Novela escolar.

2.3 Novela escolar

Al pensar sobre la experiencia áulica obtenida por la realización de este proyecto, me hace recordar mi paso por la educación en los diferentes niveles, en primaria, el primer grado obtuve la presencia de una maestra muy regañona, gritona pero paciente al momento de explicarnos, en segundo grado nos tocó la misma profesora, conociéndola el grupo tomo una postura de tranquilidad, ya que no era un típico salón desordenado cuando estaba ella, al enseñarnos la suma y resta, pidió el apoyo a los padres de familia, pues el tiempo de explicar en clase no era el suficiente, nos dejaba bastantes ejercicios para realizarlos en casa y con el apoyo de nuestros padres seguir practicando en casa, en clase, ella pasaba a explicarnos varias veces como se realizaban, nos dejó traer ábaco, contar con las manos, no nos apresuraba para contestar, pero nunca dejo que volteáramos hacia atrás a buscar la ayuda de algún compañero. En tercer grado nos dio clases una maestra muy diferente, cálida en todo momento, siempre sonriente y demasiado paciente, al momento de enseñar ella utilizaba el error como algo grandioso, donde en tu equivocación recibías una sonrisa y un “bien hecho, la próxima será mejor”, donde no te hacía sentir culpable por nada y con gusto volvías a pasar a participar, ya que la burla para ella no era permitida. Cuarto grado y quinto grado nos dio una maestra que su manera de enseñar era que nosotros nos aprendiéramos de memoria todo, en matemáticas no se manejó mucho, solo era un vistazo rápido sin importarle que sucediera, más sin embargo su método de enseñanza logró que algunos compañeros aprendiéramos bien, pues nos aprendimos de memoria los pasos para realizar los ejercicios matemáticos, al contrario en sexto grado, el profesor que impartiría su enseñanza en nosotros ese año, era un profesor que le gustaban muchos las matemáticas y la gran parte del tiempo escolar manejo matemáticas, él te explicaba de una manera que le entendías muy rápido, usaba ejemplos sencillos y después aumentaba la complejidad, en ese año nuestro grupo ganó en las olimpiadas del conocimiento, pues los resultados fueron muy favorables, tomando en cuenta todas las materias, pero salimos altos en matemáticas principalmente.

 En secundaria, fue muy diferente, los tres grados en secundaria nos tocó una maestra muy difícil, temida para todos, muy regañona y gritona, siempre explicaba ella, no dejaba que ningún alumno denominados por ella “inteligentes”  pasaran al frente a realizar un ejercicio, ellos se quedaban al frente ayudar a los de atrás, pero los que iban peor siempre eran los que pasaban, hasta que le demostraran que podían solos o que habían entendido bien los dejaba en paz, esto pasaba en cada tema explicado por ella, enseñaba diferentes métodos para realizar algún problema, a veces era malo, pues no acababas de entender uno y ya te confundías con el otro.

En preparatoria, el primer grado obtuvimos la suerte de tener un profesor que siempre jugaba con nosotros, su clase se basaba en pura risa, haciendo bromas, platicando y jugando con nosotros pero nunca dejando a un lado la enseñanza, él escribía los problemas en el pintarrón y explicaba la primera ronda, nos dejaba trabajando con otros problemas y después los hacíamos todos juntos, nadie pasaba al frente, pero le íbamos diciendo los pasos y nos guiaba hasta que nos equivocáramos, si eso sucedía volvía a explicar desde donde nos equivocamos. Al contrario en segundo y tercer grado nos tocó un profesor que no le importaba, todos sus alumnos tenían 10 excepto aquellos que le caían mal, ellos tenían 9, no daba clases, al momento de hacer examen, el primero todos asustados pues no sabíamos nada, nos dio el examen y todos diciendo que como lo íbamos a responder, el sin decir nada se ponía a contestar el examen en el pintarrón y esa era su materia.

Al entrar a la universidad UPSIN se me dificultó mucho las matemáticas, pues básicamente no sabía más allá de unas ecuaciones simples, pero la maestra de primer grado, una maestra muy buena onda con una actitud siempre positiva, nos manejaba la materia como “las matemáticas son muy simples, solo son pasos a realizar”, de esta manera su enseñanza fue demasiado fácil, lo que no aprendí en la preparatoria, con ella en un mes ya me lo sabía demasiado bien, y comencé agarrar el gusto por esta materia. En segundo grado, un profesor venezolano, muy bueno para explicar también, pero se nos dificulto el entender su léxico ya que a veces eso era lo difícil en su materia.

 El gusto por la docencia surgió cuando comencé ayudar a mis hermanos menores en dicha materia, ya que resulté ser bueno en matemáticas, tengo buenos conocimientos de ella, al ver que mis hermanos se les dificultaba, acudían a mí por ayuda, siempre les explicaba a mi manera, como a mí se me hacía fácil, al ver que ellos no las entendían tan fácil de esta manera tuve que buscarle su lado a cada uno de ellos, aunque aprenden de manera diferente, supe explicarles al pasar sus exámenes da un gusto ver que tu trabajo dio resultados.

Mi ambiente en casa fue siempre bueno, en un total apoyo al estudio, siempre teniendo todo lo que se me pedía en la escuela, en una colonia bien establecida aunque con mucha inseguridad con el pasar de los años, pues fueron llegando las pandillas y ya era un ambiente peligroso, donde antes los niños jugábamos hasta las 11 p.m. sin problema, hasta llegar a que los niños ya no estaban afuera tan tarde, pues siempre llegaban las pandillas al parque a realizar sus vicios en ese entonces, aunque en el día era pura tranquilidad, en las noches por temas de delincuencia externa no fue ningún problema, con una buena vivienda y cómoda para todos los integrantes de la familia, con la escuela a dos cuadras de mi casa y unos vecinos agradables, sin problemas con ninguno de ellos.

El tema de la escuela en mi familia es lo más importante, ahí nadie es alcahueta de nadie, es un tema muy serio para todos, desde la primaria, mi hermano mayor se encargaba de nosotros y de la educación, pues mis padres trabajaban, el cómo hermano mayor fue de los mejores, nunca me dejo hacer nada sin antes tener toda mi tarea realizada, si yo faltaba algún día a la escuela, para él no era un excusa para yo no realizar tarea, me llevaba a preguntar la tarea a uno de mis compañeros para así realizarla, mi madre, al llegar de trabajar, era darle otro repaso y mostrarle que yo hice mi tarea y no que mi hermano me ayudará y eso era todos los días, y en los siguientes años de la educación fue siendo menor el grado de insistencia, pero siempre pendientes de cómo voy en la escuela.

La función pedagógica sobre salía en la escuela, ya los maestros que me impartían clases en ese entonces, tenían sus distintas formas de enseñar, la cual los alumnos reaccionaban a ellas de acuerdo al maestro, a otros les funcionaba mejor y a otros no, cada quien usando su experiencia en la forma de enseñar y esa era la única manera para ellos, hoy en día, algunos profesores se están actualizando día a día con la tecnología pues es lo que les ayudará en un futuro, tienen una manera de enseñar algunos como antes, otros tratan de innovarse también en este tema y siguen otros roles como una clase más dinámica, tratan de hacerse amigos de los niños los cuales responden de una manera favorable, pues creo no les parece monótona la clase, la escuela, antes solo utilizaban lo que estaba a su alcance, los libros, ahorita cuentan con el apoyo multimedia, aunque no todos lo utilizan.

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