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COHABITACION EN REINO UNIDO


Enviado por   •  2 de Abril de 2014  •  1.915 Palabras (8 Páginas)  •  347 Visitas

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Cohabitación: fenómeno político que no altera la estabilidad del sistema semi-presidencial

Es importante hacer referencia a la “cohabitación” que puede presentarse en el sistema político semi-presidencial. Se entiende por cohabitación el fenómeno en el que el Presidente electo es de distinta ideología política que la de la mayoría de los miembros del parlamento y del Primer Ministro, que habitualmente es el líder del partido que mayores escaños tenga en el Asamblea Nacional. En otras palabras, el color político del presidente y del primer ministro apoyado por el parlamento es opuesto, generando un fraccionamiento en la rama ejecutiva y una posible predominancia de la rama legislativa (Ancona, 2005, p.106). Cuando esto sucede, la cohabitación “es aquella en la que el presidente y el primer ministro estarán obligados a tolerarse en el ámbito, en la “casa” del poder ejecutivo” (Pasquino, 2004, p. 136).

Pero este fenómeno en el sistema semi-presidencialista francés ha sido criticado por los posibles efectos negativos que puede desencadenar, puesto que en la cohabitación existe el riesgo de inmovilidad legislativa o parálisis en el proceso de toma de decisiones, estancándose así el funcionamiento del sistema político. Por ejemplo, Gianfranco Pasquino en su libro Sistemas Políticos Comparados señala en uno de sus apartados que “en el caso del semi/presidencialismo francés es la cohabitación la que vuelve débil, desde el punto de vista de la eficacia decisional (…)”. Pero la cohabitación no debe percibirse como un efecto negativo que puede producir el sistema político y electoral en Francia, sino por el contrario cómo una muestra de la estabilidad que tiene de por sí, pues a pesar de la posible discordancia entre los detentores del poder, la esencia del sistema político sigue manteniendo su estructura y armonía mediante el equilibrio de preferencias e interés. Para sustentar la afirmación anterior es importante señalar dos aspectos que permiten denotar con claridad por qué la cohabitación no significa inestabilidad en Francia.

En primer lugar, dado que el presidente constitucionalmente es quien propone al primer ministro que luego será aprobado por la Asamblea Nacional, este elige a un parlamentario con el que tenga puntos de encuentro en asuntos políticos. A pesar de que el primer ministro sea el posible líder de la oposición, se permite lograr por medio de la cohabitación un equilibrio en sus preferencias con el fin de mantener la eficacia en el funcionamiento estatal. En esta medida, dicha cohabitación permite que las decisiones políticas no estén inclinadas hacia una sola ideología política, sino que por el contrario busquen un camino moderado para dirigir las decisiones públicas. Esa misma convivencia entre polos políticos, permite que el electorado se beneficie de igual manera, pues de acuerdo a lo anterior, los intereses de la mayoría del electorado serian satisfechos, porque en la medida que se logren considerar las distintas preferencias en el proceso de toma de decisiones, estás estarán en “sintonía con la ciudadanía” (Pasquino, 2004, p. 140). Un ejemplo representativo es la cohabitación que se llevo a cabo por, el ex presidente François Mitterran (1981-1988) y su primer ministro Jacques Chirac, pues el primero siendo socialista y el segundo guallista pudieron moderar su acción política por sus ambiciones presidenciales, dado que ninguno quería parecer el culpable del mal funcionamiento del sistema político francés (Pasquino, 2004, p. 138), en dicho cohabitación pudieron equilibrar sus preferencia políticas e interés con en el fin de no provocar una parálisis en el funcionamiento del sistema político.

En segundo lugar, si el presidente llega a hacer uso de la posibilidad constitucional que tiene de disolver el parlamento y llamar a nuevas elecciones legislativas con el fin de obtener una mayoría significativa de su partido en la Asamblea Nacional, esto no puede entenderse como un símbolo de desequilibrio sistemático, pues se está haciendo uso de los mecanismos disponibles que tiene legalmente sin alterar la estructura del sistema político. De esta manera, aunque disolviendo el parlamento pueda existir una discordancia no se alteran los organismos que detentan el poder público, ya que de igual manera mediante las nuevas elecciones se mantendría la figura tanto del parlamento como del primer ministro. La cohabitación que duró cinco años entre Jacques Chirac ganador de las elecciones presidenciales de 1995 y la mayoría parlamentaria socialista encabezada por Lionel Jospin quien fue el primer ministro desde 1997, es un claro ejemplo del encuentro que puede existir entre dos corrientes distintas al mantener un equilibrio político en la legislatura. Puesto que a pesar que fue el propio Chirac quien quiso disolver el parlamento con el fin de lograr una mayoría favorable en el parlamento, y fue justamente el centro-derecha quien perdió las elecciones, se le fue otorgado a Jospin el cargo de primer ministro, cohabitando de esta manera al controlar sus “diferencias de opinión y, en la medida de los posible, ambos trataron de proyectar una imagen, más que de político implicado en el fervor de la lucha, de estadista interesado en el buen gobierno y en el destino del país por encima de las partes ” (Pasquino, 2004, p. 139).

Dicho esto, es importante entonces comparar el fenómeno de la cohabitación francés con otro que comparte características similares: el del gobierno dividido en el sistema presidencial. Éste se entiende como una situación política en la que “el presidente no tiene la mayoría en una de las dos cámaras” (Pasquino, 2004, p. 141). En otras palabras, el representante de la rama ejecutiva no cuenta con el apoyo de la mayoría de los miembros del Senado o de la Cámara de Representantes, causando un choque de interés dentro de las ramas de poder público y permitiendo que igualmente como en el caso anterior, exista la posibilidad de un estancamiento en el proceso de toma de decisiones. A continuación se expondrán diferentes aspectos que permiten evidenciar por qué la cohabitación es un mecanismo de estabilidad en un sistema semi-presidencial, mientras que el gobierno dividido que tiene algunas similitudes con al anterior fenómeno, sí logra ser sinónimo de desequilibrio

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