Resumen De "Somos Un Pais Telurico De Montanas Tropicales"

Somos un país telúrico de montañas tropicales, en donde cada región tiene sus costumbres, forma de hablar, ritmo, etc.; los Apus, espirítus de las montañas, son nuestra fuerza protectora y creadora y expresan el espíritu de nuestro pueblo.

Los Andes, cadena de montañas localizadas en el trópico, se deben a la colisión de la placa de Nazca con la continental de América del Sur; por eso nuestra región es de alta intensidad sísmica, con inestabilidad ecológica y sensible a los cambios climáticos. Es la columna vertebral del Perú y se extiende a lo largo del territorio, lo que lleva a reconocer los distintos ecosistemas complejos y frágiles que requieren una dinámica singular en el manejo de sus recursos naturales.

Las catástrofes no son naturales, sino sociales y económicas, la culpa es de la insensatez y de la mala organización. Existen regiones creadas por la imaginación de los políticos, pero que no corresponden a los límites naturales que señalan las montañas, los divortium aquarium de las cuencas.

En los Andes Centrales los rangos de población son superiores debido a las ventajas que se tienen para producir alimentos y mantener mayos población. El software es la manera de cómo deben organizarse la sociedad y la economía para prosperar en los ecosistemas y el hardware es la estructura básica (cadena de montañas) que configura el ambiente, los recursos, la sociedad y la economía en el Perú.

1. Ubicación en el trópico occidental de América del Sur

La posición en la zona tropical del extremo occidental de América del Sur y la presencia de la Cordillera de los Andes configuran una de las más complejas geografías. En la costa la convergencia del anticiclón del Pacífico y la corriente de Humboldt junto con los vientos alisios contra la pendiente occidental de los Andes provoca aguas frías. La conjunción de los fenómenos atmosféricos y de las corrientes marinas en los Andes origina variedad de climas y la megadiversidad biológica en los pisos altitudinales.

2. La verticalidad del espacio

La verticalidad es fundamental en el funcionamiento de una cuenca, lo que origina la formación de múltiples ecosistemas. La altitud y posición en las laderas de los Andes determinan para cada lugar la forma y el relieve de los terrenos, la calidad de los suelos, las horas diarias de sol y la intensidad de la radiación solar. Cada pueblo responde y se adecúa a las exigencias de la cuenca para vivir.

La costa es el paisaje marino y desértico, donde se cultiva algodón, arroz, caña de azúcar y maíz; la sierra es la zona templada y soleada, donde se produce choclo, papa y haba y existe la ganadería de ovejas, llamas y alpacas; la selva, el bosque húmedo con precipitaciones, la verticalidad de las montañas construye y distingue la diversidad de los ecosistemas.

El sol la luna y las estrellas en movimiento son marcadores del tiempo, anunciadores de lluvias, sequías y heladas, los cuales permiten el control y la conducción de las actividades productivas, eventos sociales y rituales religiosos.

3. La transversalidad de las cuencas

La cuenca es el espacio definido por el curso de un río; cada río drena las precipitaciones que se captan en un área determinada. Este espacio constituye la vertiente de cada cuenca y la divisoria de sus agua (divortium aquarium). El agua de las lluvia es retenida en glaciares y discurre por la gravedad formando microcuencas (quebradas) para dirigirse al cauce principal que desemboca en el mar.

Todos los elementos están vinculados y cualquier agresión o modificación termina alterando la cantidad, calidad y continuidad del agua. El bienestar y el progreso permanente de sus habitantes dependen del manejo integrado y cuidadoso

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