Reino Unido
naniz222 de Enero de 2013
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REINO UNIDO
INTRODUCCION
1. ANALISIS DEL PAIS
Es un Estado soberano miembro de la Unión Europea y ubicado al noroeste de la Europa Continental. Su territorio está formado geográficamente por la isla de Gran Bretaña, el noreste de la isla de Irlanda y pequeñas islas adyacentes. Irlanda del Norte es la única parte del país con una frontera terrestre, que la separa de la República de Irlanda. Aparte de esta frontera, está rodeado al norte y al oeste por el océano Atlántico, al este por el Mar del Norte, al sur por el Canal de la Mancha y al oeste por el Mar de Irlanda.
El Reino Unido es un Estado unitario comprendido por cuatro países constituyentes: Escocia, Gales, Inglaterra e Irlanda del Norte, y es gobernado por un sistema parlamentario con sede de gobierno en Londres, pero con tres administraciones nacionales descentralizadas en Edimburgo, Cardiff y Belfast, las capitales de Escocia, Gales e Irlanda del Norte, respectivamente. A su vez, es una monarquía parlamentaria con Isabel II como jefa de Estado. A nivel coloquial, se usan los términos Gran Bretaña Inglaterra para designarlo incorrectamente, consecuencia de la mayor influencia de ambos (territorio y reino respectivamente) dentro del Estado. Las Dependencias de la Corona de las Islas del Canal y la Isla de Man no forman parte del país, pero sí se integran en una unión personal con él. Reino Unido tiene catorce Territorios de Ultramar, todos ellos vestigios de lo que fue el Imperio británico, que en su cúspide territorial llegó a abarcar cerca de una cuarta parte de la superficie terrestre.
Es un país desarrollado y por el volumen neto de su producto interno bruto es considerado como la séptima economía a nivel mundial detrás de Brasil. Fue el primer país industrializado del mundo y la principal potencia mundial durante el siglo XIX y el comienzo del siglo XX.
1.1 DATOS HISTORICOS RELEVANTES DE 1905 A LA FECHA
El primer cuarto del siglo XX asistió al desarrollo del movimiento de emancipación de la mujer. La prédica sufragista –que alcanzó ribetes de leyenda con algunos hechos como el de 1913, cuando Emile Davison se arrojó delante del caballo del rey– culminó en 1917, cuando las mujeres obtuvieron el derecho al voto.
En 1916, los británicos reprimieron duramente la insurrección de Pascua, en Dublín, pero las fuerzas reales no lograron vencer en la guerra de liberación iniciada en 1918. Al final, el Reino Unido accedió a la independencia de Irlanda, en 1921. Seis condados de la región nororiental, de mayoría protestante, continuaron bajo dominio británico, con gobierno en Belfast.
La rivalidad entre las potencias industriales europeas por la expansión económica y política condujo al estallido de la Primera Guerra Mundial (1914-1918). Por un lado se alinearon los países centrales: Austria-Hungría y Alemania, posteriormente Turquía y Bulgaria y, por otro, los estados aliados: Francia, Gran Bretaña, Rusia, Serbia y Bélgica y, en el curso de la guerra, Italia, Japón, Portugal, Rumania, Estados Unidos y Grecia.
Pese a la victoria, Inglaterra salió debilitada de la guerra. Invirtió 40.000 millones de dólares en gastos militares, movilizó 7.500.000 soldados, sufrió 1.200.000 bajas y adquirió una enorme deuda externa. La posterior depresión económica reavivó las protestas obreras, cuya máxima expresión fue la huelga general de 1926. El gobierno conservador declaró ilegal la huelga, pero no tomó medidas para revitalizar la industria. En las elecciones de 1929, triunfaron los laboristas.
Como corolario a la Primera Guerra Mundial, el Reino Unido apoyó la propuesta de crear la Sociedad de Naciones. En 1931, la creación de la Comunidad Británica de Naciones (Commonwealth), por el Estatuto de Westminster, supuso el reconocimiento de la independencia de Canadá, Australia, Nueva Zelandia y Sudáfrica.
El 3 de setiembre de 1939, dos días después del ataque alemán a Polonia, Inglaterra declaró la guerra a Alemania, iniciando su participación en la Segunda Guerra Mundial (1939-1945). En mayo de 1940 se formó un gabinete de coalición presidido por Winston Churchill. De 1939 a 1941 los grandes beligerantes fueron Gran Bretaña y Francia por un lado y, por el otro, Alemania e Italia, esta última desde 1940. Como aliados menores del nazismo participaron Hungría, Rumania, Bulgaria y Yugoslavia.
En 1941, la Unión Soviética, Japón y Estados Unidos ingresaron en la contienda. El 8 de mayo de 1945 Alemania firmó su rendición. Inglaterra, Estados Unidos y la Unión Soviética fueron los grandes vencedores. No obstante, la guerra evidenció la declinación del Imperio Británico y consagró la supremacía de Estados Unidos en los campos económico, financiero, tecnológico y militar.
En mayo de 1945, el gobierno laborista de Clement Attlee, que había ganado las elecciones parlamentarias bajo el lema «Hemos ganado la guerra, ahora ganemos la paz», estatizó las minas de carbón, el Banco de Inglaterra y las industrias de hierro y acero. A principios de la década siguiente el gobierno conservador revertiría esta medida. También estableció el Servicio Nacional de Salud, que ofrecía atención médica gratuita a todo el que la necesitara.
La expedición franco-británica contra la nacionalización del Canal de Suez, en 1956, reveló una actitud colonialista y levantó críticas tanto internas como externas. Fracasó debido a la falta de apoyo de Estados Unidos. Un año después el Reino Unido hizo estallar su primera bomba de hidrógeno en el océano Pacífico.
En 1969, el conflicto latente en Irlanda del Norte se intensificó, produciéndose choques entre católicos y protestantes que dejaron varios muertos y heridos. La minoría católica exigía igualdad de derechos políticos, el saneamiento de sus barrios, escuelas y seguros sociales. La respuesta del gobierno norirlandés, hasta entonces autónomo, fue el envío de la policía armada para enfrentar a los manifestantes. Londres asumió el control directo de Ulster y envió tropas para separar a ambas partes.
En agosto de 1971, el primer ministro norirlandés Brian Faulkner restableció los campos de internamiento preventivo y las redadas de sospechosos. Los motines de protesta contra la medida terminaron con más de 25 muertos. El 30 de enero de 1972, en la ciudad de Derry –su nombre oficial es Londonderry– durante una manifestación pacífica de católicos contra las medidas represivas, las tropas británicas abrieron fuego causando 13 muertos y cientos de heridos. El Ejército Republicano Irlandés (IRA) respondió con numerosos asesinatos.
En un referendum celebrado en enero de 1973, la mayoría de los británicos votaron a favor del ingreso a la Comunidad Económica Europea (CEE). En marzo, los ciudadanos de Irlanda del Norte votaron en un referéndum en favor de permanecer dentro del Reino Unido en lugar de sumarse a Irlanda. El índice de abstención fue de 41.4%.
En la década de 1970, se agudizaron los conflictos sociales y el gobierno conservador de Edward Heath (1970-74) enfrentó huelgas en empresas estatales clave (puertos, minas de carbón y el sistema ferroviario), que desembocaron en la victoria del Partido Laborista en dos elecciones en 1974.
En consultas públicas organizadas en 1979 en Escocia y Gales por el gobierno laborista de James Callaghan, los votantes rechazaron la autonomía.
En mayo de 1979, después del llamado «invierno del descontento» con numerosas huelgas, ganó las elecciones el Partido Conservador, con Margaret Thatcher al frente. La nueva gobernante aplicó duras medidas para bajar la inflación, planes para reducir el papel del Estado en la economía y una política de corte monetarista.
En abril de 1982, Thatcher envió una fuerza de la Marina Real, con un portaaviones y submarinos nucleares, al archipiélago de las Malvinas –nombre oficial en Gran Bretaña: islas Falkland–, para combatir contra las tropas de la Junta Militar de Argentina, que ocuparon Puerto Stanley invocando sus derechos de soberanía. Tras 45 días de guerra, la armada británica recuperó las islas.
En octubre de 1983 Gran Bretaña retiró sus tropas de Belice. El año siguiente, en virtud de un tratado que databa de la Primera Guerra del Opio, aprobó la cesión de soberanía de Hong Kong a la República Popular China, que se efectivizó en junio de 1997.
En 1987, Thatcher fue elegida primera ministra por tercera vez consecutiva. Los lineamientos de su política no variaron: en lo económico y social, liberalización radical de la economía, privatización de las empresas estatales, reforma fiscal e intransigencia ante los sindicatos. En materia de política exterior, actitud «dura» ante la Comunidad Europea y alineamiento con Washington.
En febrero de 1990 el Reino Unido y Argentina reanudaron relaciones diplomáticas y sus representantes se reunieron en Madrid para negociar sobre el futuro de las Malvinas.
En noviembre de ese año Thatcher renunció a la jefatura del Partido Conservador y fue reemplazada a la cabeza del gobierno y de los «Tories» por su ex ministro John Major. Al asumir, Major se declaró partidario de un capitalismo con rostro humano, al que diferenció del llamado capitalismo popular de la «Dama de Hierro».
A partir de 1993 los conservadores empezaron a sufrir una serie de reveses electorales en comicios parciales o locales, en un contexto de recesión económica y alto desempleo que afectaba a unos tres millones de personas. El 15 de diciembre Londres firmó una declaración conjunta con Dublín respecto a la situación en Irlanda del Norte, que abrió la puerta a las conversaciones de paz.
Dos plebiscitos en Gales y Escocia en 1997 convalidaron el otorgamiento
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