Orden global fracturado.
Enviado por PierinaCastillo • 17 de Mayo de 2016 • Apuntes • 8.403 Palabras (34 Páginas) • 275 Visitas
- El orden global fracturado:
El proceso acelerado, segmentado y desigual de globalización experimentado en los últimos tres decenios ha llevado a la simultánea integración y exclusión de regiones, países, y también de grupos y personas el interior de los países. La expansión a escala mundial de las actividades productivas y de servicio, el crecimiento del comercio internacional, la importancia decreciente de las fronteras nacionales, y el intercambio masivo de información y conocimiento por todo el planeta coexisten con la concentración de actividades “globales” en ciertos países, ciudades y aun distritos, y también con la concentración de dichas actividades al interior de unos pocos cientos de corporaciones transnacionales. Este proceso multifacético y paradójico de globalización y fragmentación está configurando un orden global fracturado.
Hacia una concepción del desarrollo rural en el orden global fracturado Francisco Sagasti, Septiembre del 2004 5 La conformación del orden global fracturado tiene antecedentes históricos antiguos. Las fracturas que acompañan a la globalización empezaron a surgir en los siglos 15 y 16, desde los inicios de la expansión mundial de Europa Occidental. Sin embargo, los procesos acelerados de cambio político, económico, social, ambiental, cultural, científico y tecnológico que tuvieron lugar a partir de la Segunda Guerra Mundial han creado un contexto radicalmente nuevo para la evolución de los seres humanos. Los avances de la ciencia y la tecnología han alterado profundamente las interacciones entre las personas, las concepciones de la naturaleza humana y las posibilidades para la evolución futura de nuestra especie. Todo esto obliga a una profunda revisión de los conceptos de progreso y desarrollo, tanto en los países ricos como en los pobres, y le otorga un carácter especial a la emergencia del orden global fracturado que empieza a vislumbrarse con claridad en el primer decenio del Siglo 21. Obliga, además, a reformular las ideas acerca del espacio en el que se desenvuelven las actividades humanas, incorporando nuevas maneras de visualizar a las regiones, subregiones, las megaciudades, las extensiones urbanas y las zonas rurales. La variedad de fuerzas que interactúan para configurar el orden global fracturado no apuntan todas en una sola dirección. Estas tendencias y fuerzas pueden producir efectos positivos o negativos dependiendo de la perspectiva desde la cual se les mire, de la estructura de las relaciones de poder asociadas con ellas, y de la capacidad de diseñar y ejecutar estrategias y políticas para aprovechar las oportunidades y contrarrestar las desventajas que acarrean todos estos cambios. Consideradas individualmente, cualquiera de estas tendencias tiene importantes consecuencias para el futuro de los países en desarrollo. Tomadas en conjunto representan un cambio de época, un desplazamiento fundamental de marco de referencia en el cual se insertan los esfuerzos por lograr la prosperidad y el bienestar. El orden global fracturado plantea un conjunto de demandas que exigen respuestas estratégicas de los gobiernos, las empresas y las organizaciones de la sociedad civil en los países en desarrollo, que respondan a las siguientes dimensiones:
• Seguridad internacional en un mundo post-bipolar. Una vez concluida la guerra fría, las rivalidades Este-Oeste y que disminuye el temor a una guerra nuclear masiva, aparecen nuevas preocupaciones de seguridad: conflictos ambientales, terrorismo, tráfico de drogas, crimen internacional, proliferación de armas químicas, biológicas y de artefactos nucleares de pequeña escala; desgaste del poder de los Estados nación como unidad para la formulación y ejecución de políticas (por presiones tanto “desde arriba” como “desde abajo”); aumento en el número e intensidad de conflictos regionales (étnicos, religiosos, fronterizos, por recursos); y mayor papel de las instituciones internacionales y regionales en el mantenimiento de la seguridad, y para las Naciones Unidas en especial. Dos hitos históricos marcan este cambio, la caída del Muro de Berlín el 9/11/1989 que podría denominar “el comienzo del final” del mundo bipolar, y el ataque a la sede del Centro Mundial de Comercio en Nueva York el 11/9/2001 que marca el “final del comienzo” de una nueva época para la seguridad internacional en el orden global fracturado. cooperation in a fractured global order: An arduous transtition, Ottawa, International Development Research Centre, 1999. Hacia una concepción del desarrollo rural en el orden global fracturado Francisco Sagasti, Septiembre del 2004 6 • Interdependencia económica y financiera. Los cambios en las relaciones económicas internacionales y de los patrones de comercio (transformación a favor de servicios y productos manufacturados intensivos en alta tecnología, emergencia del Pacífico Norte como área dominante en el comercio internacional, multiplicación de acuerdos comerciales regionales, crecimiento del comercio al interior de empresas transnacionales, creación de la Organización Mundial del Comercio), el rápido crecimiento y globalización de los mercados financieros, y la nueva situación de los países (EEUU, Rusia, Japón, Unión Europea, China, países recientemente industrializados del Este de Asia, Brasil, India) exigen nuevas estrategias para la inserción de las economías y empresas en un escenario internacional cada vez más volátil y competitivo, en el cual la globalización de las finanzas juega un papel de primer orden. • Condiciones sociales, desigualdades persistentes e incertidumbre económica. Los desbalances demográficos entre países y regiones; el desempleo, el subempleo y la informalidad; las demandas sociales crecientes (alimentación, educación, salud, vivienda, saneamiento); la exclusión social extendida y en aumento (relacionada con factores de género, étnicos, de edad, pobreza, educación); y las disparidades persistentes y crecientes entre los países ricos y los países pobres presentan un conjunto de enormes desafíos para mantener el mínimo de cohesión social necesario para la convivencia pacífica. Por otra parte, las crecientes desigualdades de ingreso y oportunidades al interior tanto de los países ricos como de los pobres, la mayor inestabilidad del sistema económico internacional, y la creciente preocupación y demandas por un mejor manejo de las relaciones económicas internacionales, amplifican estas amenazas a la cohesión social y plantean el desafío adicional de lograr un mínimo de gobernabilidad global sin que exista una instancia de gobierno a escala planetaria capaz de hacerlo. • Protección del medio ambiente y uso sustentable de los recursos naturales. la aparición de problemas ambientales de carácter regional y global, la mayor conciencia de la importancia del uso sustentable de los recursos naturales y de los problemas de la contaminación, la contradicción de la pobreza en los países en desarrollo con abundantes recursos naturales y el consumo excesivo en los países ricos, el imperativo de contar con tecnologías apropiadas para el medio ambiente que sean capaces de garantizar el desarrollo sustentable exigen, en conjunto, redefinir radicalmente los modos de vinculación entre las actividades humanas y el entorno biofísico en el que está inmersa nuestra especie. La creciente toma de conciencia acerca del peligro que representan los problemas ambientales globales está empezando a reducir las barreras y resistencias que han puesto trabas a los esfuerzos por redefinir nuestra relación con el medio ambiente. • Cultura, religión y preocupaciones éticas. El fin del Siglo 20 fue testigo del desmoronamiento de la concepción eminentemente secular que había guiado los esfuerzos de desarrollo desde la Segunda Guerra Mundial. Ignorados por académicos, funcionarios públicos y políticos, los aspectos culturales y religiosos, así como las preocupaciones éticas, adquirieron una singular importancia en la conducta de los asuntos públicos y privados. Esto añade nuevas demandas a una recargada agenda de políticas públicas y pone sobre el tapete temas tales como la tolerancia religiosa, el respeto a los derechos humanos, y las tensiones entre Hacia una concepción del desarrollo rural en el orden global fracturado Francisco Sagasti, Septiembre del 2004 7 homogeneización y afirmación de la identidad cultural. Los fundamentalismos de todo orden —religiosos, ideológicos, intelectuales— dificultan la búsqueda de acuerdo y las transacciones, desplazando a un segundo plano a la racionalidad, la apertura a nuevas ideas y puntos de vista, y la idea de aceptar al “otro” como igual. La pérdida de valores éticos, el avance de la corrupción, el cinismo y la intolerancia están poniendo a prueba el tejido de relaciones de confianza que es imprescindible para el éxito de cualquier empresa humana. • Gobernabilidad y diseminación de las prácticas democráticas. El colapso de los sistemas totalitarios de partido único en Europa del Este y la ex-Unión Soviética y las crisis de gobernabilidad en los países pobres y en los de altos ingresos (representación vs. eficiencia, demandas sociales vs. capacidades institucionales), unidas a las presiones por avanzar hacia el pluralismo político, la democracia y la participación popular han cambiado los términos en los cuales se ejerce el poder político y la autoridad pública. Las consecuencias sociales de las reformas económicas y el impacto de las tecnologías de la información han agudizado los problemas de gobernabilidad, mientras que la creciente importancia del capital social y del desarrollo institucional han llevado a cambios significativos en los papeles que juegan los partidos políticos y en la noción de ciudadanía. Al mismo tiempo, los papeles del sector público, el sector privado y de las organizaciones de la sociedad civil están siendo redefinidos en todas partes, obligando a crear nuevas instancias y esquemas institucionales para acomodar las exigencias de poblaciones que no están dispuestas a seguir tolerando la exclusión y la injusticia como algo “normal”. • El papel de los medios masivos de comunicación y de las telecomunicaciones. La emergencia de un conjunto de redes de medios de comunicación masiva, acompañados de una concentración en la propiedad de las cadenas de radio, televisión y prensa escrita —muchas de ellas bajo el control de grandes empresas transnacionales vinculadas a otros sectores económicos (por ejemplo, la industria de armamentos)— está alterando la estructura y el contenido de las fuentes de información, cuya cobertura se extiende por todo el planeta. Al mismo tiempo, la Internet permite nuevas formas de comunicación semi-masiva que pueden contrarrestar este dominio de las grandes redes, pero que a veces actúa reforzándolas. La capacidad de presentar imágenes y textos que llegan a cientos de miles (y hasta decenas de millones) de personas con descripciones, explicaciones e interpretaciones orientados, sea ya explícita o implícitamente, en una dirección congruente con las preferencias y los intereses de quienes manejan los medios de comunicación masiva les confiere un poder inimaginable hasta hace unos pocos decenios. Si bien estamos aún muy lejos de una situación Orwelliana de control absoluto de la información, es necesario presionar por un mayor pluralismo en los medios de comunicación masiva. • La explosión del conocimiento y la fractura del conocimiento. Esta dimensión es a la vez causa y efecto del proceso de gestación y aparición del orden global fracturado. El crecimiento exponencial en el acervo de conocimientos científicos y tecnológicos, la aceleración de los procesos de innovación y la transición hacia la sociedad del conocimiento y la información han trastocado las formas de entender el mundo, responder a los desafíos del entorno biofísico, y de producir bienes y servicios para satisfacer las necesidades humanas. En los albores del Siglo 21 Hacia una concepción del desarrollo rural en el orden global fracturado Francisco Sagasti, Septiembre del 2004 8 esto está produciendo cambios radicales en la conducción de la investigación científica (costos crecientes, mayor especialización, importancia de la información), en la innovación tecnológica (carácter sistémico, mayor cantidad y diversidad de insumos, mayor número de actores) y en las actividades productivas (cambio de paradigma tecno-económico (de uno intensivo en energía, con el petróleo como factor clave, a uno intensivo en información, con el microchip como factor clave). Las economías más avanzadas están mucho mejor preparadas para aprovechar estos cambios, al mismo tiempo que las desigualdades en la capacidad de generación y utilización de conocimientos científicos colocan a los países en desarrollo en una situación de abrumadora desventaja. Sin embargo, algunos países de reciente industrialización han logrado establecer capacidades científicas y tecnológicas significativas en el lapso de una generación (por ejemplo, Corea del Sur, Taiwán y Singapur), lo que indica que es posible tender puentes a través de la fractura del conocimiento. Pero esto requiere de un esfuerzo muy grande por parte del Estado, el sector privado y la comunidad científica y tecnológica, esfuerzo que debe ser sostenido a través de varios decenios. 4 No obstante el avance de los procesos y tendencias que llevan a la globalización en las diversas dimensiones mencionadas, es preciso recordar que sólo algunos sectores de la economía mundial —servicios financieros, manufacturas de alto contenido tecnológico, medios de comunicación, entre otros— han expandido su ámbito de acción por todo el planeta, mientras que una gran parte de las actividades productivas y de servicio permanece firmemente anclada en los espacios locales y regionales. Este es el caso de muchas actividades agrícolas, de la pequeña industria y la artesanía, de una amplia gama de servicios de alcance geográfico restringido y de prácticamente todas las actividades vinculadas a las economías de subsistencia. Es difícil estimar el porcentaje de la población del mundo que permanece fuera de los circuitos de la producción, comercio, finanzas y consumo en el ámbito global, pero es probable que una proporción significativa de quienes viven en los países pobres, y en especial en las zonas rurales, no participen plenamente en estos circuitos y estén excluidos ellos. Esto hace necesario pensar en nuevas formas de vincular a las zonas rurales con el resto del país, la región y el mundo en el marco de la globalización. Por último, es preciso acotar que nadie está dirigiendo en forma consciente y deliberada todos los procesos que llevan hacia el orden global fracturado. No existe un coordinador supremo que decide sobre el curso de los procesos contradictorios de globalización y fragmentación. Sus diversos componentes operan de acuerdo a su propia lógica y a sus turbulentas interacciones, sin que exista un plan maestro o un designio oculto. Sin embargo, esto no significa que los procesos que están llevando al orden global fracturado carezcan de una orientación general. Esta orientación se deriva del modo de pensar predominante al finalizar el siglo 20, que privilegia a las fuerzas del mercado, promueve la liberalización comercial y financiera, y busca disminuir el papel que juegan los Estados y la sociedad civil en el desarrollo económico y social. Desde esta perspectiva, quizás el desafío más importante para la comunidad internacional al iniciarse el Siglo 21 es evitar que la multiplicidad de fracturas en el orden global lleven a la creación de grupos sociales, países, regiones y 4 Sagasti (2004), Francisco, Knowledge and innovation for development: the Sisyphus challenge of the 21st century, Cheltenham, UK, 2004. Hacia una concepción del desarrollo rural en el orden global fracturado Francisco Sagasti, Septiembre del 2004 9 localidades aisladas que desconfían los unos de los otros, y que ignoran, recelan y rechazan sus respectivas motivaciones, aspiraciones y capacidades. En particular, es preciso evitar que las fracturas entre las zonas rurales y el mundo urbano continúen ampliándose hasta transformarse en abismos infranqueables. 2. Hacia una nueva ruralidad ¿Cual debe ser la concepción de desarrollo rural en este nuevo contexto del orden global fracturado? ¿Cómo empezar a replantearse la orientación y el contenido de las políticas de desarrollo de tal forma que incluyan a todos los peruanos y peruanas a lo largo y ancho del territorio nacional? Los esfuerzos por definir lo que se denomina la “nueva ruralidad” han iniciado el camino hacia un replanteamiento de las maneras tradicionales de entender lo rural, centradas principalmente en lo agropecuario, en el relativo aislamiento de los pueblos y comunidades rurales, y en cierta dicotomía entre lo “urbano” y lo “rural”. Partiendo de la identificación de los problemas en las estrategias convencionales de desarrollo rural —tales como la falta de articulación e integración de un gran número de iniciativas y proyectos pequeños, la falta de continuidad en los esfuerzos y las deficiencias en los procedimientos de evaluación del impacto de estas iniciativas— la idea de nueva ruralidad busca superar estas limitaciones y eliminar la pobreza endémica y la exclusión que han caracterizado a buena parte del interior del Perú.5 Los temas que abarca esta nueva concepción de lo rural incluyen la ampliación de la gama de actividades productivas en las zonas rurales, un mejor aprovechamiento del espacio geográfico y el territorio, la incorporación de criterios de sustentabilidad ambiental, y la integración plena de lo rural en la estrategia nacional de desarrollo. Si bien lo rural está vinculado fundamentalmente a las actividades agropecuarias, la nueva ruralidad considera explícitamente que el desarrollo de estas zonas no puede ni debe depender exclusivamente de ellas. Las actividades industriales en pequeña escala (incluyendo la agroindustria), la artesanía para uso local y exportación, la piscicultura, la producción de energía (tanto en forma masiva como en pequeña escala), la minería, el turismo y los servicios forman parte integral de las estrategias de desarrollo en esta nueva concepción de lo rural. Más aún, consideran la articulación entre esta diversa gama de actividades a través de la promoción de encadenamientos y la conformación de conjuntos (clusters) de pequeñas y medianas empresas alrededor de una gran empresa (minera, energética, agroexportadora, por ejemplo), de tal forma de ir configurando progresivamente un tejido de relaciones productivas y de interdependencia económica para crear economías locales y regionales viables. La promoción de una gama más amplia de actividades productivas en las zonas rurales debe tomar en cuenta el impacto, tanto positivo como negativo, de los procesos de apertura y negociaciones comerciales, particularmente en lo referente a productos agropecuarios. Trascendiendo la perspectiva tradicional que considera a las zonas rurales como espacios altamente localizados y relativamente aislados de su entorno regional y nacional, la nueva ruralidad amplía el ámbito de acción de lo estrictamente local e 5 Véase Gómez (2002), Rodríguez et.al. (2003), Mora y Sumpsi (2004), entre otros. Hacia una concepción del desarrollo rural en el orden global fracturado Francisco Sagasti, Septiembre del 2004 10 incorpora los vínculos de todo orden —económicos, financieros, políticos, sociales, migratorios, ambientales, culturales, informativos— que los espacios locales establecen con otras regiones del país y del mundo. En cierta medida, esto lleva a considerar el grado de desconexión que empieza a manifestarse entre “tierra rural” y “cultura rural”, de tal forma que ‘lo rural” podría estarse transformando en una concepción, en un modo de vida y en un fenómeno cultural parcialmente “desterritorializado”.6 En forma adicional, trascender lo estrictamente y asiladamente local implica redefinir las relaciones entre lo rural y lo urbano, tomando en cuenta en particular los intercambios entre las ciudades intermedias y las zonas rurales en su ámbito de influencia. Asimismo, requiere de una nueva concepción de acondicionamiento y ocupación del territorio que debe estar asociada con el proceso de descentralización y regionalización administrativa y política en marcha. Como consecuencia, la adopción de un enfoque de nueva ruralidad tendrá gran influencia en la definición de prioridades para el diseño y ejecución de obras de infraestructura física (particularmente de transporte, energía y telecomunicaciones). Las consideraciones ambientales forman parte integral de la idea de nueva ruralidad. Centradas inicialmente en preocupaciones tales como deforestación, degradación de suelos y contaminación, en la actualidad abarcan la conservación de la diversidad biológica, el uso adecuado del agua y el equilibrio entre actividades agropecuarias, mineras y energéticas. La sustentabilidad ambiental está vinculada también al manejo de riesgos y a la prevención de desastres naturales, que tantos problemas causan en una geografía tan agreste y difícil como la peruana. Los estudios de impacto ambiental, los programas de reducción de la contaminación y las medidas para proteger los ecosistemas están abriéndose paso, y empiezan ya a formar parte de los programas de desarrollo rural. El nuevo énfasis en los problemas ambientales globales, y particularmente en el calentamiento global, refuerza este interés por integrar consideraciones ambientales en el desarrollo rural. Por ejemplo, la posible desaparición de los glaciales andinos durante los próximos tres decenios —vinculada al calentamiento global— tendría un enorme impacto en la disponibilidad de agua en la costa y la sierra peruana, lo que afectará toda la gama de actividades productivas y en particular a la agricultura. Estos aspectos de la idea de nueva ruralidad pueden ser reforzados y complementados enfatizando el aprovechamiento de la variedad de ecosistemas y la diversidad biológica, los procesos de innovación tecnológica y cultural en el ámbito rural, y los cambios institucionales y el planeamiento estratégico en los niveles local, regional y nacional. Ecosistemas y biodiversidad. La gran variedad de ecosistemas y la extraordinaria biodiversidad que tiene el Perú, consecuencia de su difícil geografía, constituye un escenario privilegiado para realizar una amplia gama de actividades productivas que requieren de condiciones biofísicas distintas y utilizan diferentes especies biológicas. Sin embargo, para aprovechar esta posibilidad es preciso adoptar una nueva perspectiva sobre el carácter de estas actividades productivas y la forma de darle valor a la variedad de ecosistemas y a la biodiversidad para el desarrollo rural. 6 Agradezco los comentarios y sugerencias de Javier Iguíñiz sobre este tema. Hacia una concepción del desarrollo rural en el orden global fracturado Francisco Sagasti, Septiembre del 2004 11 En primer lugar, necesitamos conocer, conservar y utilizar sustentablemente la biodiversidad y las características de los ecosistemas, transformándolos en uno de los ejes centrales de la estrategia de desarrollo. El Perú cuenta con enormes recursos de biodiversidad y tiene un potencial productivo extraordinario en base a ellos (Brack, 2004) (Recuadro 2). RECUADRO 2: Las potencialidades en agroecología y desarrollo rural sostenible El Perú ofrece ciertas potencialidades naturales o vocaciones que nacen de la misma oferta ambiental, y podemos decir que “el Perú es una cornucopia de oportunidades” en acuicultura, reforestación, agricultura diversificada, ecoturismo y conocimientos tradicionales. Acuicultura. La acuicultura andina en los lagos y lagunas es una posibilidad concreta. Cerca de 12,000 lagos y lagunas altoandinos albergan una diversidad de especies muy alta y varios de estos lagos, por sus condiciones especiales, ofrecen un excelente potencial para el desarrollo de la acuicultura de peces con nuevas técnicas de cría de jaulas. Con la acuicultura es posible producir hasta 100 veces más carne por hectárea que con la ganadería extensiva. Reforestación. Se ha calculado que en la Sierra existen unas 7,5 millones de hectáreas de tierras aptas para reforestarse, de las cuales unas 2,5 millones de hectáreas son aptas para la reforestación productiva. La reforestación en la Sierra es una actividad necesaria por razones ambientales (protección de suelos y recuperación de cuencas), sociales (empleo y generación de leña) y económicas (generación de nuevas actividades productivas en base a productos forestales). Ganadería de camélidos. En la puna y jalca existen cerca de 18 millones de hectáreas de pastos naturales altoandinos o pajonales, lo que constituye casi el 50 por ciento de la superficie de la región. En este ecosistema se ha desarrollado desde muy antiguo la ganadería de camélidos en base a la alpaca y la llama, y se han manejado las poblaciones silvestres de vicuña, formas y especies adaptadas a las condiciones ambientales. Agricultura diversificada. Por razones de la diversidad climática, edáfica y la presencia de la Cordillera de los Andes el Perú ha sido definido como un “tobogán o una escalera ecológica”, donde en corto espacio se presentan diversos pisos ecológicos, que permiten una agricultura muy diversificada. Turismo y ecoturismo. La alta diversidad biológica (ecosistemas, especies y recursos genéticos) constituye un alto potencial para el turismo hacia la naturaleza o ecoturismo y para el turismo científico, más aún cuando se engarza con la diversidad cultural. En este sentido el país ofrece oportunidades únicas, respecto a otros países, para circuitos turísticos nuevos en base a la diversidad de paisajes y su biodiversidad, y para admirar ecosistemas únicos. Desarrollo de nuevos productos. El potencial del país para el desarrollo de nuevas actividades económicas en base a la biotecnología es extraordinariamente grande, especialmente en los aspectos relacionados con productos farmacológicos, cosméticos, tintes y colorantes, y plantas ornamentales. Fuente: Brack Egg, Antonio (2000) “Agroecología y desarrollo rural sostenible”, en Brack, Antonio, Alfredo Stecher, Sandro Chávez, Lucio Villanueva y Napoleón Machuca (2000) Competitividad e Investigación Participativa: Retos para la agroecología, Centro Ideas, Lima, pp. 20-22. Hacia una concepción del desarrollo rural en el orden global fracturado Francisco Sagasti, Septiembre del 2004 12 La experiencia del Instituto Nacional de Biodiversidad (INBio) de Costa Rica, que lleva más de diez años de actividad en un país mucho más pequeño, sugiere lo que sería posible hacer en el Perú (Recuadro 3). Además de estar a cargo del inventario nacional de biodiversidad, de la promoción del uso sostenible de recursos biológicos, y de organizar y administrar información, el INBio realiza investigaciones, desarrolla programas de capacitación y transfiere tecnología a las empresas locales. El podría crear una institución similar, pero en escala mucho más grande y con una estructura descentralizada. RECUADRO 3: El Instituto Nacional de Biodiversidad de Costa Rica El Instituto Nacional de Biodiversidad de Costa Rica (INBio), creado en 1989 como una organización civil sin fines de lucro y de interés público, es un ejemplo de lo que puede hacerse para conocer, conservar y utilizar de manera racional y sustentable la biodiversidad. Se financia mediante contratos por la venta de servicios, donaciones privadas, de fundaciones y de la cooperación internacional, y aun contribuye a solventar algunos programas de agencias gubernamentales. Sus principales actividades son: Inventario de la biodiversidad. El INBio está a cargo del Inventario Nacional de Biodiversidad, que se compila sobre la base de material e información recabados por un grupo de hombres y mujeres de las comunidades cercanas a los parques nacionales, a quienes se denomina “parataxónomos”. Estas personas reciben entrenamiento práctico e intensivo durante seis meses en fundamentos de biología, ecología y taxonomía; técnicas de recolección y preservación; manejo de datos y procesamiento de información; y administración y mantenimiento de equipo. Los parataxónomos recolectan los especimenes y realizan el procesamiento inicial en 23 estaciones de biodiversidad distribuidas en todo el país, para luego enviar la información a la sede central de INBio en San José. Búsqueda y promoción de usos sostenibles del recurso biológico. Esta actividad se realiza mediante la “prospección de biodiversidad”, que consiste en la búsqueda sistemática de nuevas fuentes de compuestos químicos, genes, proteínas, microorganismos y otros productos que poseen un valor económico potencial en la industria farmacéutica, cosmetológica, agroindustrial y biotecnológica. El proceso se inicia con la localización, descripción detallada y recolección de especies que, por su amplia distribución y abundancia, no corren peligro de erosión genética. Luego se procede a una identificación preliminar de los compuestos que contienen estas especies, para posteriormente entregar a aquellas que tienen un potencial económico a empresas y otras instituciones asociadas al INBio. En caso de llegar a explotarse comercialmente alguno de estos compuestos, la empresa o institución paga una regalía al INBio. Organización y administración de la información. El INBio almacena, organiza y divulga información sobre la biodiversidad costarricense. Esto se lleva a cabo a través del desarrollo de programas y herramientas de software para conocer y promover el uso sostenible y la conservación de la biodiversidad; el apoyo y soporte a los usuarios de la información sobre biodiversidad con que cuenta el instituto; el mantenimiento de un sitio en el World Wide Web con más de diez mil páginas de información gratuita; el desarrollo de publicaciones y materiales empleando la tecnología de multimedios, en particular hiperdocumentos en formato CD-ROM; la asesoría y el desarrollo de talleres de capacitación en el manejo de información sobre biodiversidad; y el uso de sistemas de información geográfica para proveer información básica y temática georreferenciada de todo el país a los usuarios de los servicios del INBio. Generación y transferencia de conocimiento a la sociedad. El INBio difunde local e internacionalmente información sobre la biodiversidad de Costa Rica, el papel de la Hacia una concepción del desarrollo rural en el orden global fracturado Francisco Sagasti, Septiembre del 2004 13 prospeción en la conservación y la importancia de la biodiversidad en el desarrollo social y la calidad de vida de los costarricenses. Además, tiene una serie de programas de capacitación nacional e internacional, así como programas educativos sobre biodiversidad para escuelas y universidades. A principios del 2000 inauguró el INBioparque, un extenso parque educativo con instalaciones especialmente diseñadas para albergar exhibiciones permanentes, muchas de ellas interactivas, acerca de la biodiversidad en Costa Rica y el mundo, el sistema nacional de áreas protegidas y las diversas especies de plantas y animales que existen en ese país. Fuente: Agenda: PERÚ (2000) En segundo lugar, las actividades productivas deben adaptarse al entorno biofísico, sobre todo en la zona andina, que está constituido por una gran variedad de espacios geográficos de limitadas dimensiones que no permiten producciones en gran escala. Como lo ha sugerido Iguíñiz (1998) en el Perú es necesario “producir poco de muchas cosas, en vez de mucho de pocas cosas” como sería apropiado en países con grandes extensiones territoriales homogéneas. Además, debido a lo agreste de nuestra geografía y a las dificultades de transporte, Iguíñiz plantea aumentar el valor por unidad de peso de los productos, lo que implica una transformación local para añadir valor agregado (Recuadro 4). En tercer lugar, aprovechar la variedad de ecosistemas y la biodiversidad requieren de una infraestructura de transportes, energía y telecomunicaciones adaptada a los nuevos usos del espacio y actividades productivas. Por ejemplo, los productos de gran valor por unidad de peso, particularmente los perecibles y aquellos destinados a la exportación, se beneficiarían con una red más extensa y confiable de aeropuertos y de líneas de transporte aéreo. Asimismo, la electrificación rural y el uso generalizado de Internet permitiría aumentar la eficiencia del transporte, permitiendo difundir información sobre condiciones de mercado y mejorando la coordinación de las actividades de los transportistas. Un mayor énfasis en la construcción y mantenimiento de caminos rurales, tareas que podrían realizar los gobiernos regionales y locales, permitiría articular mejor a las ciudades intermedias y pequeñas con sus zonas de influencia en el ámbito rural. Conocimiento, innovación y cultura. Los grandes avances del conocimiento científico y tecnológico mundial, unidos a la amplitud y persistencia de la pobreza, plantean el desafío de movilizar a la ciencia y la tecnología para eliminar la pobreza que afecta en particular a las zonas rurales. Durante el último decenio y medio se han multiplicado las iniciativas para poner los avances tecnológicos al servicio de los pobres y de las zonas rurales, con particular énfasis en el uso de las tecnologías de información y en la ciencia y la tecnología para el desarrollo sustentable. La India es el país en donde existe una rica experiencia de intentos por aplicar la ciencia y la tecnología al desarrollo rural. Muchos de ellos utilizan el rigor de la investigación científica y tecnológica de avanzada, pero aplicados a los problemas específicos de las zonas rurales más pobres. Por ejemplo, la fundación de investigación, M. S. Swaminathan viene desarrollando desde 1989 el programa “Nuevas tecnologías: alcanzando a los excluidos” que aspira capacitar a un millón de “gerentes rurales de conocimiento” a través de un gran número de “centros de conocimiento rural”. Estos centros utilizan tecnologías de la información para promover el intercambio de experiencias entre los habitantes y las familias en las Hacia una concepción del desarrollo rural en el orden global fracturado Francisco Sagasti, Septiembre del 2004 14 RECUADRO 4: Producir poco de muchas cosas con alto valor agregado Para hacer rentables las actividades productivas en las zonas rurales de la sierra o selva que están alejadas de los principales mercados (que se ubican principalmente en las zonas urbanas), es necesario reducir los costos de transporte. Esto puede lograrse a través de la mejora de vías de transporte, mejoras en las características de los medios de transporte, cambios en la localización de las empresas productoras y, finalmente, modificando las característica económica de los productos transportados, específicamente el valor por unidad de peso. Ese cambio de característica puede darse cambiando los productos transportados y reemplazándolos por otros de más valor. Esto, a su vez, puede ocurrir seleccionando entre diversos productos cuya producción no está articulada verticalmente y/o transformando productos de poco valor por unidad de peso en otros de mayor valor. Un aspecto central es el relativo al cambio del peso del producto a transportar. Esa disminución o aumento resulta importante para establecer la ventaja, en cuanto a los costos de transporte, de transformar antes de transportar los productos. Suponiendo que no hay diferencias de productividad en la transformación se realice donde se realice y que tampoco hay variaciones de tarifas de transporte, siendo éstas exclusivamente determinadas por el peso transportado. También se está suponiendo que la extracción, recolección o producción de la materia prima es más ventajosa en el lugar en el que se está realizando. Lo único que entra en discusión es el lugar de la transformación. Si el producto se transportara sin elaborar, y la transformación ocurriera en el mercado final, el producto final tendría un precio dado por el precio de la materia prima en su lugar de origen más el del transporte de la cantidad de materia prima que entra en una unidad del producto final más el valor agregado en el proceso de transformación. Si, por el contrario, la transformación ocurriera en el lugar de la materia prima, el precio del producto final en su lugar de destino sería igual al precio de la materia prima más el valor agregado en la transformación más el costo de transporte del producto final. La diferencia entre los dos precios y la ventaja para cada procedimiento depende del costo de transporte. la ventaja de la transformación in situ supone que haya reducción de peso en el proceso de la transformación. Habrá dicha reducción (aumento) si el peso de la materia prima en la unidad del producto final es mayor (menor) que el peso de la unidad del producto final. Es este menor peso el que podría contrarrestar el costo de enviar otras materias primas o insumos al lugar de transformación. La conclusión final es que para impulsar una estrategia agresiva de desarrollo económico descentralizado que incluya la Sierra y la Selva no basta mejorar vías y medios de comunicación sino que es necesario impulsar toda iniciativa que aumente la “exportación” a otras regiones del Perú y del mundo de productos de alto valor por unidad de peso, sea seleccionando aquellos que por sus características ya lo tienen o sea transformándolos para elevar su valor. Ninguna de estas dos regiones tiene futuro defendiendo su producción en base a la relativa carestía de vías y medios de transporte por mucho que, sin duda, convenga aprovechar la ventaja del proteccionismo geográfico, que para las zonas en altura, incluye la ley de la gravedad. Fuente: Iguìñiz, Javier (1998) zonas rurales, y cuentan con el apoyo de destacados laboratorios de investigación científica y centros de excelencia en universidades e instituciones estatales. El objetivo central es promover opciones para ganarse la vida sustentablemente en actividades agropecuarias y de otros tipos en las zonas rurales, y ha desarrollado programas para mejorar el manejo del agua, conservar la biodiversidad, apoyar a las microempresas no agrícolas, y promover la agricultura ecológica (The Hindu, 2003). Hacia una concepción del desarrollo rural en el orden global fracturado Francisco Sagasti, Septiembre del 2004 15 El conjunto de instituciones y empresas organizadas por Ahsok Koshla alrededor del centro de investigación “Development Alternatives” y de su brazo comercial “TARA” proporciona otro ejemplo de iniciativas para desarrollar maneras sustentables de ganarse la vida en el ámbito rural. El énfasis de estas instituciones y empresas ha sido puesto en diseñar productos y procesos productivos adecuados a las condiciones locales en las zonas rurales, tomando en cuenta escalas de producción limitadas, el uso de insumos locales, la protección del medio ambiente y la reducción de desechos, además de las preferencias de los consumidores y el costo de producción. TARA ha desarrollado más de 30 productos y procesos que se ofrecen en la forma de franquicia a los productores locales, quienes reciben capacitación, asistencia técnica y contactos para conseguir financiamiento. Entre los productos y procesos se encuentran maquinaria para fabricar papel y cartón, cocinas de leña y carbón de alta eficiencia, adobes estabilizados, telares y máquinas tejedoras, aparatos para procesar y almacenar alimentos, y sistemas integrados para producir energía en las zonas rurales. Las actividades que ha venido realizando ITDG en el Perú, y en particular sus iniciativas las microcentrales hidroeléctricas, son un ejemplo local del enfoque que ha venido utilizando el grupo que lidera Koshla en la India. Por último, el países como el Perú, poseedores de una milenaria tradición de vinculación entre sus pobladores y el entorno biofísico, se cuenta con un rico acervo de conocimientos y tecnologías tradicionales acerca del medio ambiente y las prácticas productivas. Estas tecnologías, producto de una evolución progresiva a través de la prueba y el error, están frecuentemente asociadas a cosmovisiones indígenas y proporcionan la base material para la supervivencia de un gran número de peruanos en las zonas rurales andinas y de la selva. Sin embargo estos conocimientos y tecnologías están rara vez codificados y sistematizados, lo que los hace difícil de transmitir de acuerdo a estándares científicos y tecnológicos modernos. Su difusión depende de sus usuarios o depositarios, y tiene lugar por imitación, intercambio de bienes y las tradiciones orales. Su especificidad local dificulta su transmisión y en muchos casos se han perdido al no existir maneras confiables de registrarlos y almacenarlos, sobre todo cuando se dejan de lado ante la supuesta superioridad de las prácticas modernas de occidente. Estos aspectos de los conocimientos y las tecnologías tradicionales están relacionados con la racionalidad no-capitalista de las comunidades andinas y nativas, en las cuales el trabajo artesanal, el autoconsumo, la reciprocidad y otras instituciones diferentes al mercado organizan las actividades productivas y las relaciones sociales. Una selección y mejora de las tecnologías tradicionales podría aumentar su contribución a elevar las condiciones de vida y a reducir la pobreza en las zonas rurales. Para esto es necesario diseñar instituciones, estrategias y medidas que fomenten la interacción entre quienes son depositarios del conocimiento tradicional por un lado y los investigadores científicos por otro. Un enfoque podría ser la “mezcla” de tecnologías, en la cual se inyectan componentes de tecnologías modernas a las tecnologías tradicionales para mejorar sus productividad y desempeño, pero sin alterar significativamente las formas en que se insertan en el entorno sociocultural de donde provienen.7 Otro enfoque involucraría centrarse en el examen de las complejas interacciones tienen lugar en los sistemas indígenas o comunitarios de producción, 7 Sobre el tema véase: Bhalla, James y Stevens, (1984); Bhalla y James (1988); y Bhalla, (1996). Hacia una concepción del desarrollo rural en el orden global fracturado Francisco Sagasti, Septiembre del 2004 16 buscando entender su lógica y funcionamiento antes de insertar componentes modernos en ellos. Esto lleva a la consideración de los “sistemas indígenas de innovación”, que evolucionan y cambian en función de estímulos y desafíos muy diferentes a los de las economías de mercado. Su carácter se configura a partir de la concepción que tiene la comunidad del mundo y el lugar de la humanidad en él, de su historia de éxitos y fracasos con las técnicas de producción, de sus estructuras institucionales, y de la naturaleza del entorno biofísico de la comunidad. Esquemas de investigación participativa que involucran activamente a los miembros de una comunidad pueden proporcionar una manera efectiva de conocer la lógica de estos sistemas indígenas de innovación y mejorar su desempeño.8 Cambios institucionales y planeamiento estratégico. La creciente importancia que se les otorga al capital social, a la educación y a los factores culturales han puesto de manifiesto el papel central que juegan las instituciones en los procesos de cambio y en el desarrollo. La atención de los estudiosos, y de quienes formulan y ejecutan políticas de desarrollo, se centra cada vez más en el papel que juegan los factores institucionales, incluyendo a las “reglas del juego” que articulan las interacciones entre los principales agentes del desarrollo, los hábitos y costumbres adquiridos por una comunidad a lo largo de decenios y aún centurias, y a los marcos de referencia culturales que orientan y estructuran las actividades de una comunidad. Estos aspectos son de singular importancia para la nueva ruralidad. En las zonas rurales el peso de la tradición, los hábitos, las costumbres y la experiencia ancestral tienen un enorme peso y se han mantenido por largo tiempo, lo que hace imprescindible tomarlas en cuenta al plantear un nuevo enfoque de desarrollo rural. Sin descartar ni dejar de lado estos aspectos institucionales, se trata de introducir modificaciones en forma paulatina a través de un diálogo con las comunidades que lleve a nuevas formas de interacción (y, ¿por que no? a nuevas “tradiciones”) que se adecuen mejor a los desafíos del Siglo 21. Una primera tarea consiste en adecuar los papeles que juegan el Estado, las empresas, las comunidades, las organizaciones voluntarias y el mundo académico a las condiciones existentes en las zonas rurales, adoptando una perspectiva de nueva ruralidad. Los procesos de descentralización administrativa y regionalización política actualmente en marcha complican enormemente esta tarea, que se está llevando a cabo en forma caótica, preñada de conflictos y rodeada de enormes desconfianzas. Los conflictos entre comunidades, empresas mineras, gobiernos locales y regionales, organizaciones no gubernamentales, la iglesia, el gobierno central y los trabajadores, con participación esporádica de estudiantes y de los partidos políticos, en varios lugares del país (Tambogrande, Quillich, Antamina, Las Bambas) están dando origen a nuevas articulaciones entre actores sociales, con el trasfondo de conflictos entre tipos de actividades productivas (minería vs. agricultura), conflictos acerca del uso del agua, e intereses puntuales de los diversos actores involucrados. La multiplicación de las instancias de diálogo y coordinación dan testimonio de una búsqueda acelerada de nuevos mecanismos institucionales ante lo que ser percibe como ineficacia de los existentes. 8 Acerca de las instituciones alternativas en el mundo andino, incluyendo la reciprocidad, el trueque y el intercambio, las ferias, el trabajo voluntario individual y comunitario, que están al margen de las economías de mercado, véase la reseña de Gonzáles de Olarte (1994; 1995). Hacia una concepción del desarrollo rural en el orden global fracturado Francisco Sagasti, Septiembre del 2004 17 Pero más allá del proceso de aprendizaje social a la fuerza que están generando estos conflictos, existen experiencias institucionales que merecen atención para examinar si podrían replicarse. Se ha mencionado ya la posibilidad de articular conjuntos (clusters) de empresas pequeñas y medianas bajo el liderazgo de una gran empresa, lo que constituye una nueva forma de organización de las actividades productivas. En el ámbito más estrecho de las familias y comunidades en las zonas rurales más alejadas, a donde es difícil que lleguen a operar plenamente los mecanismos del mercado, es preciso promover instituciones alternativas que mejoren las condiciones de vida locales. Por ejemplo, la generalización de la “chacra integrada familiar”, que requeriría de programas de extensión agropecuaria y asistencia técnica por cierto tiempo, además de servicios de información y apoyo por tiempo limitado, puede ayudar a elevar los niveles de nutrición y los ingresos de los habitantes de zonas rurales marginales (Recuadro 5).
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