Piratería Siglo XVI
Enviado por JulioT • 6 de Enero de 2013 • 1.703 Palabras (7 Páginas) • 585 Visitas
Análisis
El descubrimiento de América trajo la influencia recíproca de culturas distintas Las minas en la Nueva España y del Perú, explotadas con el sudor y sangre del nativo, hicieron posible que las naciones más adelantadas de Europa entraran de lleno en una economía monetaria; y el tráfico de esclavos negros, negocio que producía tantas ganancias, mas sin embrago tan inhumano y brutal, aceleró la marcha ascendente del régimen capitalista. Se puede confirmar que la tierras tropicales y minas de oreo y plata América, trabajados por el indio y el negro, fueron la causa de mayor importancia en el progreso económico de Europa. Todo ello trajo como resultado el fenómeno del comercio, de la navegación y de las manufacturas, así como también el progreso financiero de una burguesía nueva por su creciente actividad y desmedida ambición por poder y riquezas.
El Comercio en la Nueva España estaba controlado por la Corona española a través de ¨la Casa de Contratación de Sevilla¨, la cual fue creada por los Reyes Católicos en 1503, para administrar y controlar todo el tráfico con las Indias al declararlas mercado reservado de Castilla. Nadie podía ir a América ni alquilar un barco, todos los barcos q arribaban o zarpaban tenían que ser registrados por ésta y toda mercancía procedente de las Indias debía pasar por el control de esa institución y pagar allí el impuesto del 20 % a la Corona. España (o mejor dicho, el rey Felipe II) prohibió el comercio con los extranjeros, también impuso a sus súbditos que todo el intercambio son Inglaterra se realizara exclusivamente a través de Sevilla y que la navegación por el Atlántico se realizara en conserva. En Contrapartida, el holandés fue el más flexible, controlando en su mayor parte por una empresa privada creada en 1621, la compañía de las Indias Occidentales. De hecho, la competencia naval y mercantil planteada por Holanda llevó a Inglaterra y Francia a imponer un sistema comercial más estricto en sus colonias a partir de la segunda mitad del siglo XVII. No obstante todas las medidas que estableció cada país que restringían el acceso de extranjeros a sus colonia, tanto Francia como Inglaterra permitieron que éstas negociaran con la América Española bajo ciertas condiciones.
Mientras tanto en Veracruz, ya con su consulado ubicado y reubicado muchísimas veces, los peligros naturales de las costas del Golfo de México explican la extraordinaria concentración estacional del tráfico marítimo en Veracruz, pero también los peligro humanos, pues para proteger a las naves españolas de los asaltos y ataques de piratas y corsarios, Felipe II ordenó que la navegación por el Atlántico se realizara en convoyes custodiados por naves de guerra que zarparían y arribarían a puestos exclusivos defendidos por fortalezas. Así, en la década de los setenta del siglo XVI, los barcos mercantes precedentes de España llegaban en flota a Veracruz una vez al año, de manera similar a lo que hacían China e India, que enviaban sus mercancías a bordo del ¨Nao de China¨ desde Filipinas (colonia española en Oriente), que cruzaban el océano pacífico una vez al año y arribaba en Acapulco.
Los puertos del Océano Atlántico y del mar Caribe se vieron constantemente atacados por corsarios ingleses, franceses, portugueses y holandeses. La inexistencia de una flota defensora del inmenso litoral de la Nueva España mantuvo a muchas poblaciones en u estado de inseguridad permanente.
Los piratas caían sobre las ciudades, las saqueaban, ultrajaban a las mujeres y se robaban botines millonarios que incluían ore y plata, esclavos, joyas, grana, añil, harina y ropajes.
También había consulados erigidos en los dominios castellanos fueron los de Sevilla (1543), México (1592) y lima, Perú (1613), constituidos a raíz de la expansión del comercio entre España y las Indias (los cuales fueron instituciones básicas del sistema mercantil español, diseñados para regular y controlar el intercambio colonial que se regía por principios monopólicos, con el tiempo contribuyeron también a socavar su sistema). Esos 3 consulados fueron las piedras angulares del sistema de comercio colonial concebido, ante todo, como un monopolio español. Al mismo tiempo, cada consulado controlaba de manera exclusiva el intercambio en sus respectivas jurisdicciones, no sólo porque sus tribunales tenían el conocimiento privativo cobre los pleitos mercantiles –autoridad a la que ningún comerciante dedicado al giro colonial podía asustarse-, sino que además porque disfrutaban de otras facultades que les permitieron ampliar si influencia a escalas extraordinarias.
Uno de los principales problemas fue siempre la delimitación de las jurisdicciones entre uno y otro, esta competencia mercantil entre los consulados determinó el proceso mercantil del imperio español, desde el establecimiento, auge y decadencia del sistema monopólico en los siglos XVI y XVII, hasta la formulación paulatina del sistema de comercio libre en el siglo XVIII, con la cual se pretendió restaurar el control mercantil de España sobre el comercio de sus colonias.
Ya que las principales ganancias para España provenían de la producción de materias primas en las colonias, la Corona prohibió el comercio con cualquier otra nación europea y también el comercio entre las colonias españolas, con el objeto de controlar las ganancias o riquezas y evitar la competencia con la metrópoli.
Inglaterra aventajó a sus rivales en la piratería, factor de importancia en la rápida acumulación de riquezas, base del predominio económico y militar que haría de ejercer en el mundo durante algo más de 200 años.
Durante éste siglo (XVI), de acuerdo al tema mercantilista, sus principales características
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