Rufino Tamayo

Durante su trayectoria, Rufino Tamayo cultivó una poética de imágenes, expresadas con novedosos valores plásticos. Sus naturalezas muertas, sus personajes en actitud interrogativa, las constelaciones, las fuerzas destructivas y agresivas,las interferencias en la comunicación humana, los avances tecnológicos y el erotismo son los temas que con insistencia se encuentran en su pintura. Con formas sintéticas surgidas de un largo diálogo con las vanguardias y elementos que incorporó de la poderosa estética prehispánica y de lo popular mexicano, sus cuadros apelan a la sensualidad tanto como al intelecto. Tamayo es un artista clásico, por lo tanto, de permanente contemporaneidad.

En esta muestra podemos apreciar a un Tamayo totalmente diferente al conocido, donde se puede ver cómo piensa, cómo se transforma y explora diferentes aspectos del arte mucho antes de que se consolidara como una figura de éxito comercial.

“Sin duda son piezas de una gran profundidad, belleza y una calidad pictórica y conceptual extraordinaria porque no deja de ser un gran pintor”.

Uno normalmente piensa en Tamayo como el antagonista, el outsider de la pintura, el que está fuera de la escena típica del arte mexicano. 
El artista oaxaqueño era muy sensible a todo lo que estaba sucediendo en la cultura artística y visual de su época.

“Además, como los buenos artistas, tenía la capacidad de sintetizar esa información y procesarla, relacionando lo que veía en su cotidianeidad y en lo que iba observando en los artistas del momento”.



Homenaje a Juárez (1932) considerada una de las piezas clave en su producción artística, donde se atisba el emblemático estilo del artista oaxaqueño.


La exposición Construyendo Tamayo, 1922-1937 que se exhibe en el Museo Tamayo Arte Contemporáneo, estará abierta al público hasta enero de 2014.

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