Modernidad - Mirralles

Modernidad

No hay que confundir la Modernidad con la división entre la Edad Moderna y la Edad Contemporánea. La Modernidad a la que referimos abarca ambos periodos.

Lo moderno habría nacido de la convicción colectiva de la libertad, de la construcción de una sociedad nueva, sin privilegios, ni desigualdades basadas en un orden sagrado, absolutizado, apriorísticos y trascendente. “La aceptación de la factibilidad de una sociedad libre, igualitaria y fraterna, no podía sino desembocar en el ejercicio de una razón crítica con todas sus consecuencias y contradicciones”. El hombres es aquel que irá definiendo a un nuevo hombre moderno: autónomo y libre, que rompe con el pensamientos del medioevo, preocupado por la trascendencia  y lo divino; sobre la cual se constituye una manera distinta de educar: formar hombres libres, capaces de reconocer a sus semejantes a través de tiempos, lugares y costumbres.

En lo económico, el periodo de transición nos lleva al capitalismo. Los cambios político-institucionales de Europa Occidental, se centraron en la construcción de los Estados Nacionales Absolutismo; de este modo se inician las conceptualizaciones contractualista y liberales. Desde lo social advienen la crisis la conformación de nuevas clases sociales, nuevos intentos de reorganización social y las teorías que intentan explicar toda esta realidad cambiantes. Desde lo educativos, la modernidad es sinónimo de conformación de los Sistemas Educativos y de una creciente participación del Estado; como una suerte de división entre la esfera privada y la esfera pública en materia de educación. El interés por la división de la escolarización se vinculó con la Ilustración.

Durante los siglos XV y XVI, los pensamientos del Renacimiento, el estudio de vida de los humanistas, otorgó importancia a la lectura de los clásicos, a la lengua, a la razón, el logos, que posibilitó la explicación de este nuevo hombre que nacía: la esencia humana, el hombre libre.

La educación humanista, se presenta como la re consagración del hombre, de su mundanidad, de su ida en la ciudad terrena, de sus pasiones, de lo más terrestre, corporal, natural. Una educación que apunta hacia una libre formación del hombre, que propone como fin la liberación del mismo y su potencia con. Formar hombres libres, capaces de reconocer a sus semejantes a través de tiempos, lugares y costumbres diferente y de iniciar con todos una común conversación.

La oposición del Humanismo a la Edad no reside en el “descubrimiento” de los “clásicos” de la Antigüedad, sino que la Edad Media debía asimilar los clásicos, la “Modernidad” debía asimilarlos a las aspiración dela burguesía en ascenso. Así de desarrollo una confianza cada vez más profunda en los poderes del hombres y la necesidad de organizar las distintas disciplinas no subordinad a la teología, promoviendo la investigación y la orientación práctica del saber.

En la segunda mitad del siglo XVI, dos culturas de cuño religioso, “nuevas” en la media en que revitalizaban el viejo cosmos cristiano, se expandieron entre las elites europeas: la protestaste y la católica jesuítica. La Reforma Protestante, no solo busco oponerse a la estructura eclesiástica medieval, son defender los intereses del poder político alemán y de las clases medias en ascenso. La Reforma se esforzó por encontrar en el Antiguo Testamente, textos que exaltan la moral del trabajo y otros que exaltan la moral del precio en este mundo. La Reforma, como uno de los componente ssumativos de ese proceso de individualización (de la doctrina, es la de interpretar el texto sagrado sin la necesidad de intermediarios), que se manifiesta e todas las facetas de la sociedad; se presentó como una reacción frente al universalismo católico impulsado por la Iglesia. En lo que respecta al ámbito educativo, cedió al Estado e contra de las escuelas, una escuela pública y religiosa.

Para responder este movimiento, la Iglesia Católica promovió el movimiento de la Contrarreforma para oponerse a los movimientos que definía como herejías. Desde lo estrictamente educativo, ambos movimientos introdujeron reformas en cuanto a contenido, instituciones y teorías.

En el siglo XVII, el cual dio a una figura importante: Juan Amos Comenio, “el padre de la didáctica”; sus principios pedagógicos derivan de su concepción del mundo. Sostenía que le hombre es perfectible indefinidamente y en consecuencia, la educación podría contribuir a su desarrollo. La observación dela naturaleza y el respeto de sus lees sería el único método eficaz. Está en la naturaleza del hombre aprender todo por lo tanto “todo puede ser enseñado a todos”. Para Comenio la ciencia y la organización política constituye junto con la pedagogía la base de la felicidad suprema de la humanidad.

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