Palacio De Louvre
Enviado por anali3073 • 14 de Octubre de 2014 • 3.442 Palabras (14 Páginas) • 227 Visitas
LOUVRE
EVOLUCIÓN FUNCIONAL Y DE LA IDEA DE
PATRIMONIO Y CONSERVACIÓN
Como objeto de estudio para mi trabajo de investigación, he decidido decantarme por el actual
Museo del Louvre, situado en la capital francesa, París, ya que ofrece numerosas posibilidades
dentro de nuestra asignatura de Museología y Patrimonio. Entre éstas cabe destacar además de la
característica requerida por el profesor de que fuera una obra en la que a lo largo su historia se le
haya adjudicado una función diferente según su época lo requería, atesora este edificio todo ese
pensamiento y filosofía museologística y de interés por la conservación del patrimonio. Como
desarrollaremos a lo largo de éstas páginas, aunque la denominación como museo sea en cierto
modo moderna, desde su creación en el siglo XII hasta éste momento mencionado, siempre ha
poseído un carácter de almacenamiento de objetos valiosos o mejor dicho, de tesoro real, que en las
siguientes líneas explicaremos con mayor detenimiento.
Además de los continuos cambios en lo que a funcionalidad respecta, como es lógico, el edificio ha
ido transformando su aspecto exterior durante el paso de siglos , así como la distribución de sus
espacios y la creación de nuevos de los mismos, aumentando notablemente la extensión que el
conjunto ocupa en la ciudad.
EL LOUVRE MEDIEVAL: TORRE Y FORTALEZA
Comenzando con el desarrollo de la investigación, nos remontamos hasta los orígenes del Louvre,
situándonos en 1190. En este año Felipe Augusto, rey de Francia, manda construir la torre del
Louvre, la torre Nueva, a orillas del Sena. Mediría cerca de 20 metros de diámetro y alcanzaba los
31 metros de altura. Se situaba en el interior de un recinto cuadrado amurallado con unos fosos de
10 metros de ancho y una profundidad de 6 metros. Construido para reforzar la defensa de la ciudad
de París, se conoce que todas las fortalezas francesas se subordinarían a ella, exceptuando la de
Coucy que bajo ciertos aspectos tendría una parcial independencia.
Varias son las hipótesis que existen sobre por qué el Louvre se llama así, pero una de las más
aceptadas es la de su semejanza al término “Lower”, que no es más que un reducto de madera, que a
su manera, habrían edificado los normandos y que los habitantes de la ciudad continuaron llamando
así cuando allí se construyó la torre real.
Lo que actualmente queda de este primer Louvre, son algunos vestigios subterráneos y dibujado por
una línea de piedra a ras de suelo del Patio Cuadrado actual, su plano aproximado.
Hasta el fin del reinado de Juan el Bueno en 1364, el Louvre conserva su rudo aspecto de castillo
feudal. Los reyes se limitaron a salvaguardar en el conjunto su tesoro: monedas, metales preciosos,
joyas, telas o muebles, además de usarlo también para encerrar a sus enemigos, a modo de prisión,
prefiriendo vivir en el palacio de la Cité, ya que éste antiguo Louvre debía ser un lugar falto de
alegría y comodidad.
En la sala mayor el rey administraba justicia y fue allí donde se celebró, en 1303, la asamblea que
se considera como la primera reunión de Estados Generales. En las lizas que le rodeaban, hubo
torneos y toda clase de armas, tanto ofensivas como defensivas, entre las macizas murallas.
Un cierto aire renovador al aspecto del conjunto, llegará con la figura de Carlos V, el Sabio,
consagrado en Reims en 1364, el cual pensaría este lugar más como un castillo de recreo. Además
este rey había levantado ya la Bastilla, la cual desde este punto de vista le parecía ya suficiente.
Le encargaría a su arquitecto Raymond Du Temple construir nuevas secciones, añadiendo al edificio
de Felipe Augusto altos techos decorativos con doradas giraldillas, introduciendo poco a poco los
atractivos del lujo más refinado de aquel momento como estatuas dentro de hornacinas o sobre
ménsulas, flores de lis esparcidas un poco por doquier o paños de oro.
Pese a que el rey continuara residiendo en el palacio de la Cité, o bien en el palacio de Saint-Pol,
hizo transportar al Louvre su librería de 900 manuscritos y recibió allí en 1378 al emperador Carlos
IV.
Una casa de fieras con leones, una casa de labranza con sus corrales y sus hórreos y también una
pajarera donde se aplicaba la tarea de perfeccionar a los ruiseñores en el arte del canto, existió en
los jardines del Louvre. Pero la guerra civil, los desórdenes, la invasión inglesa y ciertos motivos
más, fueron la causa de la ruina de este primer Louvre.
Más tarde Luis XI lo convertiría de nuevo en prisión y posteriormente Luis XII lo hizo servir como
arsenal hasta que hiciera demoler la robusta torre. Ya bajo el mando de Francisco I comenzará a ser
levantado el Louvre radiante de nuestros días.
EL LOUVRE DE LOS VALOIS
Francisco I remoza las viejas construcciones y plantea en su interior decoraciones fastuosas, para en
1540, recibir en ellas a Carlos V, después de la tregua de Niza. El resultado de esto crea un contraste
que choca de manera desproporcionada al gusto, mostrando un armazón arquitectónico frente a un
contenido interior que no poseen relación alguna entre ambas partes.
Se había de llevar a cabo una actuación en el edificio que lo elevara a una posición más acorde con
lo que se esperaba que representara, por ello el rey seguramente llamará al italiano Sebastiano
Serlio, que había realizado alguna obra en Francia, pero para ésta tarea se piensa que más adecuado
sería utilizar un artista del país. Tras un primer proyecto de Serlio que no gusta mucho, se piensa en
el arquitecto Pierre Lescot que regresaba en ese momento de Italia, el cual presenta un proyecto que
Serlio examina y aprueba.
Un año antes de su muerte, en 1546, el rey decide escoger como arquitecto del nuevo palacio a
Pierre Lescot, al que confirmará en su misión Enrique II. Resultará de ello una de las más
admirables obras maestras de la arquitectura clásica.
Fue tan sólo a partir de la muerte de este monarca, cuando el nuevo palacio se convirtió relamente
en residencia real, ya encontrándonos en 1559. Enrique II pasó aquí únicamente cortas temporadas,
encontrándose más cómodo en su castillo de Tournelles. Más que a la de la vida cotidiana le parecía
a la medida de las ceremonias y fiestas. Por este motivo, las grandes habitaciones fueron ocupadas,
principalmente, por príncipes extranjeros, huéspedes
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