Poder y derecho Norberto Bobbio

Poder y Derecho

Norberto Bobbio

El punto de partida del autor se da mediante un esquema de la relación entre el  poder y derecho, esta se construye mediante observaciones y propuestas teniendo en cuenta teorías de diversos autores las cuales utiliza para hacer un análisis propio.

Bobbio inicia haciendo alusión a la obra escrita por Guillermo Ferrero, dando a conocer el problema de la legitimidad, desde este punto el autor hace énfasis  en que el  poder y el derecho  son las dos nociones fundamentales de la filosofía política y la filosofía jurídica respectivamente, reafirmando su idea, hace una reflexión acerca de los escritores políticos que consideran como principal la noción del  poder  y  sobre los juristas que consideran primordial la noción del derecho. A medida que avanza la lectura Bobbio señala a dos autores para aclarar diversos puntos de vista, por una parte se encuentra la teoría política de Max Weber, que parte entre una distinción entre poder de  hecho y poder de derecho, finalizando con una tipología sobre las formas del poder político, por otro lado se encuentra  la teoría normativa de Hans Kelsen en la cual  expone la distinción entre la validez de las normas específicas y la eficacia del ordenamiento jurídico, para luego darle relevancia al problema del poder jurídico y así mismo otorgarle como solución observar el ordenamiento  desde el punto de vista del deber y el ser. El texto indica que Weber y Kelsen coinciden en que el poder legítimo se distingue del poder de hecho, partiendo de dos diferentes perspectivas, la primera es que el poder condiciona ser regulado para ser legítimo y el segundo expresa que el ordenamiento normativo requiere de la fuerza para ser efectivo.

Bobbio  desarrolla  el capítulo  haciendo referencia a las nociones de legitimidad y efectividad apoyándose en dos escritores Jean Bodin y John Austin, Bodin define que la soberanía debe ser absoluta y para lograr la legitimidad esta debe ser perpetua, por otro lado Austin define al poder soberano como un  poder superior e independiente a otros poderes, este señala que la soberanía debe ser obedecida, esto justifica que para lograr ser un poder legítimo este debe ser efectivo.  

Bobbio toma como referencia a Weber y afirma que no todo grupo político por el solo hecho de ser político es legítimo, esto lo apoya diciendo que la fuerza no es suficiente y necesita ser acompañado de razones mediante las cuales los destinatarios puedan lograr una aceptación interna. Bobbio  plantea que la legitimidad y efectividad son recíprocos. La no efectividad es una serie de comportamientos que  juzga el grado de legitimidad de un poder. Más adelante Bobbio aplica las observaciones de Niklas Luhmann este último advierte sobre el peligro de los Sistemas políticos al “Demasiado poco” poder, manifestando así la incapacidad del gobierno para satisfacer a la sociedad, esto desencadena una cuestión de legitimación pasiva. Bobbio presenta un principio general de la filosofía manifestando que el poder tiene la necesidad de ser justificado. Bobbio  manifiesta otro aspecto sobre la relación entre poder y derecho el cual consiste en el   problema de la legalidad del poder  que se centra en la legitimidad y la legalidad, recalca que la legitimidad se refiere al título del poder, este se fundamenta en su derecho, por otro lado la legalidad se refiere al ejercicio y el establecimiento del deber, este principio de legalidad sirve para distinguir el buen gobierno del mal gobierno, siendo un argumento relevante del pensamiento político. Otro principio que menciona  Bobbio es el del gobierno en base de las buenas leyes, posteriormente a este principio, Bobbio  recurre al planteamiento de Aristóteles para afirmar que es más conveniente ser gobernados por la ley agrega  que esta última queda como una especie  depósito que impide los cambios repentinos, más tarde menciona cómo el principio de legalidad y el principio de legitimidad se refuerzan recíprocamente, desmintiendo así la supuesta afirmación de que la legalidad es el único criterio para distinguir un mal gobierno de un buen gobierno. Posteriormente Bobbio recurre a la ultima forma de poder legítimo descrita por Weber en el cual el poder legítimo se da cuando los gobernados asumen el contenido del mandato como máxima acción, a lo que Bobbio comenta una situación específica y determina que la legitimidad de dicho poder se resuelve completamente en la legalidad de su ejercicio. Bobbio retoma el punto de vista de Kelsen y señala que para este la norma fundamental tiene función de transformar el poder en derecho, Bobbio explica esto último indicando que si una norma no cierra el sistema, la relación entre el que manda y el destinatario queda como un poder de hecho.

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