Reino Visigodo de Toledo

TERCERO: EL REINO VISIGODO DE TOLEDO

1. LA MONARQUÍA VISIGODO

1. La configuración de los poderes regios.

En los años difíciles que atraviesa la monarquía visigoda durante el siglo VI, el desarrollo de las facultades de los reyes visigodos se vio frenado de forma considerable. Y es que la preocupación principal de los sucesivos monarcas era su deseo por mantenerse en el trono resolviendo los conflictos de la nobleza y frenando los ataques exteriores.

Las dificultades políticas atravesadas hacen que la definitiva formación del reino visigodo de Toledo se realice en la parte central del siglo VI, aunque el auge del poder regio y la consolidación de este reino son fruto de la actividad desplegada por el rey visigodo, Leovigildo. El reinado de este personaje marca un hito en la historia visigoda, de manera que destacamos su significación en dos campos:

a) el legislativo: que supuso corregir la obra de EURICO, lo que implicó renovar el derecho de la práctica.

b) el político: que sirvió para sentar las bases del reino visigodo de Toledo, dándole fortaleza y ampliando su territorio.

Todo ello hizo que el reino visigodo de Toledo alcanzara su grado máximo de homogeneidad étnica, geográfica, cultural, política y administrativa que proclama su independencia plena frente al Imperio romano de Bizancio y permite seguir el desarrollo histórico de la península de una forma unitaria.

* El objetivo es conseguir que las leyes visigodas furan capaces de constituir un ordenamiento jurídico general y completo, para no acudir a normas romana, era romper con los textos de la tradición jurídica romana en sus textos. Para alcanzar este objetivo necesita actualizar el derecho de la práctica, recogido en el código de Eurico. *

En relación con el fortalecimiento del reino visigodo, Leovigildo reforzó el poder real e inició la integración de los diversos sectores de la población en un reino de estructura unitaria, presidido por una poderosa y centralizada monarquía. Su política tuvo que iniciarse con la superación de la descomposición territorial del reino visigodo, mediante una victoriosa actividad bélica. De esta política de ampliación y confirmación territorial nace una actividad bélica continua  y de gran éxito.

Paralelamente y animado por sus victorias militares, Leovigildo comenzó a desplegar un plan de reorganización interior de su reino que proyectaba en tres dimensiones:

a) aumentando las diferencias entre el rey y el resto de la población.

b) con la construcción de una monarquía hereditaria que tuviera el poder real incrementado y reforzado.

c) alcanzar la unidad del reino eliminando las diferencias étnicas y religiosas.

El refuerzo de las facultades regias, por parte de Leovigildo, se pone de manifiesto en manifestaciones, tales como que fue el primer rey visigodo en utilizar trono, vestiduras y adornos reales. Así pues adoptó insignias de los emperadores, acuñó moneda y fundó ciudades. Por otra parte el enfrentamiento con los bizantinos le llevó a romper definitivamente los lazos que le unían con el Imperio Romano, consiguiendo la “exemptio ab imperio”: ruptura con el Imperio.

La política de ruptura con el Imperio tendrá sus efectos en el ámbito de la creación del Derecho. Ya que no existía justificación para la asimilación de funciones propias del emperador, pues las actividades del rey visigodo en el campo de la creación del Derecho no podían vincularse con la tradición germánica puesto que esta veía al rey visigodo como un jefe de guerra. Por otra parte el rey visigodo no puede utilizar tampoco la argumentación romana que justificaba que el emperador sea creador del Derecho, porque con la ruptura definitiva llevada a cabo por Leovigildo, los romanos son enemigos del pueblo visigodo.

2. Referencia a los intentos eclesiásticos de suprimir la violencia en la sucesión al trono: 

A la muerte de Leovigildo, le sucede su hijo Recaredo, cuya conversión al catolicismo significará que será cargo de la Iglesia justificar y legitimar la potestad regia.

La Iglesia concibe una teoría política que determina el concepto y estructuras del reino construido por los visigodos y concibe su poder como emanado de Dios y depositado en la persona sagrada del rey, pero limitado por la justicia y rectitud de su actuación en cuanto aquel poder ha de ejercerse no para la opresión y el daño, sino para el bien y la utilidad públicos, y ha de estar sometido a las leyes y a las normas morales, no por encima de las mismas. De esa forma la Iglesia legitimará la figura del Rey argumentando que su potestad sobre los súbditos es otorgada por Dios.

Se construye una teoría política fundada en el servicio que deben prestar los reyes visigodos a la Iglesia para que ejerza su ministerio. De ahí procede el cambio en la concepción de la ley necesario para desempeñar el papel fundamental que debía en el orden político sustentado por la Iglesia.

La función del rey es someter al pueblo a las leyes para que viva rectamente. Esta función tiene que desempeñarla de forma útil, realizándola dignamente, y solo la realizará con dignidad si los súbditos se ven beneficiados.

Isidoro recoge en sus Etimologías y que completa al afirmar que “Serás rey si obras rectamente, si no obras rectamente no lo serás”. De tal forma que si el rey no desempeña sus funciones regias se autopriva de seguir siéndolo por su mala actuación.

¿Cómo se concibe el poder político?

El poder político se concibe como un ministerio, el poder se ejerce en cuanto se es ministro de Dios.El poder procede de Dios, que lo ejerce en su nombre como ministro quien designa.

En la historia visigoda no se puede ir contra el poder, no se puede eliminar un rey, lo que importa es que el rey no puede ser contrariado ni desobedecido, puesto que está puesto por Dios.

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