenómenos coyunturales de este tipo ya se dieron en períodos anteriores (por ejemplo en 1985), lo que no impidió, en contra de la opinión de algunos pesimistas, que el crecimiento alto se reanudase en años posteriores. Con arreglo a las estadísticas del Banco Mundial, el aumento anual medio del PNB per cápita alcanzó, en 1985-95, 8,4% en Tailandia, 8,3% en China, 7,7% en Corea, 6,2% en Singapur, 6% en Indonesia, 5,7% en Malasia y 4,8% en Hong Kong. A efectos de comparación, la tasa correspondiente a España fue de 2,6% en ese mismo periodo.
3. Las crisis financieras
Como es bien conocido, los ataques especulativos contra el baht tailandés desde mediados de mayo se extendieron al conjunto del sudeste asiático durante el verano. Entre julio y octubre esa moneda perdió un 32% de su valor respecto de dólar, caída que se vio incluso superada en el caso de la rupia indonesia (35%) y que se contagió al ringgit malayo (25%) y al peso filipino (19%). Incluso Singapur, con las reservas en divisas per cápita más altas del mundo, no pudo impedir que su moneda se depreciara en un
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