Propaganda y totalitarismo

Los gobiernos totalitarios aparecen en la Europa post-primera guerra mundial. La gente se sentía vulnerable con sus sistemas de gobierno, los cuales no habían sido capaces de evitarles la guerra y la crisis económica, por lo que empiezan los movimientos de masas en los cuales la gente se empieza a organizar segú sus ideologías (aparece el facísmo, el nazismo y el comunismo). Estos tipos de gobiernos se caracterizaban por su forma compleja y "total" de buscar y ejercer el poder y por tener un líder único. Generalmente, éste tenía un perfil muy extremista, violento, apacionado y con facilidad de dirigirse a las masas. El contexto en el que nace y se desenvuelve este proceso, obedece básicamente a la destrucción de cualquier forma de división o clasificación social existente.

Durante estos gobiernos, se usa un sistema de educación llamado adoctrinamiento, en el cual se somete desde la más temprana edad a los niños al sistema totalitario, así van incorporando desde pequeños la ideología totalitaria. Más adelante, y con los gobiernos totalitarios en marcha y pleno auge, se ve envuelto el tema de la propaganda y el cine.

Hay quienes dicen que la propaganda fue uno de los elementos más importantes del totalitarismo. Se utilizaba para entre otras cosas rendirle culto a los lideres mostrandolos como dioses, y así conseguir más seguidores. Buscaban también persuadir a jóvenes para que se alistaran en el ejército y mofarse del enemigo. Es el sistema político de la propaganda el que permite uno de los factores de socialización y re-educación en todo orden social. Se utiliza tanto el recurso propagandistico emplazado en lugares públicos comúnmente concurridos por las masas, que rápidamente transforman la realidad existente en algo ideal. Muestran sólo lo que conviene mostrar, y así se ganan a las masas, así promueben el totalitarismo e influyen en la conducta y valores de los ciudadanos.

La propaganda utilizada durante el regímen nazi, abarcó muchos sentimientos de orgullo, promovió muchos odios y en muchas ocasiones, logró tal éxito mintiendo y convenciendo de cosas muy alejadas de la realidad. Así se puede ver el el film, "El triunfo de la voluntad", donde se muestra el congreso de Nuremberg, con militares desfilando, los ciudadanos obacionando y los dirigientes nazis sobre el estrado. Fue el mismo Hitler quien encargó el filme y su nombre figura en los créditos iniciales. Esto es la más pura prueba de cómo se vinculan el cine y la propaganda con los estados totalitarios como el nacional-socialismo, entregando imágenes seductoras a un público vulnerable, el cual termina adoptando una posición. En el filme se mostraba cómo Adolf Hitler era obacionado por el pueblo alemán, que había encontrado en él su salvación. En lo formal, el Triunfo de la Voluntad demuestra mediante imágenes como ciertos sectores de la sociedad alemana se encontraban absolutamente fanatizados.

...