Resumen Heidegger. Construir, Habitar, Pensar
Enviado por AnaArq • 20 de Enero de 2014 • 1.080 Palabras (5 Páginas) • 3.976 Visitas
El texto sobre el que va a tratar este artículo es “Construir, habitar, pensar” de Heidegger. Esta obra fue y mostrada por primera vez en 1951, en Alemania, donde, tras la Segunda Guerra Mundial, había una problemática con la vivienda, ya que gran parte de las construcciones habían sido derribadas por los bombardeos.
En el texto, el autor, reflexiona y piensa sobre el significado de construir y el significado de habitar, buscando la propia esencia de los términos. El texto está estructurado en dos partes, que corresponden a la respuesta de dos preguntas que se plantean, así, este artículo, se organizará bajo estas mismas dos preguntas.
1. “¿Qué es habitar?”
En esta primera parte, se busca la relación entre habitar y construir. Partimos de intentar resolver la cuestión de si el hecho de habitar se puede llevar a cabo sólo en tu lugar de residencia. Algunas personas pueden considerar su casa aquellos lugares donde gastan gran parte de su tiempo, debido a sus trabajos o cualquier otra cuestión, sin embargo, no podría considerarse que lleven a cabo allí la acción de habitar. Por otro lado, debemos plantearnos que, el simple hecho de que un edificio haya sido creado como lugar de residencia, no tiene por qué garantizarnos el habitar.
La relación construir – habitar, aparece como una cuestión de medio – fin, que se debe analizar, ya que, con este sentido, nos aleja de la búsqueda de la esencia de los términos.
Hacia la búsqueda del entendimiento esencial de estas palabras, acudimos al lenguaje y su etimología. Bajo algunos términos de alemán antiguo, descubrimos que la relación entre las palabras que nos ocupan es muy estrecha. “La antigua palabra bauen (construir), significa que el hombre es en la medida que habita”, de lo que podemos comprender que en la esencia del hombre está el propio habitar. Desde este término partimos también a dos acepciones, provenientes de términos del latín, que estarían fuertemente ligadas al construir, por un lado construir con sentido de cuidar y, por otro, construir con sentido de edificar. La multiplicidad de términos que nos hacen acercarnos al construir, hace que, a menudo, se oculte la esencia del construir: el habitar.
En el texto aparece una frase que, a mi parecer, sintetiza de la mejor manera lo que el autor quiere transmitir “No habitamos porque hemos construido sino que construimos y hemos construido en la medida que habitamos, es decir, en cuanto que somos los que habitan”.
Una vez que hemos acordado la estrecha relación entre construir y habitar, parece lógico buscar entonces la esencia propia del habitar. Así, volvemos a las ideas anteriores de cuidar o proteger, si la esencia del hombre es habitar, entonces el hombre tiene la principal tarea de cuidar. ¿Pero qué es aquello que el hombre debe proteger?
Aparece ahora el concepto de la Cuaternidad. Este conjunto de cuatro estaría formado por: la tierra, el cielo, los divinos y los mortales; y unos reciben su esencia por la existencia de los otros, dándose sentido entre sí. La esencia de los mortales residiría entonces en el cuidado de esta Cuaternidad, por lo que ese cuidar sería el habitar de los hombres, que en la medida que la guardan, cuidando lo que crece y erigiendo lo que no crece, convierten esta acción en un construir.
2. “¿En qué medida el construir pertenece al habitar?
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