Resumen crisis misiles

Hace cincuenta años, la crisis de los misiles en Cuba llevó al mundo al borde del desastre nuclear. Durante el enfrentamiento, el presidente estadounidense John F. Kennedy pensó la posibilidad de una escalada a la guerra era "entre 1 de cada 3 e incluso," y lo que hemos aprendido en décadas posteriores se ha hecho nada para alargar esas probabilidades. Ahora sabemos, por ejemplo, que, además de misiles balísticos con armas nucleares, la Unión Soviética había desplegado 100 armas nucleares tácticas a Cuba, y el comandante soviético locales no podríamos haber puesto en marcha estas armas sin códigos adicionales u órdenes de Moscú. El ataque aéreo de Estados Unidos y la invasión que estaba previsto que la tercera semana de la confrontación probablemente habrían desencadenado una respuesta nuclear contra los buques y tropas estadounidenses, y quizás hasta Miami. La guerra resultante podría haber causado la muerte de 100 millones de estadounidenses y más de 100 millones de rusos.

La principal línea de la historia de la crisis es familiar. En octubre de 1962, un avión espía estadounidense capturado la Unión Soviética intentar colarse misiles con ojivas nucleares en Cuba, a 90 millas de la costa de los Estados Unidos. Kennedy determinó desde el principio que esto no podía soportar. Tras una semana de deliberaciones secretas con sus asesores de mayor confianza, anunció el descubrimiento al mundo e impuso un bloqueo naval sobre nuevos envíos de armamentos a Cuba. El bloqueo impidió material adicional entre en pero no hizo nada para detener a los soviéticos de operacionalizar los misiles ya están allí. Y una segunda semana tensa siguió durante el cual Kennedy y el primer ministro soviético Nikita Kruschev estaban "cara a cara", copia de ninguna de las partes hacia abajo.

Sábado, 27 de octubre, fue el día de la decisión. Gracias a las cintas secretas Kennedy hizo de las deliberaciones, que puede ser moscas en la pared, escuchando a los miembros ad hoc del Comité Ejecutivo del presidente del Consejo de Seguridad Nacional, o ExComm, debatir opciones que conocían podría conducir a un Armagedón nuclear. En el último momento, la crisis se resolvió sin guerra, como Jruschov aceptó una oferta estadounidense última promesa de no invadir Cuba a cambio de la retirada de los misiles soviéticos.

Cada presidente desde Kennedy ha tratado de aprender de lo que sucedió en esa confrontación. Irónicamente, medio siglo más tarde, con la propia Unión Soviética sólo un recuerdo lejano, las lecciones de la crisis de la política actual nunca han sido mayores. Hoy en día, nos puede ayudar a los responsables políticos a comprender qué hacer - y qué no hacer - sobre Irán, Corea del Norte, China, y la toma de decisiones presidenciales en general.

¿Qué haría KENNEDY?

La actual confrontación entre Estados Unidos e Irán es como una crisis de los misiles en cámara lenta. Los eventos se mueven, al parecer inexorable, hacia un enfrentamiento en el que el presidente de Estados Unidos se verá obligado a elegir entre ordenar un ataque militar y consentir a un Irán con armas nucleares.

Aquellos eran, en esencia, las dos opciones de asesores de Kennedy le dio el último Sábado: ataque o aceptar los misiles nucleares soviéticos en Cuba. Pero Kennedy rechazó ambos. En lugar de elegir entre los dos, él hace a mano una alternativa imaginativa con tres componentes: un contrato público en el que los Estados Unidos se comprometió a no invadir Cuba si la Unión Soviética retiró sus misiles, un ultimátum privado amenazando con atacar a Cuba dentro de las 24 horas a menos que Jruschov aceptó que oferta, y un edulcorante secreto que prometió la retirada de los misiles estadounidenses de Turquía dentro de los seis meses después de la crisis se resolvió. El edulcorante se mantuvo tan secreta que incluso la mayoría de los miembros de la ExComm deliberantes con Kennedy en la última noche estaban en la oscuridad, sin saber que durante el descanso de la cena, el presidente había enviado a su hermano Bobby entregar este mensaje al embajador soviético.

En cuanto a la posibilidad de elegir entre aquiescencia y ataques aéreos de hoy, ambos son poco atractivas. Una bomba iraní podría desencadenar una cascada de proliferación, lo que hace más probable un conflicto devastador en una de las regiones económicamente más y estratégicamente importantes del mundo. Un ataque aéreo preventivo podría retrasar el progreso nuclear de Irán en los sitios identificados, pero no pudo borrar el conocimiento y las habilidades arraigadas en muchas cabezas iraníes. La verdad es que cualquier resultado que no llega a Irán tenga una bomba nuclear seguirá dejarlo con la posibilidad de adquirir uno en el camino, ya que Irán ya ha cruzado la "línea roja" más significativo de la proliferación: dominar el arte de enriquecimiento de uranio y la construcción de una bomba en secreto. La mejor esperanza para una tercera opción kennediano hoy es una combinación de medidas de transparencia acordados en las restricciones sobre las actividades nucleares de Irán que alargar el fusible en el desarrollo de una bomba, que maximizar la probabilidad de descubrir cualquier trampa, sin ambigüedades (tal vez en secreto comunicado ) las amenazas de un ataque al régimen cambiante deben violaron el acuerdo y un compromiso de no atacar a otra cosa. Tal combinación mantendría Irán tan lejos de una bomba como sea posible durante el mayor tiempo posible.

El factor israelí hace que la situación nuclear iraní un reto aún más complejo para las autoridades estadounidenses que la crisis de los misiles cubanos fue. En 1962, sólo dos jugadores se les permitió en la mesa principal. Primer Ministro cubano Fidel Castro trató de convertirse en el tercero, y si hubiera tenido éxito, la crisis se habría convertido en mucho más peligroso. (Cuando Jruschov anunció la retirada de los misiles, por ejemplo, Castro le envió un mensaje ampollas instándole al fuego que ya están en Cuba.) Pero precisamente porque la Casa Blanca reconoció que los cubanos podrían convertirse en un comodín, les cortó del juego. Kennedy informó al Kremlin de que sería considerado responsable de cualquier ataque contra los Estados Unidos que emana de Cuba, sin embargo, comenzó. Su primer anuncio público dijo: "Será la política de esta nación a considerar cualquier misil nuclear lanzado desde Cuba contra cualquier nación en el hemisferio occidental como un ataque de la Unión Soviética en los Estados Unidos, lo que requiere una respuesta de represalia de lleno sobre el Soviet Unión ".

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