Teotihuacan

Exposición Teotihuacan Ciudad de los Dioses

Dentro del museo de antropología e historia se encuentra en exhibición la exposición Teotihuacan, “ciudad de los dioses”. No es mas que un fascinante recorrido que nos trae al presente todo acerca de esta gran civilización de Mesoamérica la cultura teotihuacana. En la primera sala se nos presenta la denominada sala introducción que nos da referencia primeramente de la ciudad de “los dioses” nos dice y nos muestra el tema principal de la exposición con una introducción general de la cultura teotihuacana, comienza con la primera de las preguntas que cualquiera nos podemos hacer en el momento ¿Teotihuacan? ¿Que raíz tiene y que significa tiene? Teotihuacan en lengua náhuatl significa “el lugar de los dioses o el lugar donde se hacen los dioses y que estos nombres están vinculados con el mito del quinto sol, el cual es un relato extraordinario sobreviviente a la llegada española gracias a los escritos de varios cronistas y que de esos escritos surgió una magnifica leyenda denominada de los soles, es un magnifico documento escrito en la lengua original.

La historia nos describe y nos dice el estado del universo después de la destrucción de la cuarta era, para algunos el Sol de Agua, precedida por el Sol de la Lluvia, de Fuego, El sol de Viento y el Sol de la Tierra, con este último se inicio la secuencia de tiempos míticos. Volviendo a la destrucción de la cuarta era donde estaba el Sol de Agua, todo había quedado en oscuridad y los dioses preocupados por la situación, tuvieron una reunión genésica, es decir una reunión con la generación de la etapa de la cuarta era, en donde invitaron a un numen, un numen era considerados Cada uno de los dioses de la mitología clásica, de aspecto galano es otras palabras bien adornado, llamado Tecucuztecatl y a otro contrahecho, es decir se aplica esta palabra a todo aquel que tiene torcido o corcovado el cuerpo. Volviendo al tema también se encontraba enfermo Nanahuatzin o Bubosito que mostraba en su piel los efectos del mal, ambos habían sido convocados para que se transformaran en el astro rey de la Nueva Era. Tecuciztécatl tomó la delantera y fue el primero, pero más adelante dudó en arrojarse hacia la sagrada hoguera. Ante tal deshonra los dioses indicaron a Nanahuatzin que se lanzara, y al arrojarse y así hacerlo se transformó en el Quinto Sol. Su compañero, envidioso, se arrojó tras él, convirtiéndose enseguida en un segundo disco flamígero, es decir que arroja o despide llamas o que imita la forma de una llama. Pero uno de los dioses le lanzó un conejo al rostro y así le extinguió la luz y el calor. Después de varias peripecias o accidentes imprevistos. En las que los dioses fueron sacrificados y su sangre utilizada como alimento del gran astro, Nanahuatzin y Tecuciztécatl iniciaron el cotidiano recorrido por el firmamento: primero el Sol y detrás la Luna, constituyendo los elementos astrales de la quinta creación. Todo ello ocurrió en Teotihuacan.

Cabe señalar que la primera sala nos cuenta el pasaje de una leyenda que trata de darnos a conocer en

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