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Oligarquia En El Peru


Enviado por   •  16 de Septiembre de 2012  •  2.021 Palabras (9 Páginas)  •  1.063 Visitas

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OLIGARQUIA EN EL PERU

Como es sabido, hasta la bestial invasión hispánica del siglo XVI, la cultura Kolla-Inca, en la costa del Pacífico llegaba hasta el río Maule. Pero cuando aquélla invasión ocurrió, los bárbaros godos de España sobrepasaron el río Maule y atacaron a nuestro hermanos Mapuches, en una guerra que cubrió toda la época colonial. Y cuando se produjo la llamada Independencia (que fue un logro de los heroicos soldados indios, nuestros hermanos mayores, que dieron su vida por expulsar a los coloniales). Así surgieron, además de Chile, las repúblicas de Bolivia y el Perú, a los que el gran mariscal Santa Cruz quiso reunificar, vía la Confederación Perú-Boliviana, la cual se quebró por obra de la intervención de las tropas chilenas, coaligadas con los insignes traidores Ramón Castilla y Agustín Gamarra. El hecho es que en los tiempos republicanos Bolivia contaba con acceso al Océano Pacífico por su provincia litoral de Atacama, la cual, por el norte tenía como límite la provincia peruana de Tarapacá.

Estando las cosas así es que, a partir de la sexta década del siglo XIX se empiezan a explotar en esas provincias el salitre, a cuyos yacimientos empiezan a llegar también trabajadores chilenos, hasta que en la provincia de Atacama se descubren no solo yacimientos de cobre sino también de plata, los que se empiezan a explotar con la participación de una compañía ferroviaria inglesa. Ante este hecho, el gobierno peruano ofrece su mediación, que Chile acepta, pero cuando las negociaciones se estaban realizando, los negociadores chilenos sorpresivamente reclaman contra un Tratado Defensivo Peruano-Boliviano y tomando ese pretexto le declaran la guerra al Perú y Bolivia, el 5 de abril de 1879. La pregunta obvia es la siguiente: ¿un tratado defensivo puede justificar el desencadenamiento de una guerra de agresión? Obviamente no, por la simple razón de que un tratado de defensa (por su propio carácter) no es de agresión, no se le formula para atacar. La prueba de que no era de naturaleza ofensiva es que, cuando Chile inicia esa guerra, el Perú estaba desarmado, pues, de hecho, los dos navíos militares existentes se hallaban en proceso de reparación, en los astilleros de el Callao, y en cuanto al ejército ocurría que éste, prácticamente había sido desmovilizado por el Presidente Pardo, durante su gobierno, de allí que cuando Chile inicia su guerra, de hecho, el Perú solo contaba con “Guardias Departamentales” (como es el caso de Cáceres, que no era oficial del ejército peruano sino de la Guardia Departamental del Cuzco.

LOS PRIMEROS PASOS INDUSTRIALES: El Perú entre 1820 y 1840.

Las élites:

Desde su independencia hasta la década del 40, la república peruana avanzó a trompicones, en medio de luchas caudillistas, desintegraciones políticas y regionales. Las bases económicas coloniales colapsaron a medida que haciendas, minas, obrajes y pueblos comerciales caían en el abandono y la inoperancia. Plagado de incesantes golpes de estado o guerras regionales, la anarquía peruana hizo que la nacionalidad peruana se hiciera borrosa. El guano se convirtió en el “salvavidas” del estado caudillista, haciendo que el liberalismo económico del estado exportador pasara a ser un auténtico acto de salvación nacional. En el Perú hubo dos tipos de librecambistas, además de los residentes europeos; el primero de ellos lo conformaban clases comerciales y terratenientes de Arequipa, que se opusieron a los designios comerciales chilenos y acogió en su seno al capital británico; sin influir en el mercado limeño. En segundo lugar, se encontraban intelectuales y burócratas que laboraban en círculos gubernamentales, como José María Pando, Manuel de Vidaurre y Santiago Távara, junto con ellos los vástagos de Simón Bolívar y los remanentes del Estado borbónico. Ligados al Ministerio de Hacienda, adoptaron el comercio libre, es decir el “internacionalismo”, en donde el Perú debía integrarse con el comercio atlántico, transformando el puerto del Callao en una animada factoría del comercio de importación. El Perú cosecharía las recompensas fiscales procedentes de las rentas arancelarias, reduciendo de esta forma el contrabando.

Estos planes no fueron rival alguno para el nacionalismo de las élites, en todo caso, estos años de depresión no eran el momento adecuado para inculcar experimentos liberales de largo plazo.

A comienzos de los años cuarenta, el núcleo de las élites peruanas dio inicio a una transición difícil pero sorprendentemente rápida al comercio libre, como piedras angulares del Estado y la economía. La década de 1840 terminó por desacreditar el estatismo tradicional, al asociarlo a la anarquía caudillista. Entre 1841 y 1844, las desmesuradas exigencias fiscales del ejército casi destruyeron al gremio comercial nacional y terminaron de hundir sus diversos proyectos de desarrollo, como el monopolio comercial con Asia. La protección de las élites se había convertido en su opuesto exacto, fracasando en toda línea. Siendo el comercio libre, una solución financiera para la construcción del Estado (adelantos del guano y un ejército profesionalizado). Ofreciendo a los comerciantes limeños su largamente ansiada, recuperación como clase. Se les prometía el alivio y la protección del Estado. Incluso era una manera de pacificar a todo el país.

Castilla y sus partidarios veían, al comercio libre como una forma de integrar al sur con Lima, el cual durante mucho tiempo había sido rebelde, y de esta forma atraer a las oligarquías provincianas devastadas o no, al proyecto nacional; lo cual sucedería al poco tiempo. Una última reacción a favor de las políticas proteccionistas, vendría con las luchas de clase desatadas por los artesanos limeños a finales de la década de los cuarenta.

La generación de liberales de los cincuenta, recordó a su clase que todo retorno al exclusivismo equivalía el retorno de la confusión anárquica que había amenazado su misma existencia como clase en la temprana república. Se pensaba en un desarrollo más descentralizado y capitalista, la expansión comercial alimentaría a las clases trabajadoras, desatando el espíritu capitalista de la sociedad civil.

El liberalismo se convirtió en la doctrina oficial, primaban el comercio y el modesto papel promocional del Estado.

El comercio libre de obstáculos, era estímulo para el consumo, producción y formación de capitales. Después de dolorosos ajustes, el comercio extranjero habría de servir como

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