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Revolución Francesa


Enviado por   •  22 de Enero de 2014  •  7.479 Palabras (30 Páginas)  •  228 Visitas

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Logros como la supresión del sistema señorial, la proclamación de la libertad e igualdad de todos los hombres ante la ley o el establecimiento del estado constitucional y parlamentario, basado en la soberanía nacional, permiten afirmarlo así.

Los revolucionarios franceses no sólo crearon un nuevo modelo de sociedad y estado, sino que difundieron un nuevo modo de pensar por la mayor parte del mundo.

La Revolución Francesa se encuadra dentro del ciclo de transformaciones políticas y económicas que marcaron el fin de la Edad Moderna y el comienzo de la Edad Contemporánea. La independencia de EEUU y el desarrollo de la Revolución Industrial, iniciada en la Gran Bretaña, son los otros dos grandes procesos que señalan esta transición histórica.

Antes de comenzar a hablar de la Revolución francesa, nos es indispensable hacer una breve referencia a las ideas que la gestaron:

El final del siglo XVIII fue una época de trastornos en muchas partes de hemisferio occidental, trastornos que se pueden atribuir, directa o indirectamente, al fragmento de las ideas conocidas como la Ilustración. Estas ideas, reflejo de las necesidades y tensiones de una sociedad cambiante se basan en el nuevo conocimiento científico del siglo XVII, que engendró una nueva fe en la razón y en el progreso. por un lado, esto llevó a un rechazo de la autoridad y a una afirmación de los Derechos del Hombre, expresados en la famosa declaración de Rousseau de que el hombre nace libre, pero en todas partes está encadenado. Por otro lado, las nuevas ideas fueron una inspiración para los monarcas, que , al terminar el siglo XVII, empezaron a concentrar el poder en sus propias manos y a gobernar mediante agentes burocráticos nombrados por ellos. Sin embargo, estas actividades centralizadoras encontraron resistencia en todos aquellos que tenían intereses creados en el Antiguo Régimen, Iglesias, gremios y corporaciones y, sobre todo, la aristocracia. Sus líderes recurrieron a las teorías de Montesquieu para demostrar que la sociedad era una forma orgánica y que sus agrupaciones tradicionales no sólo conferían derechos inalienables a sus miembros sino que producían un equilibrio de poder que resguarda los individuos de la tiranía.

Las revoluciones aparecieron por primera vez en gran escala en las colonias inglesas de América. Recurriendo a la filosofía de Locke sobre el derecho natural, los colonizadores se negaron a pagar un impuesto establecido por el parlamento en Londres, en el que no estaban representados. Para 1775 la disputa había llegado a una guerra declarada. Los hombres moderados que habrían mantenido la antigua estructura de la sociedad fueron sustituidos por otros con objetivos más democráticos y la guerra por la independencia nacional ganó apoyo en todos los estratos sociales. El ejemplo norteamericano fue una inspiración para los rebeldes de los Países Bajos, así como en Francia, cuyas tropas habían peleado en el lado norteamericano en la guerra.

Crisis: Absolutismo real, ausencia de representación popular y papel privilegiado de la nobleza y el clero son las tres características que definen en esencia lo que históricamente se denomina Antiguo Régimen. Este sistema, que se había desarrollado en Europa desde el Renacimiento, comenzó a ser cuestionado durante el siglo XVIII por las ideas de la Ilustración, que se difundieron entre la nobleza y sobre todo entre la burguesía. Pero mientras los nobles limitaban sus aspiraciones a conseguir una monarquía similar a la inglesa, en la que el poder real estaba mediatizado por la nobleza, la burguesía iría más lejos, pretendiendo la implantación de gobiernos verdaderamente representativos, basados en dos derechos fundamentales: libertad, para expresar las opiniones, e igualdad de todos los hombres ante la ley. En los países católicos se lucharía también por apartar a la Iglesia de la intervención en la vida política y en la enseñanza. A finales del siglo XVIII estas ideas fructificarían primero en América, con la independencia de las Trece Colonias inglesas de América del Norte (1776), y después en Europa, con la Revolución francesa de 1789.

CAUSAS: Resumir las causas de la revolución francesa es tarea casi imposible, dada la constante revisión historiográfica del tema, impulsada por la reciente celebración del bicentenario (1989). La interpretación tradicional difería en función de dos ópticas: la conservadora y la liberal. La conservadora ( Burke, de Maistre, de Bonald ) hacía hincapié en el descontento del Tercer Estado, alentado por activistas sin escrúpulos que habían tramado la conspiración contra el Antiguo Régimen en los clubs políticos, las logias masónicas y las sociedades de pensamiento nacidas al calor de la Ilustración.

La liberal ( Sieyés, Mirabeau) insistiría en las causas ideológicas, resaltando los logros de la Revolución que desmontaron los privilegios y la desigualdad reinantes en el Antiguo Régimen.

Posteriormente la escuela marxista, resaltaría los intereses de clase como la verdadera causa de la Revolución. La pervivencia de estructuras sociales y económicas arcaicas frenaba el despegue de la nueva clase en auge: la burguesía, que se vería impulsada para cambiarlas hacía la revolución. Desde este punto de vista, la Revolución francesa representa la consumación de la revolución burguesa.

Finalmente, después de la 2ª Guerra Mundial se inició una corriente revisionista que incluyó el proceso revolucionario francés en otro más amplio que afecta a las colonias inglesas en Norteamérica y en general a la Europa occidental.

Quedan, no obstante, pendientes últimas interpretaciones que inciden sobre aspectos demográficos o de mentalidad colectiva. Las últimas revisiones historiográficas, huyendo de explicaciones unilaterales, conducen a un conjunto de factores políticos, económicos, sociales e incluso demográficos que desencadenaron la revolución y que pueden resumirse del modo siguiente:

Pervivencia de una estructura tradicional arcaica, minada por la evolución de la economía y el auge de la burguesía, que reclamaba el poder político paralelo al económico que disfrutaba.

Exigencias de cambio político, acorde con las renovadoras teorías del liberalismo propuestas por los filósofos ilustrados y racionalistas. Descontento del estado llano o Tercer Estado, cada vez más presionado por los impuestos. Tampoco cabe descartar el factor demográfico (el rejuvenecimiento de la población que ansía cambios)ni los problemas económicos (las malas cosechas de 1788 y 1789 que elevaron el precio del pan).Se había producido, en último término, un desajuste entre las necesidades sociales, políticas y económicas del país y el anquilosamiento de sus gobernantes.

Pero la causa desencadenante sería fundamentalmente

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