Revolución Inglesa
Enviado por • 6 de Noviembre de 2013 • 3.021 Palabras (13 Páginas) • 1.202 Visitas
1.2 El fenómeno técnico económico y social en la revolución inglesa
La Revolución Industrial (en adelante RI) que empezó en Inglaterra en el siglo XVIII y se extendió por todo el continente europeo transformó, durante un período relativamente corto -dos generaciones- la vida del hombre occidental, la naturaleza de su sociedad y su relación con otros pueblos del mundo. Estos cambios tan trascendentales tuvieron sin embargo un modesto comienzo. Se manifestaron en un país (Inglaterra), en una región, en una rama de la industria (la textil) y desde allí se propagaron por todo el planeta.
El historiador Eric Hobsbawm (1975) sostiene que el tramado de transformaciones sociales, económicas, productivas, técnicas y culturales que llamamos RI sólo puede explicarse desde una multiplicidad de factores.
La RI fue el resultado de la combinación de distintas transformaciones. Por un lado, desde el siglo XVI se fue produciendo una "profunda mutación en las condiciones de producción agrícola" que permitió alimentar a una población creciente y expulsó hacia los centros urbanos a una masa de campesinos que, con el tiempo, se convirtieron en obreros industriales. Por otra parte, el "control de los mercados coloniales" que logró Inglaterra durante el siglo XVIII, desplazando a holandeses, franceses, portugueses y españoles, tuvo consecuencias revolucionarias. Si bien cada uno de esos mercados era reducido, al pasar a ser controlados por un solo país, Inglaterra, y comerciar un único producto, el textil de algodón, ello produjo la chispa que desencadenaría la R.I.
El abastecimiento de estos mercados exigía, además de la disponibilidad de capitales, un aumento de la producción y de la productividad del trabajo. Ello alentó la innovación tecnológica y cambios en la organización de la producción. Las innovaciones tecnológicas que se produjeron en Inglaterra durante el siglo XVIII fueron relativamente sencillas. Resultaron más de la adecuación de ciertas técnicas existentes que de la generación de nuevos inventos (véase recuadro siguiente). Se trató sobre todo de cambios en las formas de tejer e hilar, que fueron potenciados a partir del momento en que las máquinas tejedoras e hiladoras comenzaron a ser movidas por una nueva fuente de energía, basada en el carbón y generada por la máquina de vapor.
Estas nuevas técnicas se combinaron con la disponibilidad de capitales y con la abundancia de mano de obra en una nueva manera de organizar la producción: la fábrica. Esta nueva forma organizativa de la producción implicó concentrar la mano de obra en un mismo lugar, especializar a cada obrero en una sola operación del proceso general de trabajo (división del trabajo, especialización) y disciplinarlo para cumplir con las nuevas tareas en las máquinas, sin moverse de su puesto de trabajo, cumpliendo horarios y reglamentos muy rígidos. Esta forma de producir permitiría incrementos sustanciales en la productividad y la producción.
A pesar de sus modestos comienzos, la R.I provocó un profundo cambio en la sociedad occidental y se proyectó hacia el escenario mundial a través de la incorporación lenta, gradual pero persistente del resto del mundo a esta lógica tecnológica y productiva. Con la R.I. y el nacimiento de la gran industria, se abrió una etapa de la historia de las sociedades aún inacabada, donde los cambios sociales, económicos, científicos y técnicos se integran, condicionan y determinan en un imbricado y complejo proceso.
1.3 El cartismo
El cartismo fue un movimiento que se desarrollo durante laprimera etapa del movimiento obrero, este, fue promovidopor clases populares entre el 1837 y el 1848. Además este movimiento fue apoyado por la Asociación de trabajadores de Londres y duró entre una década, entre 1838 y 1848.
Sus principales objetivos y peticiones fueron reclamar el sufragio universal, el voto secreto, la elección de los no propietarios, la inmunidad parlamentaria y la limitación de la legislatura en un año. Los defensores del cartismo pensaban que cuando los trabajadores alcanzasen el poder político, podrían adecuar las leyes a sus intereses de clase. Estas peticiones eran de carácter político y eran necesarias para conseguir una transición de carácter social. Las acciones que se empleaban en este movimiento, principalmente se centraban en la parte escrita, enviando “Cartas” en las que demandaban el sufragio universal, la supresión del certificado de propiedad como requisito para formar parte del Parlamento, inmunidad parlamentaria, un sueldo para los diputados... etc. Además se reclamaban acciones definitivas que incluían el oficio de la huelga general. Los líderes que fundaron el movimiento Cartista fueron: Lovelt y Owen que representaban la preferencia contenida mientras que O’Connor y O’Brien representaban el movimiento más radical.
Este movimiento fracasó, por las disconformidades entre sus diversas tendencias, la contenida y la radical. Como consecuencia la represión del gobierno británico, militarizó las zonas en donde la agitación se hizo más activa, perdió el movimiento. Éste quedó dividido de forma irreversible hasta su desaparición. El fracaso de la revolución de 1848 atizó el golpe definitivo a las aspiraciones cartistas. La lucha de carácter político sería abandonada por los obreros ingleses quienes contuvieron en gran medida sus reivindicaciones para concentrarse en la lucha de carácter sindical. La acción política se ciñó al continente, de manera más significativa a Francia. Aunque el cartismo fracasó, formó una importante experiencia importante para la clase obrera en su intento de mejorar las condiciones de vida; su acción forzó al gobierno británico a articular una legislación que en ocasiones contó con un elevado contenido social, siendo un ejemplo de ello la “Ley de las diez horas”
1.4 La lucha de clases en Francia 1848
Los orígenes de la revolución de 1848 se hallan en la crisis económica que sacudió Europa en los años precedentes y que cambió las relaciones entre las clases sociales. A su vez, la recuperación económica iniciada a mediados de 1848 sería uno de los factores para el triunfo de la contrarrevolución y el nuevo dominio de la gran burguesía. “Una nueva revolución sólo es posible como consecuencia de una nueva crisis. Pero es tan seguro como ésta”, escribe Marx al final de la obra. La revolución de 1848 supuso, por primera vez, la irrupción masiva en los acontecimientos de una nueva clase: el proletariado, que comenzaba a desplazar el papel revolucionario que hasta entonces había detentado la burguesía y que ya comenzaba a constituir un freno para el desarrollo social. Con su derrota en esta revolución, la clase obrera probaría
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