Neoclasicismo En La Nueva España

Con la llegada del Neoclasicismo a la Nueva España, se puso fin al barroco y a la práctica de las normas utilizadas para la arquitectura basadas en el Vitruvianismo. Carlos III pretendía modernizar las viejas estructuras dentro de las artes, usando esta nueva corriente arquitectónica, el objetivo era ingresar en una etapa de eficiencia y competitividad que exigía el llamado Siglo de la Ilustración. Los artistas aun fieles al barroco fueron fuertemente criticados, entablando una feroz lucha con Carlos III, quien impuso el empleo de las formas grecorromanas heredadas, según el para alcanzar el camino a la modernidad.

La dinastía de los Borbones, establecida en España desde 1700, llego con nuevas preferencias en el campo de las artes, considerando al barroco como un estilo decadente, que lo referenciaban con la antigua casa de Austria, que con el paso del tiempo fue sustituido por un barroco de influencia italiana, barroco clasicista de influencia francesa y finalmente por un neoclásico de consistencia grecorromana.

Felipe V contrata al arquitecto italiano Filippo Juvarra, para el nuevo palacio real, cuyo anterior fue destruido a causa de un incendio en 1735. Como ayudante de Juvarra, estaba Ventura Rodríguez, sin embargo muere en enero de 1736, por lo que un discípulo de Juvarra, llamado Giovanni Battista Sachetti, tomando la dirección de las obras del nuevo palacio.

Otro arquitecto invitado por Felipe V, fue Giacomo Bonavia, admirador de la arquitectura de Guarino Guarini, Bonavia contruye la iglesia de San Miguel, La Nunciatura, en Madrid.

Carlos III, a la muerte de su hermano, regresa a España después de reinar en Nápoles durante 15 años. Durante su estadía en Italia comenzó las excavaciones en Pompeya y Herculano además de encargarle la construcción del palacio real de Caserta a Vanvitelli. En España le encarga los proyectos más sobresalientes de la corte al arquitecto siciliano Francesco Sabatini, autor de la Puerta de Alcalá. Este monarca se le considera como el iniciador del Neoclasicismo en su más pura expresión en España y Nueva España.

La Influencia Francesa

La Ilustración ocasiono una búsqueda del verdadero estilo y renacer dentro de las artes, haciendo la oposición al rococó. Hacia 1750, al frente de las obras reales se encontraba Abel-François Poisson de Vandières, quien tomo al clasicismo como el nuevo tono para la nueva arquitectura.

Algunos intelectuales de la época escribieron ensayos sobre críticas de cómo usar los elementos arquitectónicos y el rechazo hacia la copia indiscriminada de los edificios de la antigüedad. Algunos de ellos son: Nouveau traite de toute l’architecture, del abate Jean Louis de Cordemoy. Essai sur l’architecture, de Marc-Antoine Laugier. Estos autores sirvieron de inspiración para Diego de Villanueva quien introdujo el cambio en España, atacando severamente al barroco, además transformo el Palacio de Goyeneche para que funcionase ahí la Academia de San Fernando.

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