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Paradigmas de la nación mexicana, reflexiones y análisis


Enviado por   •  10 de Septiembre de 2014  •  Trabajo  •  1.034 Palabras (5 Páginas)  •  492 Visitas

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PARADIGMAS DE LA NACIÓN MEXICANA, REFLEXIONES Y ANÁLISIS

EL PROYECTO LIBERAL EN MÉXICO

Ahora que está en boga hablar del neoliberalismo, conviene rescatar algunos renglones de la historia de México que son antecedentes muy importantes para comprender los antecedentes de esta corriente de pensamiento económico, que abunda en la administración pública actual y sus sesgos éticos de actuación.

El presente trabajo pretende ilustrar cómo el pensamiento liberal europeo del siglo XVIII influye no solo los movimientos independentistas y libertarios en América Latina en el siglo XIX, sino que funda todo la movilización social a favor de implementar en capitalismo industrial en la región, especialmente en el caso de México, donde la ética liberal es el marco del pensamiento que inspira el proyecto de nación del siglo XIX e inicios del XX.

El arribo del pensamiento liberal a América Latina como en la Nueva España trae la aparejado los anhelos libertarios de los hispanoamericanos. El recrudecimiento de la expoliación fiscal que inician los Borbones, a finales del siglo XVIII e inicios de XIX recienten los capitales autónomos tanto de mercaderes como de hacendados, así como de la burocracia criolla.

En la historia de México, las guerras de inclusión y exclusión, unos por el viejo orden, otros por un nuevo orden de corte liberal, así como grupos con intereses contrapuestos se ven enfrentados en una abierta ingobernabilidad que caracteriza el siglo XIX. Sin dejar de lado los intereses extranjeros patentes en la historia de México en las constantes intromisiones de los extranjeros en el país, todavía a inicios del siglo XX.

EL PENSAMIENTO NACIONAL: raíces y giros 1920-1940

Por HECTOR DANIEL GUZMAN

Prof. de historia

Introducirnos en el pensamiento nacional, nos remite a la intelectualidad argentina, sus limitaciones, sus sueños y sus decepciones.

En los 20, hubo un paradigma que impacto a los intelectuales, la revolución rusa (1917), que hizo que Juan B. Justo creyera en la reconstrucción social1, una solución válida para la América latina.

La cuestión de que hubiere una cultura popular, y una cultura de élite, mostraba la dependencia cosmopolita de nuestros intelectuales, y las dificultades de construir un pensamiento nacional.

Las vanguardias europeas, subyugaron a las clases medias altas y a la aristocracia, el furor de lo nuevo2, se convirtió en un puente cultural con la Europa sitiada de incertidumbre ante los avances de las derechas y las izquierdas.

Lo novedoso fue también otro paradigma, que fue tomado por las minorías que creían ser las mejores3, que determino que los martinfierristas fuesen tan ajenos a lo popular.

Boedo, y toda su literatura social, tampoco implicó una total liberación cultural, la orientación satelital hacia Rusia4, coartaba toda operación de una verdadera emancipación.

Mientras Rusia y Francia, monopolizaban en los 20, la referencia extranjera de los intelectuales nacionales, algunos pensadores nuestros, como Carlos Ibarguren, sondeaban la nacionalidad desde una perspectiva nativista; el gaucho montonero y las provincias interiores, describían lo nacional, como una región periférica dormida, casi mítica que debía ser despertada para recuperar la nacionalidad (idea presente en Manuel Gálvez y Ricardo Rojas).

La característica colonial5 provinciana, en Ibarguren tiene que ver con una lectura del pasado reivindicativa, de todo lo que el

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