OJOS BIEN CERRADOS

OJOS BIEN CERRADOS

Un matrimonio joven y bello de la clase media-alta de New York, se apronta para asistir a una velada de gala. Ella se ha probado ya dos vestidos exclusivos, mientras él ajusta el moño de su smoking. Kubrick, nos arroja las pistas desde el inicio mismo del film: ¿Cuál me queda mejor? ¿Qué tal tengo el cabello? Se trata de las clásicas preguntas femeninas. Pero el hombre está muy seguro de sí mismo, y responde “de memoria”. La queja no se hace esperar: ¡si ni siquiera me miraste! Casi no se han pronunciado palabras, y quizá por ello ya está todo dicho. En la fiesta, la mujer bebe demasiado y coquetea con un apuesto millonario húngaro. En un escenario aparentemente alejado, su marido, médico de profesión, se encuentra asistiendo de urgencia a la amante del anfitrión, víctima de una sobredosis de heroína. A las virtudes de la eficiencia y la buena disposición, el apuesto doctor suma ahora las de la mesura y la discreción. Pero cuando regresan a su lujoso departamento de Central Park, algo se ha fracturado en la pareja. Bastará una breve dosis de marihuana para que cada uno emprenda, por separado, su mal viaje. Él seguirá desoyéndola y se pondrá denso con la moralina de la fidelidad, y ella le enrostrará un amante memorable que tuvo tiempo atrás. Hora de abrir los ojos. Curiosamente, es allí cuando comienza la pesadilla. Un llamado urgente para el doctor y una cita tan imprevista como impostergable, dejan trunca la conversación. Es lo que faltaba para que se ponga en marcha la odisea. Nuestro protagonista deambulará durante la noche por los reductos de Nueva York. Pero en la ironía de Kubrick, a su personaje le sobra el dinero, lo cual no lo sustrae precisamente del horror. Una banda que lo agrede en plena avenida, una mujer desencajada que pretende amarlo frente al lecho de muerte de su padre, un comerciante inescrupuloso que prostituye a su hija adolescente. Frente a todo ese desborde, acontece lo imprevisible. Con la mente fija en la imagen de su mujer engañándolo con aquél amante, el sujeto se sorprende, sin advertirlo, excitándose con la desmesura. La orgia de disfraces a la que asiste no es más que la muestra de ese frenesí. Allí el prudente médico, que tan bien aconseja contra los excesos, tendrá su propia dosis. Cuando regresa, exhausto, al lecho conyugal, tampoco encontrará tregua. Su mujer le devolverá, en clave onírica, la verdad de su tormento. Al día siguiente, amanecerán sus despojos. La suficiencia del personaje ha volcado en un irremediable sentimiento de culpa. Deambulara por la ciudad diurna pretendiendo encontrar las respuestas en los lugares equivocados. Hace caso omiso a las advertencias de los matones no siendo precisamente por valentía. Su verdadera causa está en otro sitio Es el futuro de su matrimonio el que está en juego. La fragilidad de un hombre que se sorprende celando aquello que más goza. Luego, cuando ese ideal se desvanece frente al inmutable relato del verdugo, ahogado en el llanto de la propia confesión en brazos de su mujer. El final de shopping no puede ser más explícito. Cuatrocientos dólares por un disfraz, ciento cincuenta por un viaje en taxi, otros ciento cincuenta por un diálogo piadoso con una prostituta. Quédense con el cambio. El destino incierto de un pianista de mala muerte, el sida por unos dólares extras, la droga extinguiendo los cuerpos usados de las más bellas mujeres. En medio, este matrimonio que navega en aguas tormentosas. Dos seres que alcanzan a abrir por un instante sus ojos, pero para cerrarlos luego. Bien cerrados. En el caretaje más consecuente de su ordenada farsa. Fuck.

PERSONAJES

- Dr. William Harford ( “Bill” )

Interpretado por el actor Tom Cruise, Bill es un hombre de unos 30 a más años, podemos ver en las diferentes escenas que trascurren en el film que tiene una contextura atlética, cabello negro, ojos de un color oscuro y una sonrisa comparable con un modelo de revista.

Es una persona un tanto egocéntrica y que posee una gran seguridad en sí mismo, muy atrevido y decidido, lo cual se demuestra cuando se infiltra en una fiesta sexual realizada por una misteriosa organización, tiene un gran desenvolvimiento con las mujeres y no duda en galantear con alguna si la oportunidad se le presenta, aunque trata de disimular estas actitudes cuando

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