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Monografía Manuscritos Marx


Enviado por   •  28 de Octubre de 2013  •  2.647 Palabras (11 Páginas)  •  339 Visitas

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BIOGRAFÍA DEL AUTOR.

Karl Marx nació en Tréveris, Alemania el 5 de mayo de 1818.

Proviniendo de una familia judía de clase media, estudió en las Universidades de Bonn, Berlín y Jena, doctorándose en filosofía en esta última (1841). Trabajó algún tiempo como profesor y periodista, pero sus ideales políticos le obligaron a abandonar Alemania en 1843, instalándose en París ese mismo año.

Estableció una duradera amistad con Friedrich Engels, la que se plasmaría en una estrecha colaboración intelectual y política de ambos.

Asimismo muchas de sus dificultades materiales (a causa de su dedicación al socialismo y la producción de textos) fueron superadas gracias a la ayuda económica de Engels.

Expulsado de Francia en 1845, se refugió en Bruselas.

Tras una breve estancia en Colonia para apoyar las tendencias radicales presentes en la Revolución alemana de 1848, pasó a llevar una vida más estable en Londres, en donde desarrolló desde 1849 la mayor parte de su obra escrita.

En 1848, Marx y Engels plasmaron ideas comunes en una de las obras más trascendente de sus vidas titulada “Manifiesto al Partido Comunista”; se pueden sintetizar en: explotación obrera, unión internacional del proletariado, lucha de clases -proletariado contra burguesía-, la acumulación de capital -a favor del capitalista- para generar más capital por medio de la plusvalia del trabajo, entre otros puntos centrales.

Posteriormente, durante su estancia en Inglaterra, Marx profundizó en el estudio de la economía política clásica y, apoyándose fundamentalmente en el modelo de David Ricardo, construyó su propia doctrina económica, que plasmó en El Capital; de esa obra monumental sólo llegó a publicar el primer volumen (1867), mientras que los dos restantes los editaría después de su muerte su amigo Engels, poniendo en orden los manuscritos preparados por Marx.

Algunas de sus obras marcaron los principales estallidos de procesos revolucionarios. Entre ellas pueden nombrarse:

“Manuscritos económicos y filosóficos (1844)”, “Manifiesto al partido comunista” (1848), “Trabajo asalariado y capital” (1847), “Las luchas de clases en Francia de 1848 a 1850” (1850), “Teorías sobre la plusvalía” (1862), “Salario, precio y ganancia” (1865), “El capital, volumen I (1867), “El capital, volumen II” (1885), “El capital, volumen III” (1894).

Durante los últimos años de su vida luchó contra las dolencias físicas que le impedían trabajar en sus obras políticas y literarias. Karl Marx falleció el 14 de marzo de 1883 en Londres, Reino Unido.

PRIMER MANUSCRITO

(I) Salario

Dando comienzo a la obra el autor, toma como eje central a reflexionar la temática salario. Éste pago a los obreros, forma una de las principales condiciones para la explotación, la lucha de clases en la relación –obrero- capitalista- donde este último es siempre quien se favorece “El salario está determinado por la lucha abierta entre capitalista y obrero. Donde necesariamente triunfa el capitalista” (Marx: 1844, p.4)

La última expresión utilizada por el autor nos indica que quien tiene la potestad de establecer el salario es el capitalista acorde a intereses propios e individuales, los que desfavorecerán al trabajador en todo momento, quién se transforma en un rehén del mismo, por una razón de necesidad “El nivel mínimo de salario, y el único necesario, es lo requerido para mantener al obrero durante el trabajo, y para que el pueda alimentar una familia y no se extinga la raza de obreros. El salario habitual es, según Smith, el mínimo comparable con la simple humanité, es decir, con una existencia animal.” (Marx: 1844, p.4)

La expresión “comparable con la existencia animal” trata de cómo se visualiza en diversas situaciones al obrero, dado que el salario apenas cubre las necesidades básicas del mismo, y en algunos momentos incluso, ni siquiera puede llegar a cubrir esas necesidades mínimas básicas. La comparación con la existencia animal, degrada la condición de hombre, humana del obrero.

Asimismo, el capitalista saca provecho de esta situación (donde el hombre comienza a perder su esencia humana) dado que en tanto el capitalista puede vivir más tiempo sin el obrero, mientras que este último de una forma u otra debe regresar a la fuente de trabajo para subsistir; se transforma en un ser dependiente.

Y, si bien existen diversas variaciones que el salario puede sufrir, ya sea cuando la oferta supera a la demanda o viceversa, reflexiona cada situación solo contribuye a la competencia entre obreros, la baja (aún más) del salario, la condición del obrero como una mercancía y el enriquecimiento del capitalista estableciendo que “la demanda de hombres regula necesariamente la producción de hombres, como ocurre con cualquier otra mercancía. Si la oferta es mucho mayor que la demanda, una parte de los obreros se hunde en la mendicidad o muere por inanición” (Marx: 1844, p.4) agregando luego “aucune ne souffre aussi cruellement de son déclin que la classe des ouvriers (Ninguna sufre tanto con su decadencia como la clase obrera (Smith, II, 162).” (Marx: 1844, p.5)

Esta última expresión enmarca la posición que se pretende establecer como “natural” de la clase obrera, posición dependiente del capitalista, del sistema, de la situación de la sociedad y no dependiente de su condición de ser humano. Fomentando entonces en el trabajador el reconocerse a sí mismo como un ser inferior.

Profundiza en la deshumanización que se produce en el obrero, la reducción del mismo a la calidad de máquina, animal o “bestia reducida a las mas estrictas necesidades vitales” (Marx: 1844, p.9), viéndose rebajado no solo en lo espiritual sino también en lo corporal a esta condición “degradación a la condición de máquina, de esclavo del capital (…) la competencia no solo de los hombres, sino también de las maquinas. Como el obrero ha sido degradado a la condición de máquina, la máquina puede oponérsele como competidor”. (Marx: 1844, p.6)

Este último fenómeno conlleva a lo que Marx denomina como “sobre- producción” dado que incita a la competencia constante en el trabajo tanto entre los hombres como con las máquinas, culminando en un exceso de trabajo del obrero y un exceso en la producción. Cuando esto sucede, se necesita menos mano de obra, por lo tanto algunos obreros quedarán fuera del trabajo, sufriendo la pérdida de su único sustento para poder vivir.

Por último, encuentra que “los talleres compran preferentemente, el trabajo de mujeres y niños porque este cuesta menos que el de los hombres” (Marx: 1844, p.10) esto se debe a que es la mano de obra más barata,

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