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Retos Del Docente XXI


Enviado por   •  30 de Noviembre de 2013  •  1.743 Palabras (7 Páginas)  •  251 Visitas

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Los retos del docente en el Siglo XXI”

Mucho se ha hablado de los retos, de las capacidades, de las virtudes y habilidades que debemos de tener las personas que nos queremos dedicar a estar maravillosa profesión de la docencia, tan mal llamada maestro, pues a mi parecer a transmitir los conocimientos o los contenidos temáticos de alguna materia, y en la actualidad hablar de docente con esa referencia seria estar negando nuestra realidad.

En nuestros días que los alumnos que acuden a la escuela tienen la necesidad de que el docente forme parte también de su formación integral, a veces lo que el alumno solo necesita es que le dediquemos un par de minutos para escucharlo y conocerlo, a raíz de las familias disfuncionales que cada día se popularizan y se hace más común de lo que pensamos en nuestra sociedad.

Es por estas razones y por la forma en cómo vive la sociedad mexicana y Morelia del siglo XXI, que decidí tomar el texto de Paulo Freire titulado: Enseñar es una especificidad humana, contenido en su obra Pedagogía de la autonomía.

El texto menciona las exigencias que debemos de tener los docentes o aquellos que se dediquen a esta noble tarea de ser formadores de personas, exigencias que a mi gusto deben de autoevaluarse los profesores que inician y también los que ya tienen muchos años dedicados a esta profesión de la docencia. Y no porque se consideren las exigencias como un tirano o un pedagogo autoritario, pues por lo que alcanzo a percibir de su obra es un autor revolucionario y progresista, simplemente el titulo de su obra es pedagogía de la autonomía. Creo que estas exigencias son indispensables para el mejor desempeño de nuestra labor docente, y que no deben de tomarse como un acto de mera tiranía sino como ese afán que tenemos por ser mejores docentes, formadores de mejores alumnos, que a la postre se conviertan en mejores personas, y que hagan de esta ciudad, estado y país el mejor de todos.

Estas exigencias para mi tienen que ver mas con la cultura de la excelencia que con la cultura de la opresión. Excelencia que no estamos acostumbrados a tener o a realizar, sin la pretensión de ofender somos una cultura, (la mexicana) que no trabaja para ser excelente, que no le gusta esforzarse un poco mas con tal de ser el mejor, además de que nos la pasamos criticando al compañero, al vecino, al colega porque es mejor, somos un pueblo con mucha envidia y recelo hacia los triunfos de los demás. Entonces cuando llegamos a triunfar y ser excelentes mejor nos quedamos callados y no lo compartirlos, o mejor ya no lo volvemos a hacer por el temor al que dirán a las críticas y a las envidias ajenas.

De esto anterior lo pude comprobar este reciente periodo de evaluación en la prepa en la cual yo colaboro como docente, en un grupo de 21 alumnos sus calificaciones fueron en su gran mayoría de 6 o 7, y solo algunos obtuvieron una nota alta o satisfactoria, sin embargo se dio el caso de un alumno que obtuvo un 9.6 y los demás lo criticaron, se burlaron y desde que supo su calificación lo he visto como retraído, casi no participa y además solo se dedica a cumplir con sus tareas como mero requisito. Estoy consciente de que en la adolescencia somos muy vulnerables a las críticas y todavía nos estamos formando, y en ese tenor, me dispuse a dialogar con este chico y hacerle saber lo valioso que es y que siga en esta cultura de la excelencia que al final del camino obtendrá muy buenos resultados.

Regresando al texto del Freire, iré señalando algunas de las exigencias y al mismo tiempo haré una pequeña autoevaluación de las mismas en mí actuar como docente.

La primera dice que enseñar exige seguridad, competencia profesional y generosidad. Creo que es importantísimo que un docente tenga seguridad y llegue y sepa plantarse muy bien en el grupo, para transmitir eso a sus discípulos, y no con el afán de sentirse arrogante o soberbio, sino porque ellos deben de notar que soy una persona preparada y capacitada y que además es un gusto para mi el poder participar en su formación. Recuerdo como cuando inicie a trabajar como docente me daba mucha angustia y nervios que el grupo fuera a pensar que era demasiado joven para impartir esa materia, además que eran chicos que me conocían pues fuimos ex compañeros de universidad, y una maestra me aconsejo que en primer lugar fuera sincera con ellos y les expresara mis sentimientos así ellos podrían comprenderme, lo hice y en general obtuve buenos resultados pero ahora no se que tan conveniente sea esta estrategia, pues considero que el profesor debe de mostrarse seguro y humilde a la vez, esa templanza se obtiene únicamente con el ejercicio de la practica docente.

Es necesario también que el profesor se capacite, instruya y se actualice en su labor, no vasta con estudiar una licenciatura referente al área de educación sino que también debe de estarse capacitando y actualizando en todas las innovaciones que surgen en la materia. En lo que a mi respecta he de confesar que no soy docente de profesión pero si de vocación, pues mi formación fue de licenciado

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